Nuevo horario de Misas

(Publicado el miércoles, 29 de junio de 2016)

Desde el próximo viernes 1 de julio el horario de Misas en el Convento de Santa Clara será el siguiente:

De lunes a viernes: 8:30 horas.
Sábados y vísperas de Festivos: 20:00 horas.
Domingos y Festivos: 9:30 horas.
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¡El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la Vida Eterna!

(Publicado el martes, 28 de junio de 2016)

En la noche del pasado sábado 24 de junio, la Sección de Alcalá de Guadaíra de Adoración Nocturna Española celebró su vigilia mensual pidiéndole a Jesús Sacramentado que ilumine a los españoles en unas elecciones que son trascendentales. Se pidió que gobierne quien gobierne, no se dedique a destruir y perseguir a la Iglesia. ¡El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna!

La Santa Misa fue oficiada por el Padre Fray Patricio Makau Mutua, Mercedario Descalzo, Superior del Convento de dicha Orden en Santo Domingo (República Dominicana), que se encontraba en el convento alcalareño visitando a su hermana, la monja Clarisa Sor Ana.


Fue una Vigilia de adoración al Santísimo Sacramento muy emotiva, quedando en la mente de los adoradores las certeras palabras del Salmista y la respuesta de la Asamblea: La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza. Enseñaos unos a otros con toda sabiduría

Tras el rezo comunitario de Completas, unidos los adoradores con las Hermanas Clarisas, el Padre Fray Patricio procedió a dar la Bendición con el Santísimo Sacramento, confortando así a todos los presentes.
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Carta Pastoral del Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo

(Publicado el lunes, 27 de junio de 2016)


FIELES A NUESTRA VOCACIÓN

Queridos hermanos y hermanas:

Pocas veces el mensaje de las lecturas bíblicas es tan concreto, tan explícito, tan universal y exigente como en este domingo. El tema que nos proponen es la vocación cristiana. Los relatos de las vocaciones de los profetas en el Antiguo Testamento son algunas de las escenas más impresionantes de la Biblia. En ellas se manifiesta, en primer lugar, la resistencia del llamado, el miedo al compromiso y la conciencia de su debilidad ante la misión que se le va a encomendar. Este es el caso de Moisés, de Isaías y de Jeremías. En un segundo momento, aparece la acogida de la palabra de Dios que llama, la generosidad y la confianza en Dios, que dice al elegido “no temas, porque yo estoy contigo”.

Este es el retrato psicológico de toda vocación, un llamamiento dirigido a lo más profundo de la persona, que cambia radicalmente su existencia, no sólo en sus circunstancias externas, sino en su interior, en su corazón, haciendo de él una persona distinta, con nuevas exigencias y nuevos compromisos.

Otros rasgos de estas vocaciones es que Dios llama al elegido por su nombre. Incluso, en ocasiones, le cambia el nombre, para indicar su nueva situación. A partir de ese momento, es un extraño entre los suyos, puesto que su estilo de vida es una acusación implícita para muchos y sus criterios chocan con los criterios de la mayoría.

Dentro del único Cuerpo Místico de Cristo, el Espíritu Santo, alma de la Iglesia, despliega diversos carismas, es decir, vocaciones específicas: al ministerio sacerdotal, a la vida religiosa, al matrimonio o a la especial consagración en medio del mundo. A cada uno de nosotros, sacerdotes, religiosos o laicos, el Señor nos ha conocido por nuestro nombre, antes de ser llamados a la existencia, y nos ha trazado un plan concreto y personal. En nuestro bautismo nos ha llamado a su seguimiento y es desde entonces “nuestro lote y nuestra herencia”, como proclama el salmo responsorial de este domingo.

La Palabra de Dios nos señala hoy a todos, sacerdotes, religiosos, laicos, solteros o casados, jóvenes o mayores, cómo debe ser nuestra respuesta a la vocación que hemos recibido. El profeta Eliseo en la primera lectura nos invita a responder con prontitud y generosidad. Eliseo era un hombre rico. Estaba arando con doce yuntas de bueyes cuando es llamado por Dios a su servicio a través de la palabra de Elías. Nada le retiene, “cogió la yunta de bueyes y los mató, hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente. Después se levantó y marchó tras Elías”.

En el Evangelio el Señor nos muestra su género de vida. Mientras “las zorras tienen madriguera y los pájaros nido, Él no tiene donde reclinar su cabeza”, es decir, no tiene casa, ni posesiones, ni dinero. Con estas palabras nos invita a responder a nuestra vocación desde el desprendimiento de los bienes de la tierra, usándolos sin poner en ellos nuestro corazón, sin convertirlos en ídolos que nos impidan reconocer que Jesús es el único Señor que debe polarizar nuestros anhelos, nuestra afectividad y nuestras preocupaciones.

Ni siquiera el amor a la propia familia puede ser un obstáculo en el seguimiento del Señor. Por ello, en el Evangelio de hoy, a aquel discípulo al que invita a seguirle y le pide que previamente le deje ir a enterrar a su padre, o a aquel otro que le solicita ir antes a despedirse de sus familiares, les dice “deja que los muertos entierren a sus muertos”, “El que pone la mano en el arado y mira para atrás no es apto para el Reino de Dios”. El Señor en estos textos no nos dice que tengamos que despreciar o abandonar a nuestros padres o a nuestros familiares. Sí nos dice que los debemos poner en su lugar, poniéndole en primer término sólo a Él.

Si actuamos así y acogemos con alegría la invitación del Señor a seguirle, podemos estar ciertos de que, a pesar de las dificultades, no nos faltará la ayuda de la gracia de Dios, que, como a los profetas nos dice: “no temas que yo estoy contigo”. Este es además el camino de la verdadera libertad, como nos dice san Pablo en la segunda lectura. La libertad no consiste en seguir en cada momento lo más fácil o lo más placentero, que, a menudo sólo lleva al envilecimiento y a la esclavitud de la persona. El hombre y la mujer sólo son verdaderamente libres si se someten amorosamente a la ley de Dios. Esa es la verdadera libertad con la que Cristo nos ha liberado, como nos dice san Pablo.

Que la Santísima Virgen, esclava del Señor y modelo de respuesta al plan de Dios y a la propia vocación, nos ayude a todos a vivir gozosamente, con prontitud y generosidad nuestra vocación cristiana.


Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.


+ Juan Jose Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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Cierre del ciclo eucarístico con la Archicofradía de Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento

(Publicado el sábado, 25 de junio de 2016)

Con la Solemne Función Principal y la Procesión con el Santísimo Sacramento, organizada por la Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Venerable Archicofradía Sacramental de Adoración Nocturna Española, se cerraba el ciclo Eucarístico en Alcalá, ciclo que se había abierto con la VIII Exaltación Eucarística el día 20 de mayo, también organizada por esta Sección.

Tras el Quinario en honor a Jesús Sacramentado, el sábado día 18, tuvo lugar la Función Principal, oficiada por el Rvdo. Sr. D. Manuel María Roldán Roses, párroco de Santiago el Mayor, collación a la que pertenece el Monasterio de Santa Clara de Asís en el que radica la Sección Alcalareña Adoradora.

A la misma acudieron numerosas representaciones del Consejo de Hermandades y Cofradías, Hermandades, Agrupaciones y asociaciones Parroquiales, asociaciones de fieles, e Institutos de Vida Consagrada, como las Hijas de la Caridad, las Misioneras de Acción Parroquial y, por supuesto, las Hermanas Clarisas. Asistió también el Hermano Mayor de la Hermandad de la Santísima Virgen de Gracia Coronada, de Carmona, Hermandad que fue una de las madrinas de la bendición en su día, de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano, Sagrada Cotitular de la Sección.

La Santa Misa fue solemnizada con los cánticos de la Hermanas Clarisas que eligieron para la ocasión la bellísima “Misa de Angelis”, recuperando así, un año más, la tradición del latín en la liturgia romana. El resto de los cantos fueron todos de tema eucarístico, muy adecuados a la celebración. 

El celebrante motivó a la asamblea con su homilía, alusiva a las lecturas correspondientes al Domingo, XII del Tiempo Ordinario, y relacionándolas con la Eucaristía. Tras el recitado del Credo por toda la asamblea, la Sección procedió a la Protestación de Fe Católica, en la forma breve, al igual que se hace en Instituciones como el Cabildo Catedral de Sevilla, que la realiza el 15 de agosto en el festividad de la Asunción de la Santísima Virgen, mediante una Diputación de sus miembros que hacen el juramento en nombre de todos los demás. Así, de igual forma, fueron cinco Oficiales de la Sección, los que hicieron el juramento. El Presidente, que encabezaba la representación, leyó la fórmula habitual en nombre y representación de todos los adoradores y adoradoras alcalareños, renovando además, por noveno año consecutivo, el voto de “… defender el milagro de la vida humana desde el primer instante de la concepción en el vientre materno, hasta que Dios nos llame a su presencia al final del camino”, en comunión con las enseñanzas de la Santa Iglesia. Tras ello, los cinco hicieron la fórmula del juramento: “En nombre y representación de todos los adoradores de esta Antigua y Franciscana Sección de Adoración Nocturna de Alcalá de Guadaíra, así lo prometo, así lo juro, así lo confieso, así Dios me ayude y estos sus Santos Evangelios. Amén.”

Seguidamente, la Oración de los Fieles fue un compendio de todas las intenciones que la Sección Adoradora tiene presentes: por el Santo Padre Francisco, el cardenal arzobispo Emérito de Sevilla, Fray Carlos Amigo (presidente-honorario de la Sección adoradora de Alcalá de Guadaíra), nuestro arzobispo Juan José y su obispo auxiliar Santiago, el arcipreste de Alcalá, el Padre Rafael, los párrocos y sacerdotes, especialmente del arciprestazgo y mención especial al párroco de Santiago, el Padre Manuel María y su coadjutor el Padre Manuel Ángel y la Comunidad de Padres Salesianos (capellanes del convento), por los Consagrados que desarrollan sus carismas en el arciprestazgo: la Madre Abadesa, María del Águila y la Comunidad de Hermanas Clarisas, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, las Siervas del Hogar de la Madre, las Misioneras de Acción Parroquial y los Hermanos de San Juan de Dios. También se pidió por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, las Archicofradías, Hermandades, Agrupaciones y Asociaciones Parroquiales, Asociaciones de fieles y los Grupos Parroquiales, para que perseveren en el fomento del Culto a Cristo, singularmente Sacramentado, la Virgen María y los Santos, cumplan sus fines piadosos, religiosos y asistenciales y participen de las vigilias de Adoración Nocturna a Cristo Eucaristía. Por la Adoración nocturna para que sigan adorando a Dios en representación de toda la humanidad y en nombre de toda la Iglesia, y que los adoradores mantengan el compromiso de ser, con sus vidas, testimonio de la realidad del amor de Dios presente entre los hombres. Por todos los cristianos que están viviendo las nefastas consecuencias de esta crisis económica, social y de valores, o padeciendo necesidades y enfermedades, para que integrados en la Iglesia perciban el amor del Padre y encuentren el apoyo y ayuda solidaria en sus hermanos en el Señor. Y, finalmente, para que Jesús Sacramentado depare Paz y Bien a quienes acuden a adorarle, a quienes quieren pero no pueden, e incluso a quienes pueden pero no quieren.

Siguió la Santa Misa con el Ofertorio. Durante la colecta se repartió a los fieles una bella estampa-díptico, que se abría con la composición que ha sido motivo del cartel de este año: la Santísima Virgen Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano en el camarín del altar mayor, vestida de blanco, y delante, en primer plano, la custodia con la Sagrada Forma, muy destacada, con gran protagonismo. El interior del díptico iba centrado por el logotipo del Año Santo Jubilar, y a ambos lados relacionadas las Obras de Misericordia, las Corporales a la izquierda y la Espirituales a la derecha.


Especialmente emotivo y solemne resultó el momento de la Consagración que el celebrante realizó con la fórmula cantada.


Llegado el momento de la Comunión, como es norma en el Monasterio, primero lo hicieron las Hermanas Clarisas y después el resto de los fieles que llenaban la iglesia.



Terminada ésta, e inmediatamente después de purificado el cáliz, se expuso el Santísimo Sacramento en la Custodia, rezándose la Estación. Mientras el sacerdote cambiaba los ornamentos de la Misa por la Capa Pluvial blanca, se organizó la Procesión, que encabezaba la Bandera de la Sección, seguida por todos los fieles con velas encendidas para cerrar la misma el palio cubriendo la majestad de Dios. La Procesión se dirigió al patio colateral de la iglesia, para pasar a la Clausura por la Puerta Reglar, donde se incorporó la Comunidad de Hermanas Clarisas, haciendo una primera Estación en el altar de la Santa Cruz, para seguir por el Claustro Grande, haciendo otra Estación en el altar de la Inmaculada Concepción (ambos preparados primorosamente por las monjas), y salir a la calle Nuestra Señora del Águila, para volver a entrar en la iglesia conventual por la puerta principal, mientras las Hermanas Pobres de Santa Clara esperaban desde la soledad del Coro. Una vez de nuevo en el altar mayor, se impartió la bendición con Su Divina Majestad, finalizando toda la ceremonia con las tradicionales alabanzas, quedando reservado el Santísimo Sacramento en el Sagrario.






Una jornada, en fin, de hondo calado espiritual, a la que han contribuido como siempre, la profundidad de la palabra del sacerdote celebrante, la belleza de los ritos, la solemnidad de los cantos, el fervor de los asistentes, y, en este año, hasta la simpatía de Álvaro, el monaguillo que asistió a la liturgia, con su espontaneidad y buen hacer. Un magnífico colofón a los treinta días en que nuestra ciudad ha estado, en sus diversas parroquias, hermandades, instituciones…, honrando a Cristo, real y verdaderamente presente en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, para cumplir su promesa de permanecer junto a nosotros hasta el final de los tiempos.


Redacción: NN.HH.AA. D. Juan Jorge García García y D. Francisco Burgos Becerra.
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Hoy Vigilia de Adoración Eucarística


Hoy sábado, 25 de junio, celebraremos Vigilia de Adoración a Jesús Sacramentado.

Para organizarla tendremos la reunión previa a las 19:30 horas en el locutorio de las monjas, junto al patio.

A las 20:00 horas celebraremos la Santa Misa, que será cantada por la Comunidad de Hermanas Clarisas. A su término, el sacerdote hará Exposición Mayor de Su Divina Majestad y se rezará la Estación a Jesús Sacramentado.

Posteriormente, se rezarán las Vísperas, la Oración de presentación de Adoradores y el Oficio de Lectura.

Tras un tiempo de silencio y reflexión personal, rezaremos el Santo Rosario tras el cual se rezarán las Preces Expiatorias.

Seguidamente rezaremos Completas junto a la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara.

Se concluirá con el Rito de despedida del Santísimo Sacramento.

NOTA.- El ritual a seguir de la Liturgia de las Horas será el del Domingo de la primera semana del Salterio (de la página 47 a la 74 del Manual de la Adoración Nocturna Española).
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"Adoro te Devote", en el Quinario en honor y gloria a Jesús Sacramentado

(Publicado el lunes, 20 de junio de 2016)

En la VIII Exaltación Eucarística de Alcalá de Guadaíra, que organiza la Sección de Alcalá de Guadaíra de la Archicofradía Sacramental de la Adoración Nocturna Española, Dª. María José Gravalosa dejó a Alcalá un pregón Eucarístico con una idea central: “La Adoración Eucarística es necesaria”. Adorar a Jesús Sacramentado es lo que hizo esta Antigua y Franciscana Sección, de la que es presidente honorario el Emmo. y Rvdmo. Sr. Fray Carlos Amigo Vallejo, cardenal arzobispo emérito de Sevilla, en la Vigilia Diocesana de Espigas celebrada en Écija el 11 y 12 de junio, y lo hará en la Vigilia mensual que celebrará el próximo sábado 25 de junio.

Pero además, como cada año, esta Archicofradía de Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento, ha celebrado en Alcalá de Guadaíra un Solemne Quinario en honor y gloria de Jesús Sacramentado, en esta ocasión del 13 al 17 de junio, que culminó con su Función Principal el sábado 18 de junio.

Los cultos diarios, celebrados en la Iglesia del Convento alcalareño de Santa Clara, han constado de Santa Misa, Exposición Mayor del Santísimo Sacramento (Pange Lingua, rezo de la Estación a Jesús Sacramentado, cántico eucarístico, oración de Adoradores, Tantum ergo, oración, Bendición con Su Divina Majestad, alabanzas, canto final y Reserva). La Santa Misa se ha aplicado cada día por hermanos adoradores que gozan ya de la presencia del Padre: D. Francisco José Álvarez Gandulfo, D. Manuel García González, D. Sebastián Moya González, D. Joaquín Villalba Sánchez y D. José Corzo Casanova.



Los cultos han sido realzados, con la elevación espiritual de los cantos de las Hermanas Clarisas, que han sorprendido con motetes poco cantados en el convento y que han gustado mucho a los fieles que han asistido cada día.


Ha ocupado la Sagrada Cátedra el Rvdo. Padre Salesiano D. Javier Pacheco Fernández que ha resultado muy catequético, meditando y haciendo reflexionar a los fieles sobre la Eucaristía.

El primer día se reflexionó sobre qué es Eucaristía, qué es Misa, con el análisis de estos cuatro puntos: memorial, sacrificio, acción de gracias y comunión.

El segundo día, el Padre Javier mostró cómo la Eucaristía influye en la Iglesia. La Iglesia nace de la Eucaristía, avanza con la Eucaristía, y proclama la evangelización con la Eucaristía.

El tercer día se vio que en los momentos difíciles de la historia de la Iglesia y de la historia de los hombres, estos se apoyan en Jesús Eucarístico, en la Eucaristía. Mostró el orador testimonios de ello, como el del Cardenal Van Thuan de Vietnam, que en la cárcel se alimentaba de la Eucaristía y hacía que los demás presos se alimentaran de la Eucaristía, consiguiendo la fuerza para resistir y superar su situación.

El cuarto día la reflexión se centró en la influencia que tiene la Eucaristía en nuestra vida como creyentes y como seguidores de Jesús.

El quinto y último día de Quinario, el Padre Javier realizó una reflexión sobre el canto “Adoro te devote”, canto importantísimo para cuando los sacerdotes exponen el Santísimo y hacemos la Adoración al Santísimo Sacramento. Es increíble, todo lo que puede dar de sí el análisis de la primera estrofa de este bello himno creado por Santo Tomás de Aquino. Por eso, porque sirve para entender qué es adoración, contemplación, devoción, y anima a los adoradores nocturnos de Jesús Sacramentado a seguir adorándole, y seguir creciendo espiritualmente, se realiza una transcripción literal:

Adoro te devote, latens Deitas,
quae sub is figuris vere latitas:
Tibi se cor meum totum subiicit,
quia te contemplans totum deficit.
Adoro con devoción a Dios escondido,
oculto verdaderamente bajo estas apariencias.
A Ti se somete mi corazón por completo,
y se rinde totalmente al contemplarte.





El canto comienza con un “Adoro te”, “Adoro”. Adoración cuando se expone el Santísimo. Éste es un canto y una palabra que indica una profesión de fe, en la identidad del que está ahí presente. Es Jesús en las Especies del Pan y el Vino: Jesús. Adorarle es reconocer a Jesús como hombre y como Dios: naturaleza divina y naturaleza humana en una sola persona. Adoramos a Dios y esta adoración se puede hacer preparándola interiormente, con plegarias, de muchas formas, donde adoramos la grandeza, la majestad, la belleza, la bondad de Dios.

Los cantos son una forma de adoración. También otra forma es en silencio. Se puede adorar en silencio. San Gregorio Nacianceno decía: ver a Dios es un himno de silencio. Dios está aquí, está presente, venid, adorémosle. Con reverencia cuando estamos en su presencia, pero himno de silencio, viéndole a él.

Pero el himno “Adoro te devote” dice también otra cosa importante: la adoración tiene que ser “devota”, con devoción.

Es una palabra que hoy se ha perdido. La devoción no es una práctica exterior, sino algo interno. La devoción consiste en la prontitud, la disponibilidad, la voluntad para ofrecerse a sí mismo a Dios. Y esto se expresa con el servicio. La devoción es entrega a Dios, entrega, no una práctica exterior, sino la entrega. Por eso, cuando dice “Adoro te devote”, “Te adoro con devoción”, la palabra “devoción” tiene sentido en el cántico y tiene sentido cuando nosotros adoramos al Señor. Hoy día esta palabra “devoción”, ha quedado devaluada por completo. Porque tenemos devoción a San Pancracio, a San esto, a San otro, ¿y esta devoción en qué queda? En cosas exteriores. Sin embargo, la devoción es entrega de lo más íntimo de mi ser a Dios. Esta es la devoción en un cristiano y en nosotros, y no en las prácticas exteriores: rezar, darle un beso, pasarle la mano.

Y dice también el cántico: “Al contemplarte todo se rinde”. Voy a explicar un poco porque escribían esto, porque estos cantos están escritos en el siglo XIII. ¿Por qué al contemplarte?

En los siglos XII y XIII había gran devoción a la Eucaristía, pero una parte de la Eucaristía. La gente quería una parte de la Eucaristía, pero después no comulgaba. Les faltaba la Comunión. Hubo un Concilio en el siglo XIII, en 1215, en el que se indicaba que por lo menos una vez, en Pascua, una vez al año hay que comulgar. Pero sin embargo, la gente, aunque no comulgaba, le tenía una gran devoción a la Eucaristía. Y entonces en 1197, aparece escrito por primera vez, sobre cuando se levanta la “Forma” en la Eucaristía. Esto para aquella gente era lo principal. La gente corría cuando escuchaban las campanas, porque se estaba levantando la “Forma”, y se quedaban un ratito contemplando. Contemplaban a Jesús en la Eucaristía así.



Y a raíz de esto surgen una serie de cantos, para cuando se contempla la Eucaristía. Está el “Ave Verum”, el “Adoro te devote”, el “Pange Lingua”. Todos ellos himnos del siglo XIII. Con el tiempo y con las formas eclesiásticas ha variado todo esto. Primero porque en la Eucaristía hay que comulgar, porque es también un banquete. Pero sin embargo, se quedó también pendiente, a partir de esta reforma, que no se perdiera la contemplación a la Eucaristía cuando se expone el Santísimo. Entonces los Papas decían, cántense estos cantos también, aunque se pueden cantar también en el momento de la Comunión, pero cántese en el momento en el que estamos contemplando, orando al Señor en el Santísimo Sacramento expuesto. Esta es la historia de la contemplación.

La contemplación hoy día también es importante. Cuando nosotros decimos “Haced esto en memoria mía”, estamos diciendo la Eucaristía. Pero hacer memoria de Jesucristo es también tenerlo presente en el Santísimo Sacramento expuesto.

Sobre la contemplación, dice el cántico “Te contemplamos”. Cuando vemos la Eucaristía, el Santísimo Sacramento expuesto en la Forma, adorándole nosotros: te contemplamos. ¿A quién contemplamos? A Ti. Pero no solo es una contemplación estática. Pensemos en Jesucristo como hombre, pensemos en Jesucristo como persona que pasó realizando el bien, que estuvo sanando, predicando, resucitando, que sufrió, es el “Te”. A Ti te contemplamos ahí, al ver la Forma expuesta en la Custodia, ahí te contemplamos. Todos los grandes maestros del Espíritu han definido la contemplación de una manera o de otra, hablan de la contemplación. Estar en contemplación eucarística significa, por lo tanto, establecer un contacto con Jesús realmente presente en la Hostia. Contemplación eucarística es mirar a Jesús, que nos mira a nosotros.

Y dice el canto también: “Al contemplarte todo se rinde”. ¿Qué significa? Significa que cuando contemplamos a Jesús expuesto en la Forma, todas las cosas externas que hay en nuestro exterior (las personas, las cosas) deben desaparecer. Todas las cosas internas, nuestros pensamientos, nuestras preocupaciones, debemos olvidarlas, olvidarlo todo excepto a Dios, decía Pascal. Me olvido de todo, excepto de Dios, que está ahí presente. Y San Francisco de Asís, amonestaba a sus hermanos diciéndoles: “Gran miseria sería y miserable más, si teniéndole a Él, aquí presente, os ocuparais de cualquier otra cosa que hubiera en todo el Universo”. Estando presente preocupémonos de Él.

Y voy a terminar. Cuando vemos la Eucaristía en la Exposición, muchas veces decimos ¿qué tengo que hacer? Casi me aburro, parece que no tengo devoción, no tengo fervor.

El Espíritu Santo nos dice a nosotros: estemos largo tiempo contemplando a Jesús.

Y dejo este pensamiento que nos puede servir. Hubo un autor de temas espirituales que le pidió al Señor: "Señor, dame fervor para contemplarte ahí en la Hostia". Y el Señor le dijo: "dame tu tiempo, ahí, y yo te iré dando el fervor".

Terminemos todos dándole gracias al Señor por todo lo que hace por nosotros y adorémosle de verdad en la “Forma” ahí presente.


Redacción: N.H.A.D. Francisco Burgos Becerra.
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Vigilia de Adoración a Jesús Sacramentado


El próximo sábado, 25 de junio, celebraremos Vigilia de Adoración a Jesús Sacramentado.

Para organizarla tendremos la reunión previa a las 19:30 horas en el locutorio de las monjas, junto al patio.

A las 20:00 horas celebraremos la Santa Misa, que será cantada por la Comunidad de Hermanas Clarisas. A su término, el sacerdote hará Exposición Mayor de Su Divina Majestad y se rezará la Estación a Jesús Sacramentado.

Posteriormente, se rezarán las Vísperas, la Oración de presentación de Adoradores y el Oficio de Lectura.

Tras un tiempo de silencio y reflexión personal, rezaremos el Santo Rosario tras el cual se rezarán las Preces Expiatorias.

Seguidamente rezaremos Completas junto a la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara.

Se concluirá con el Rito de despedida del Santísimo Sacramento.

NOTA.- El ritual a seguir de la Liturgia de las Horas será el del Domingo de la primera semana del Salterio (de la página 47 a la 74 del Manual de la Adoración Nocturna Española).
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Carta Pastoral del Excmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo

(Publicado el domingo, 19 de junio de 2016)


OREMOS POR EL PAPA

Queridos hermanos y hermanas:

El próximo domingo 26 de junio, el más próximo a la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, celebraremos el día del Papa, una jornada muy indicada para agradecer al Señor el importante servicio que el Sucesor de Pedro cumple en la Iglesia. A lo largo de su vida pública, el Señor, al mismo tiempo que anuncia la Buena Noticia del amor de Dios por la humanidad, va diseñando la arquitectura constitucional de su Iglesia. De entre sus discípulos, elige Doce, para que estén con Él y para que sean testigos de su vida, de su enseñanza, milagros, pasión, muerte y resurrección. A los Doce Apóstoles, a los que suceden los Obispos, el Señor los envía al mundo entero para que anuncien el Evangelio a toda criatura. Para ello los inviste con la fuerza del Espíritu Santo en Pentecostés y, a partir de ese momento, comienzan la tarea de edificar la santa Iglesia, de la que ellos mismos son cimientos.

Del grupo de los Doce Jesús elige a uno, Pedro, para que sea la roca fundamental y el principio de unidad del edificio de la Iglesia, concediéndole el carisma de atar y desatar, es decir, de interpretar autoritativamente la nueva ley evangélica, confirmando a sus hermanos en la fe. Junto al lago de Galilea, Pedro recibe la plenitud de la autoridad en el orden magisterial, santificador y de gobierno del nuevo Pueblo de Dios que es la Iglesia.

El oficio que Cristo entregó a Pedro, por voluntad del mismo Señor, subsiste en sus sucesores, los Obispos de Roma, a través de una cadena ininterrumpida, de modo que el Papa Francisco es, como Pedro, Vicario de Jesucristo, Pastor de toda su grey y cabeza visible de la Iglesia. Este es el fundamento y la razón del respeto, la veneración y el amor que debemos profesar al Papa. El amor al Papa y el “sentir” con el Papa han sido siempre un signo distintivo de los buenos católicos, como lo ha sido también la acogida, docilidad y obediencia a sus enseñanzas.

Después de los pontificados grandes del Papa san Juan Pablo II y del Papa Benedicto XVI, cuya figura se ha agigantado en los últimos años por su humildad, libertad de espíritu y generosidad, nuestra veneración, amor, obediencia y oración se dirigen hoy a la persona y el ministerio del Santo Padre Francisco, que por encargo de Cristo y con la compañía de su Espíritu, nos preside en la caridad, nos pastorea en su nombre, nos alienta con su palabra y nos ilumina con su Magisterio.

Si todos los días hemos de orar por la persona, ministerio e intenciones del Papa, mucho más debemos hacerlo en esta solemnidad en nuestra oración personal y en las celebraciones eucarísticas de nuestras parroquias y comunidades. Es ésta una fecha muy indicada para que los sacerdotes expliquen en la homilía la naturaleza del servicio que el obispo de Roma presta a la Iglesia, invitando a los fieles a renovar el amor y la devoción por el Papa. Renovemos también la fidelidad y la obediencia al Santo Padre, que nos enseña en nombre y con la autoridad de Cristo y cuya palabra debe ser para todos los buenos católicos guía y norma de vida.

Estoy seguro de que los sacerdotes harán también con todo interés la colecta conocida como “óbolo de San Pedro”, que es imperada, pontificia y, por tanto, obligatoria. Su origen se remonta a la antigüedad cristiana y constituye la base primaria del sostenimiento de la Sede Apostólica. Con el “Óbolo de San Pedro” el Santo Padre atiende además a las innumerables solicitudes de ayuda que, como pastor universal, recibe del mundo entero. Atiende, sobre todo, al grito de los pobres, de los niños, ancianos, marginados, emigrantes, prófugos, víctimas de las guerras y desastres naturales.

El Papa, como Cabeza del Colegio Episcopal se preocupa también de las necesidades materiales de las diócesis pobres y de los institutos religiosos especialmente necesitados. Acude además en ayuda de los misioneros, que promueven infinidad de iniciativas pastorales, evangelizadoras, humanitarias, educativas y de promoción social en los países más pobres de la tierra. Para ello necesita la ayuda de toda la Iglesia. “El Óbolo de San Pedro –escribió el papa Benedicto XVI es la expresión más típica de la participación de todos los fieles en las iniciativas del Obispo de Roma en beneficio de la Iglesia universal. Es un gesto que no sólo tiene valor práctico, sino también una gran fuerza simbólica, como signo de comunión con el Papa y de solicitud por las necesidades de los hermanos”

El libro de los Hechos nos da testimonio de cómo mientras Pedro estaba en la cárcel, la Iglesia entera oraba por él. También nosotros, en este domingo y siempre, estrechamos la comunión con el Sucesor de Pedro, oramos por él y le ayudamos con nuestras limosnas a socorrer a los necesitados.


Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.


+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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Solemne Función Principal de Instituto

(Publicado el sábado, 18 de junio de 2016)

Hoy sábado 18 de junio nuestra Archicofradía Sacramental de la Adoración Nocturna de Alcalá de Guadaíra celebra, tras los cultos solemnes consagrados a Jesús Sacramentado, la FIESTA PRINCIPAL DE SU INSTITUTO.

La Santa Misa será oficiada por el Rvdo. Sr. D. Manuel María Roldán Roses, párroco de Santiago el Mayor.

Al Ofertorio, el Sr. Presidente de la Sección Alcalareña de la Adoración Nocturna, D. Juan Jorge García García, leerá la fórmula de la Protestación de nuestra Fe que será jurada por todos los Oficiales del Consejo de Gobierno, en representación de todos los adoradores y adoradoras.

Tras la Comunión, el sacerdote oficiante hará Exposición Mayor de Su Divina Majestad.

Después de la Estación a Jesús Sacramentado, se organizará la Procesión Eucarística cuyo orden será:

1º Bandera de la Sección de Adoración Nocturna de Alcalá de Guadaíra.
2º Fieles con cirios.
3º Turiferario.
4º Santísimo Sacramento bajo palio.
El recorrido que seguirá la Procesión será el siguiente:
  • Salida por la puerta que da al patio del Convento.
  • Entrada en la Clausura.
  • Claustro grande.
  • Calle Nuestra Señora del Águila.
  • Entrada en la Iglesia.
La Procesión se parará delante de los altares preparados por las Hermanas Clarisas, incensando al Santísimo Sacramento en cada uno de ellos.

Concluirá la Solemne Función con la Bendición con S. D. M. y Reserva.
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Quinto día del Solemne Quinario

(Publicado el viernes, 17 de junio de 2016)

Hoy, a las ocho de la tarde, la Venerable Archicofradía de la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento celebrará el quinto día del Solemne Quinario en honor de Jesús Sacramentado ocupando la Sagrada Cátedra el Rvdo. Sr. D. Javier Pacheco Fernández, S. D. B.

La Santa Misa se aplicará por N.H.A.D. José Corzo Casanova (q.e.p.d.).


ORACIÓN DEL DÍA QUINTO

Señor nuestro Jesucristo:
Tu Pasión y Muerte, que la Eucaristía nos recuerda, son la prueba más clara del amor de Dios al hombre. «De tal manera amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Unigénito.» (Jn 3, 16).

«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.» (1 Jn 4, 10). «La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.» (Rom 5, 8)
De corazones bien nacidos es de ser agradecidos, y agradecerte el haber muerto por nosotros y para la remisión de nuestros pecados nos exige un esfuerzo continuo de conversión.
Reconocemos que «hemos pecado, hemos obrado injustamente, somos culpables.» (1 Re 8, 47) y, con el profeta David, pedimos: «Misericordia, Dios mío, por tu bondad.» (Sal SO).
Que tu cuerpo, entregado por nosotros y levantado en la cruz, nos haga volvernos a Ti. Que tu Sangre derramada para la remisión de los pecados purifique de las obras muertas nuestras conciencias para rendir culto a Dios vivo. (Heb 9, 14).
Que la Eucaristía nos recuerde siempre la obligada respuesta del agradecimiento: Que si Tú diste tu vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos.

Escucha, Señor, nuestra oración:
Con nosotros oran también la Virgen Santa María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que es para nosotros Consolación y Gracia, Reina de los Ángeles; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Santa Clara y San Francisco de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.
Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
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Crónica de la Fiesta Diocesana de las Espigas, celebrada en Écija

(Publicado el jueves, 16 de junio de 2016)

Representación de la Sección Adoradora de Alcalá de Guadaíra
junto al Presidente del Consejo Diocesano de A. N. E.
el Sr. D. Rafael Corrales Ruíz.
El pasado fin de semana, se vivió en la ciudad de las Torres, Écija, la Vigilia Diocesana de Espigas, organizada por los Consejos Diocesanos de A. N. E. (Adoración Nocturna Española) y A. N. F. E. (Adoración Nocturna Femenina Española) y la Sección adoradora de Écija. Se congregaron adoradores y adoradoras de la Archicofradía Sacramental de Adoración Nocturna Española de toda la Diócesis de Sevilla, para adorar a Jesús Sacramentado. Como dicen los adoradores: cuando encuentras al Señor en el Sagrario y le descubres en las Sagradas Especies Eucarísticas, tu vida cambia para siempre. El amor de quien es puro Amor te impregna y se refleja en esa alegría especial que siempre acompaña a los adoradores de Cristo Eucaristía.







RECEPCIÓN Y PROCESIÓN DE BANDERAS

La recepción se produjo en la Parroquia de Santa María Nuestra Señora, de aire neoclásico y portada principal de estilo barroco, situada en la Plaza de Santa María, donde se ubica el monumento del siglo XVIII en mármol de los patronos de Écija, la Virgen del Valle y San Pablo.

Los adoradores, como hacen al entrar en cualquier Iglesia, buscaron el Sagrario, para arrodillarse ante el Señor, y allí encontraron uno de los Sagrarios más impresionantes de la Archidiócesis. Los Consejos y las diferentes Secciones prepararon sus Banderas, que simbolizan la presencia comunitaria de los adoradores de una Sección o Diócesis. Comenzó la tradicional Procesión de Banderas, con las Secciones adoradoras ordenadas según la antigüedad de las mismas. Siguiendo a la Cruz Parroquial, acompañada por dos ciriales, recorrieron el trayecto que les llevaría a la Parroquia Mayor de Santa Cruz. Durante el recorrido los adoradores entonaron los cantos: “Qué alegría cuando me dijeron”, “Juntos como hermanos”, “Una espiga dorada”, “Anunciaremos tu reino”, “Hacia ti morada Santa” y “No adoréis a nadie”.



SANTO ROSARIO, REZO DE VÍSPERAS, SANTA MISA Y TURNOS DE VELA

Todo estaba preparado en la impresionante y acogedora Iglesia de la Parroquia Mayor de Santa Cruz, cuyos restos más antiguos se remontan a la época visigoda. En ella presidía el Altar Mayor, la Virgen del Valle, Patrona de Écija.

Con todas las banderas de la Secciones colocadas en torno al Altar, comenzaría el rezo del Santo Rosario, la mejor preparación para el encuentro con Cristo Eucaristía. Para los adoradores la Virgen es fundamental. Por eso Pablo VI animaba a seguir a María, pues es el cauce por donde Jesús llegó y que nos atrae y lleva a Dios.


Seguiría el canto de entrada que realizó primorosamente la Coral de Écija. En la monición inicial, D. Rafael Corrales, presidente del Consejo Diocesano de A. N. E. (Adoración Nocturna Española), procedió a dar la bienvenida y acogida, expresando el motivo que reunía allí a los adoradores y adoradoras de la Diócesis:

"Hoy nos reunimos en torno a la mesa para festejar el Sacramento del Amor, para participar de la Fiesta de la Vida, pues es Cristo mismo quien nos invita a compartir el pan con los hermanos, a darle gracias por los dones recibidos, a sentirnos queridos desde la fe, la caridad y la esperanza fraterna.

Venimos llenos de gozo ante su presencia desde distintos puntos de esta tierra de María Santísima, la primera cristiana, la mujer que fue Pura y Limpia antes de todos los tiempos, la que fue el primer Sagrario de la Tierra, y que preside este Altar desde la advocación de Nuestra Señora del Valle Coronada, Patrona de esta ciudad de Écija que hoy nos acoge. Lo hacemos porque traemos el alma abierta de par en par para escuchar su Palabra, para degustar su Cuerpo, para sentir su presencia en lo más profundo del corazón. Venimos pues, Dios de bondad infinita, a mirarte con ojos de niños, a empaparnos con el agua que vivifica y a buscar tu misericordia y perdón.

Desde el sentimiento que como adoradores nos embarga, comencemos esta celebración unidos todos en común unión con nuestros pastores para que el sacrificio que vamos a revivir, en el que Jesucristo se nos va a entregar, una vez más por entero, desde su divinidad, su Cuerpo y su preciosísima Sangre, redunde en nosotros como prenda de su amor y nos colme de bienes espirituales."

Tras el saludo del Sr. Obispo, monseñor Santiago Gómez Sierra, comenzó el rezo de Vísperas, que tras el himno, en su Salmodia incluiría los Salmos 112, 115 y finalizaría con el cántico “Cristo, siervo de Dios, en su Misterio Pascual”.

Todos los presentes participaron de la Santa Misa, de la Eucaristía que es Memorial, Sacrificio, Acción de gracias y Comunión.













UN OBISPO ADORADOR DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

Presidió la Santa Misa el Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo auxiliar de Sevilla, mons. Santiago Gómez Sierra, y concelebraban con él los sacerdotes del arciprestazgo de Écija y D. Teodoro León, Vicario General de la Archidiócesis que es el director espiritual y consiliario de la Adoración Nocturna Diocesana.

Mons. Santiago denotaba en sus palabras un profundo conocimiento de la Adoración Nocturna, su alta valoración de la misma y que es adorador del Santísimo Sacramento. En su homilía que se correspondía con el Evangelio según San Lucas, analizó la actuación de Simón, que al recibir en su casa al Señor, ni siquiera tuvo con él los gestos normales de hospitalidad entre los judíos, y la forma de proceder de la pecadora que habiendo sido perdonada mostraba su amor a los pies del Señor.

Decía monseñor que los adoradores ocupan en sus vigilias el lugar de la pecadora, pues las vigilias de adoración no son otra cosa que un detalle de amor al Señor. Aquella mujer expresaba todo su agradecimiento y amor de ese modo, regando los pies del Señor con sus lágrimas, enjugándolos con sus cabellos y ungiéndolos con el perfume. Y los adoradores expresan su amor al Señor, orando de todos los modos como ora la Iglesia. Ahondáis en la enseñanza del Señor con vuestros temas de reflexión en el Turno. Os acercáis al Señor con esa oración vocal, con el Rosario, con la Liturgia de la Iglesia, como acabamos de rezar y comenzar esta Eucaristía, con las Vísperas y las prolongáis con los maitines y Laudes.

Al mismo tiempo, tienen ese tiempo de oración personal y de adoración personal ante Jesús presente en la Eucaristía.

Se transcribe la literalidad de lo expresado por el Obispo Santiago: "A vosotros y a mí, el Señor nos ha dado todo lo que somos y seremos. El que llora ante Jesús, puede llorar por sus pecados o puede llorar también de gratitud y del amor que conoce del Señor y que ha recibido en su vida, y así somos invitados a ponernos a los pies de Jesús cada vez que acudimos a él, presente en la Eucaristía. Por eso yo os invitaría a renovar vuestro Carisma como adoradores y adoradoras, como carisma de Amor, que en la noche y en el silencio busca a Jesús, como aquella mujer, que se enteró que Jesús estaba en casa de Simón y buscó al Señor y se pone a sus pies para mostrarle todo el amor y toda la gratitud. Cada uno de nosotros tiene razones distintas, pero todos, en definitiva, como pecadores perdonados.

Fijaros, nunca nos acercamos a la Eucaristía sin partir de ese reconocimiento de nuestro pecado y de esa individualidad para estar y recibir al Señor. Cada misa que celebramos empezamos pidiendo perdón y reconociéndonos pecadores. Y cuando llega el momento, antes de comulgar, decimos: No soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Él, que es la Palabra hecha Carne, esa Palabra, es la que nos ha salvado, la que nos ha hecho dignos de poder estar en su presencia.

Hermanos y hermanas adoradores, vivimos nuestro carisma como respuesta amorosa a esta misericordia y este amor misericordioso que Jesús nos ha mostrado a todos, en nuestra vida. Bien sabéis que vosotros no lo hacéis solamente a título personal sino que el adorador y adoradora se sabe en nombre de la Iglesia y en nombre de todos. También con ese sentido de reparación, de querer mostrar al Señor el amor que todos le deben, pero que no todos le responden, y vosotros en nombre de la Iglesia y en el nombre de todos, lleváis al Señor ese gesto de amor hecho vigilia, hecho oración, hecho adoración ante Cristo presente en la Eucaristía.

¿Qué deseo le pido al Señor con vosotros en esta Vigilia?

Que el carisma de adoradores y adoradoras de Jesús Eucaristía se multiplique en nuestra diócesis. Que se enriquezcan los Turnos existentes y puedan nacer otros nuevos.

¡Cuántos títulos tienen tantas asociaciones de "Sacramental"! Pero esos títulos de Sacramentales, a veces, no responden a un espíritu de Adoración al Santísimo Sacramento. Los sacerdotes y los obispos, también tenemos una obligación de promover la Adoración Nocturna en nuestra Diócesis. No habrá Nueva Evangelización, no habrá renovación misionera, como el Papa Francisco nos está pidiendo: una pastoral misionera. No habrá misiones, si no hay fervor. Si no hay una ola de fervor que seamos capaces de levantar en las comunidades cristianas, vosotros los primeros como adoradores y adoradoras. También hoy, una Iglesia que no sea fervorosa, que no ponga en el centro de la vida a Jesucristo Eucaristía no podrá ser una Iglesia misionera. Quien no tiene experiencia de Dios, es difícil que pueda hablar de Dios, porque de Dios hablan los testigos, los que han experimentado esa cercanía del Señor y responden a ese amor, transmitiendo el amor recibido de él. 

Así se lo pedimos al Señor, que la Virgen Santísima que preside el presbiterio y que en esta ciudad es querida como Patrona, como la Virgen del Valle, que en este Valle de nuestras oscuridades y, muchas veces, de ingratitud, haga que vosotros adoradores y adoradoras seáis Luz y Sal, que pongan luz en vuestras vigilias de oración y que levanten ese testimonio de la fe y del amor al Señor, que puede irradiarse en tantos hermanos y hermanas.

Que la Virgen Santísima, nuestra Madre del Cielo nos ayude a encontrar caminos para vivir esto. Caminos que serán de fervor y de amor al Señor, caminos que serán de comunión entre nosotros. Obra de misericordia es también soportar los defectos del prójimo y trabajar por la comunión fraterna. Y así, de esa manera podemos ser testigos y propagadores de este carisma tan precioso como el Señor entregó a su Iglesia, que es la Adoración Nocturna. Que así sea."



EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO Y VIGILIA

Terminada la Comunión y recitada la oración final de la Misa, mons. Santiago hizo la Exposición del Santísimo Sacramento, cantándose de pie el Magnificat.


El Sr. Obispo recitó la Oración de presentación de adoradores, mientras todos de rodillas respondían: “Venimos, Señor, a tu presencia”.

El Sr. Vicario General, D. Teodoro, realizó el invitatorio.

Se recitó el Salmo 94 (Invitación a la alabanza divina).

Se organizaron cinco Turnos de Vela, que se iban sucediendo a lo largo de la noche, recitando cada Turno el Oficio de Lectura completo y dedicando un tiempo a la oración personal en silencio. Cada Turno finalizó con un canto a la Virgen. A nuestra Sección Adoradora de Alcalá de Guadaíra le correspondió el último turno.

Se recitó el Te Deum, con hondo espíritu de gratitud al Señor por todos los beneficios a lo largo del último año, especialmente por tantas gracias recibidas en las noches de vigilia eucarística.

Todos los adoradores, de pie, recitaron el compromiso de fidelidad:

"Soberano Dios y Señor: Confiamos en tu misericordia, prometemos defender el dogma de la Sagrada Eucaristía y las prerrogativas de la Virgen María, Madre de Dios, tal como nos enseña el magisterio de la Iglesia Católica. Prometemos, además, leal acatamiento y obediencia a cuanto enseñen y manden en el ejercicio de su santa misión apostólica, nuestro Santo Padre el Papa, o nuestros Obispos en comunión con la Santa Sede.

Creemos Señor, robustece nuestra fe. Sálvanos Señor, para que no perezcamos."

Seguidamente los adoradores cantaron el Himno de la Virgen del Valle.





EXPERIENCIAS MÍSTICAS DE LOS ADORADORES Y LAUDES

Terminados sus respectivos Turnos de Vela, mientras se espera para realizar el rezo de Laudes, se produce una agradable convivencia entre adoradores, que siempre resulta muy gratificante, pues se comparten las experiencias vividas, en las que fueron llamados por el Señor a adorarle.

Comentaba un adorador, Antonio, que desde siempre era un asiduo de la Iglesia, que era costalero, pero que desconocía dónde estaba el Señor. Hasta que un día, al pasar junto al Sagrario sintió la llamada, se arrodilló ante el Sagrario y sintió en lo más profundo del corazón que el Señor le decía: "Aquí estoy. Desde adora me adorarás". Y fue así como se hizo adorador, preocupándose por formarse e integrarse en las Secciones adoradoras de los lugares en los que ha residido.

Otro adorador, Rafael, que siempre había gozado de prestigio profesional y reconocimiento social, comentaba que a pesar de tenerlo todo para ser feliz, no lo era, le faltaba algo, se sentía triste: "¿estaré depresivo?" Un día, un amigo le dijo, acompáñame y te llevaré a quien te va a sanar. Y le llevó ante el Sagrario de la capilla del colegio mayor Almonte, diciéndole: "Aquí está quien te curará". Y en la soledad, ante el Sagrario, sintió que el Señor le decía: "Desde ahora tú no, los demás. De ti ya me ocupo yo". Desde entonces, nada falta en su vida y goza de la característica alegría de los adoradores de Jesús Sacramentado.

A las cinco de la mañana, terminados los turnos de Vela ante el Santísimo Sacramento, se reunieron todos los adoradores en el templo para el rezo de Laudes, la Oración de la mañana.


PROCESIÓN CON EL SANTÍSIMO Y BENDICIÓN DE LOS CAMPOS

Terminado el rezo de Laudes, se organizó la Procesión Eucarística con las diferentes Secciones adoradoras por orden de antigüedad, con el Santísimo Sacramento bajo palio. Ahora el recorrido sería el inverso: De la Parroquia Mayor de Santa Cruz a la Parroquia de Santa María Nuestra Señora, mientras se cantaban los mismos cantos que en la Procesión de Banderas. 


Llegados al altar dispuesto para la bendición, en la Plaza de Santa María, delante del monumento de la patrona de la ciudad, la Virgen del Valle, mientras repicaban las campanas, se incensó el Santísimo Sacramento, se cantó el Pange Lingua y el Tantum Ergo, impartiendo la Bendición con Su Divina Majestad el Rvdo. Sr. D. Francisco Reina Chía, cura párroco de la Mayor de Santa Cruz.

Terminada la Bendición, el Rvdo. Sr. D. Francisco Moreno Aldea, cura párroco de Santa María Nuestra Señora realizó la Reserva del Santísimo, terminando la solemne Vigilia con el canto de la Salve a la Virgen María.

Los adoradores regresaron a sus casas llenos de paz y gozo espiritual. Se habían llenado del Señor, para luego ser signo de su presencia y de su Amor. Fortalecidos con el Pan de Vida, siempre estarán disponibles, en actitud de servicio, en entrega constante a Dios, a la Iglesia, a los hermanos…


Redacción: NN.HH.AA. D. Juan Jorge García García y D. Francisco Burgos Becerra.
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Cuarto día del Solemne Quinario

Hoy, a las ocho de la tarde, la Venerable Archicofradía de la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento celebrará el cuarto día del Solemne Quinario en honor de Jesús Sacramentado ocupando la Sagrada Cátedra el Rvdo. Sr. D. Javier Pacheco Fernández, S. D. B.

La Santa Misa se aplicará por N.H.A.D. Joaquín Villalba Sánchez (q.e.p.d.).


ORACIÓN DEL DÍA CUARTO

Señor nuestro, Jesucristo:
Creemos que en el Sacramento del Altar estás presente con tu Humanidad, que un día resucitó de entre los muertos como prenda y garantía de nuestra futura resurrección.
Camino de Emaús, saliste al encuentro de nuestra miseria y desesperación. Tus palabras de vida eterna han traído a nuestro corazón el calor y la esperanza mientras cambiábamos en las tinieblas y en las sombras de la muerte. Te has adelantado a nuestra invitación y te has quedado con nosotros. Y nosotros te hemos reconocido en la fracción del pan.
Por eso, esta tarde, queremos estar contigo, para agradecerte el banquete que nos das.
Tú dijiste: "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día." (Un 6, 55) Siembra, Señor, en nosotros esta semilla de inmortalidad que es tu Cuerpo y tu Sangre, resucitados de entre los muertos, y riégala siempre con el rocío de tu Santo Espíritu, para que se cumpla en nosotros la afirmación de tu Apóstol: "Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros." (Rm 8, 11)

Escucha, Señor, las peticiones que sugiere a tu Iglesia el Espíritu:
Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.
Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
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Tercer día del Solemne Quinario

(Publicado el miércoles, 15 de junio de 2016)

Hoy, a las ocho de la tarde, la Venerable Archicofradía de la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento celebrará el tercer día del Solemne Quinario en honor de Jesús Sacramentado ocupando la Sagrada Cátedra el Rvdo. Sr. D. Javier Pacheco Fernández, S. D. B.

La Misa se aplicará por N.H.A.D. Sebastián Moya (q.e.p.d.)


ORACIÓN DEL DÍA TERCERO

Ante Ti, Señor, nos hemos reunido esta tarde, acabado el trabajo del día, para presentarte nuestra ofrenda, la ofrenda de nosotros mismo, en un acto de alabanza y de adoración.

Es la hora del descanso.

Mientras nuestros hermanos descansan, nosotros nos sentimos comprometidos a rezar, en nombre de la Iglesia, para que tu gloria, Señor, sea sin cesar reconocida; para que el tiempo en que se desarrolla nuestra vida humana, se convierta, hora tras hora, día y noche, en un cántico de alabanza a Ti.

Unidos y comprometidos con toda la Humanidad, queremos, una vez más, recoger esta tarde -para presentarlos ante Ti, como ofrenda y oración- los frutos de la laboriosidad de los hombres del campo y de la industria, el esfuerzo de los que trabajan, la reflexión de los que estudian e investigan, el holocausto de los que sufren en el cuerpo y en el alma, el amor de las familias, las nobles aspiraciones de los jóvenes, las preguntas de los niños, ávidos de saber...

Queremos hacernos presentes y disponibles a tu presencia, renovando una vez más, ante Ti, el compromiso de servicio a que nos has llamado: compromiso de adoración constante y de presencia callada, pero vigilante y activa, en el mundo.

Danos tu gracia para que, avivando nuestra fe y encendiendo nuestros corazones, te adoremos unidos esta tarde con más fervor que nunca.

Que con María, tu Madre, sepamos adorarte y alabarte continuamente, y darte gracias porque nos has salvado, y porque aceptas nuestra ayuda, unidos a Ti, para salvar al mundo, y porque permaneces, cercano, entre nosotros, como paga y señal de salvación.

Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.

Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.
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