‘Elegid clase de Religión para vuestros hijos’, carta pastoral del Arzobispo de Sevilla

(Publicado el viernes, 29 de junio de 2018)

Queridos hermanos y hermanas:

En las próximas semanas, muchos de vosotros tendréis que reservar plaza en los colegios públicos o privados para vuestros hijos de cara al próximo curso escolar. En el caso de la escuela pública, se os preguntará si deseáis que vuestros hijos asistan a la clase de Religión y Moral católicas. Es éste un derecho fundamental que os garantiza la Constitución Española y los Acuerdos suscritos entre la Santa Sede y el Estado español. No se trata, pues, de un privilegio que se concede a los católicos, ni de una concesión graciosa del Estado. Como reconoce nuestra Carta magna, los padres tienen el derecho inalienable de elegir el tipo de educación que desean para sus hijos, sobre todo en el plano moral y religioso, derecho que los poderes públicos no pueden ni limitar ni suprimir sin incurrir en una arbitrariedad injustificable en un Estado democrático.

Los padres y los alumnos tienen derecho a que la enseñanza religiosa escolar se imparta en condiciones análogas a las de las demás áreas, sin introducir limitaciones, recortes horarios o trabas que discriminan la impartición de esta enseñanza, que en ocasiones dan la impresión de querer asfixiarla, presentándola como si fuera una materia marginal y un peso añadido a la carga curricular. A pesar de todo, según datos obrantes en la Delegación diocesana de Enseñanza, entre nosotros tres de cada cuatro alumnos de la enseñanza pública optan por la clase de religión porque, gracias a Dios, siguen siendo muchos los padres que entienden que la formación religiosa y moral forma parte de la educación integral de sus hijos.

No faltan quienes opinan que la escuela no es el lugar propio de la formación religiosa, que pertenece más bien al ámbito familiar o a la catequesis que ha de impartirse en la parroquia. Es la postura de quienes desearían que la religión fuera alejada de la escuela pública. La familia y la parroquia tiene ciertamente un puesto insustituible en la educación cristiana de nuestros niños y jóvenes, como lo debe tener también la escuela si quiere educar integralmente a las nuevas generaciones. A veces, incluso en ambientes eclesiales, se aduce como razón fundamental para ello, que sin un conocimiento riguroso del cristianismo y del Evangelio es imposible comprender nuestra historia, nuestra cultura, las manifestaciones artísticas, la pintura, la escultura, la literatura o la música, nacidas al calor de la fe. Es una razón válida, pero no la única, ni la más importante.

La formación religiosa escolar proporciona a los alumnos el conocimiento de la verdad revelada sobre Dios, responde a las preguntas fundamentales sobre el sentido de la vida, nuestro origen y el destino eterno y trascendente del hombre, ofreciendo razones sólidas para vivir, luchar y sufrir. La formación religiosa ofrece al alumno principios y criterios morales seguros de comportamiento para con Dios y para con el prójimo, tanto en el plano personal como social, en aspectos  tan decisivos como la convivencia, el respeto, la justicia, la entrega a los demás, el sacrificio, la fraternidad, el servicio y el cuidado de la creación, de forma que bien podemos decir que la educación religiosa escolar encierra un evidente valor social, pues ayuda a formar buenos ciudadanos, aspecto éste que nuestras autoridades deberían valorar como se merece.

En el momento actual, cuando nuestra sociedad mira con preocupación la pérdida de valores morales y sociales de una parte de nuestra juventud, entre la que con demasiada frecuencia surgen brotes de violencia, cuando no de delincuencia que están en la mente de todos, es más urgente que nunca ofrecer a nuestros jóvenes una sólida educación en los valores religiosos y morales. Esto es lo que puede ofrecer la enseñanza religiosa, dentro del horario escolar y con la metodología propia de la enseñanza académica.

Con todo, lo más importante que la asignatura de religión puede brindar a los alumnos es el encuentro con Cristo, camino, verdad y vida de los hombres y única esperanza para el mundo, el único que puede dar respuesta a las ansias infinitas de felicidad que bullen en los corazones de nuestros adolescentes y jóvenes. El encuentro con Jesús es además manantial  de gozo y alegría rebosante, la alegría de Zaqueo y la samaritana y la de todos aquellos que tuvieron la dicha de encontrarse con Jesús.

Por todo ello, invito a los padres católicos de nuestra Archidiócesis a matricular  a sus hijos en la clase de religión, pues una buena formación religiosa y moral es la mejor herencia que pueden dejarles. Mi invitación se extiende a los jóvenes que cursan bachillerato y que están en situación de optar por sí mismos. Invito por último a los profesores a tomarse muy en serio la responsabilidad que cada año les encomendamos. A todos ellos manifiesto mi afecto, aprecio y gratitud por la tarea que realizan. Que Dios les pague su compromiso y amor a la Iglesia.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de  Sevilla

 

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Función Principal de Instituto

(Publicado el domingo, 24 de junio de 2018)

Nuestra Archicofradía celebra hoy Función Principal de Institutotras los Cultos Solemnes consagrados en honor y gloria de Jesús Sacramentado.

Comenzará a las 9 y media de la mañana en el Convento de Santa Clara y será oficiada por el Rvdo. Sr. D. Rafael Calderón García, arcipreste de Alcalá de Guadaíra y párroco de san Sebastián.

Al Ofertorio, el Sr. Presidente, leerá la fórmula de la Protestación de Fe Católica, que será ratificada por todos los Oficiales del Consejo de Gobierno.

Tras la Comunión, el sacerdote celebrante hará Exposición Mayor de Su Divina Majestad y, acto seguido, comenzará la Procesión Eucarística:
Orden
1º Bandera de la Archicofradía.
2º Fieles con cirios.
3º Turiferario.
4º Santísimo Sacramento bajo palio.
Recorrido
  • Salida de la Iglesia. 
  • Entrada en la Clausura por la puerta reglar. 
  • Claustro grande. El Santísimo Sacramento hará Estación en cada uno de los altares preparados por las Hermanas Clarisas. 
  • Salida a la calle Nuestra Señora del Águila. 
  • Entrada en la Iglesia concluyendo con la Bendición con S. D. M. y Reserva.

Se ruega a los hermanos adoradores y fieles en general su asistencia a esta Función Principal.

Los caballeros deben vestir traje oscuro y las señoras vestido de igual tono. Los hermanos adoradores deberán portar la insignia y la medalla de la Archicofradía.

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Solemne Misa de Clausura de la Misión Parroquial

(Publicado el sábado, 23 de junio de 2018)

Después de dos fructíferos años de Misión Parroquial, llega el momento de la Clausura. Han sido muchas las reuniones, los temas formativos tratados, los actos organizados, las misas mensuales…

Ahora toca cerrar este ciclo, que deja una Comunidad Parroquial renovada y más preparada, más unida si cabe, en torno a los pilares fundamentales de la Caridad y la Eucaristía.

La Misa de Clausura, con la entrega de la Cruz conmemorativa, tendrá lugar hoy sábado 23 a las 20:30, en el templo parroquial de Santiago el Mayor.
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‘No tengáis miedo, hombres de poca fe’, carta pastoral del Arzobispo de Sevilla

(Publicado el viernes, 22 de junio de 2018)

Queridos hermanos y hermanas:

Pocos relatos del Evangelio son tan dramáticos y al mismo tiempo tan consoladores, como el fragmento que escucharemos en la Eucaristía de este domingo. En él se nos narra cómo el Señor después de pasar el día entero predicando a orillas del lago de Tiberiades,  marcha en la barca acompañado de los Apóstoles a la otra orilla del lago. Es el atardecer y la oscuridad comienza a hacerse presente sobre Galilea.

Jesús, cansado de una dura jornada de trabajo apostólico, duerme recostado en la popa de la embarcación. De repente, como sucede a veces en este lago cerrado por las montañas en tres de sus lados, se levanta el viento, se encrespan las olas, que se abalanzan sobre la barca, y ésta comienza a llenarse de agua. El miedo se apodera de los Apóstoles a pesar de ser pescadores y, por lo tanto, hombres avezados a los peligros del mar. El naufragio les parecía inminente. Por ello, despiertan a Jesús con una pregunta que al mismo tiempo es una petición: “Señor ¿no te importa que nos hundamos?”. El Evangelio nos dice que Jesús se puso en pie, increpó al mar, el viento cesó y retornó la calma al lago mientras Jesús reprochaba a los Apóstoles su falta de fe.

En la vida cristiana, se dan a veces situaciones muy parecidas a las que nos narra el Evangelio de este domingo. Todos tenemos alguna experiencia en nuestra vida de momentos, a veces largas temporadas, e incluso años, en que parece que el Señor se ha olvidado de nosotros, se ha dormido en la popa de nuestra barca. Son esos momentos en los que la tiniebla nos rodea, en los que el dolor físico y la enfermedad nos visitan; son esos momentos en los que el sufrimiento moral, como consecuencia de problemas  profesionales, dificultades económicas, problemas familiares, la muerte de un ser querido o nuestras propias limitaciones psicológicas, nos hacen sentir la ausencia de Dios, el silencio de Dios, como si el Señor nos hubiera dejado de su mano y la barca de nuestra vida estuviera a punto de ser devorada por las olas.

La Palabra de Dios de este domingo es para todos nosotros una llamada a la esperanza y a la confianza en Jesús. Los Apóstoles tienen miedo ante la tempestad porque todavía no reconocen al Señor como Hijo de Dios. Lo ven como un hombre dotado de un gran atractivo personal, capaz incluso de obrar prodigios, pero no reconocen todavía su divinidad. Y es necesario el milagro para que, admirados, se digan unos a otros: “¿Quién es éste? Hasta el viento y el mar le obedecen.”

El Señor nos invita en este domingo a avivar nuestra fe en Él, en las circunstancias favorables y en las circunstancias desfavorables: en los momentos en los que la barca de nuestra vida surca el mar plácidamente mecida por vientos suaves, y en los momentos de tormenta en los que es zarandeada y sacudida por el sufrimiento y el dolor. También entonces, y, sobre todo entonces, el Señor nos sigue queriendo, nos sigue amando, se preocupa de nosotros y sigue velando sobre nosotros con su providencia amorosa.

La Palabra de Dios nos invita en este domingo a confiar en el Señor. Él no permitirá nunca que seamos probados por encima de nuestras fuerzas. Él no es el autor del mal, pero permite que el mal nos visite para nuestro bien, para nuestra purificación, para que pongamos nuestro corazón sólo en Él y no en los ídolos, para que  crezcamos en vida interior. Él nunca nos abandona, pues incluso en el momento más negativo de nuestra existencia, considerado de tejas para abajo, en el momento de nuestra muerte, nos está esperando para acogernos, para abrazarnos, para regalarnos la felicidad plena.

Éste ha sido siempre el convencimiento de los santos y el pensamiento que ha espoleado su fidelidad. Santo Tomás Moro, canciller de Inglaterra, seglar y padre de familia, cuya fiesta litúrgica celebrábamos el pasado viernes, estando prisionero en la Torre de Londres, en vísperas  de ser ajusticiado por negarse  a aprobar el divorcio del rey Enrique VIII, escribía a su hija Margarita esta hermosa frase, que todos nosotros deberíamos repetir en los momentos de prueba: “… de lo que estoy más cierto en este instante en el que se me anuncia mi muerte, es que Dios nunca me va a abandonar. Por ello, me pongo totalmente en sus manos con absoluta esperanza y confianza en Él”.

Este ha sido el estilo de los mártires y de los santos. Éste debe ser el estilo del verdadero cristiano ante la vida y ante la muerte y ésta debe ser también nuestra actitud de cristianos ante el tiempo y el momento histórico que nos ha tocado vivir. Hoy como ayer a los apóstoles, el Señor nos dice “No tengáis miedo, hombres de poca fe”.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

 

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

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Quinto día del Solemne Quinario a Jesús Sacramentado

Nuestra Archicofradía celebrará hoy en el Convento de Santa Clara Solemnes Cultos en honor y gloria de Jesús Sacramentado, comenzando a las 7 y media de la tarde con la Santa Misa, Exposición Mayor del Santísimo Sacramento, Vísperas, Ejercicio de Quinario, Invitatorio, Oficio de Lectura, Rezo del Santo Rosario, Preces Expiatorias, Completas, Bendición con S. D. M. y Reserva, oficiando el Rvdo. Sr. D. Manuel Ángel Cano Muñoz, vicario parroquial de Santiago el Mayor. La Santa Misa será cantada por las Hermanas Clarisas. y aplicada por el alma de N. H. A. D. Joaquín Bono Hartillo (q. e. p. d.) y N. H. A. D. Antonio Bono Hartillo (q. e. p. d.).

Se ruega a los hermanos adoradores y fieles en general su asistencia a estos Cultos.

Los hermanos adoradores deberán portar la insignia y la medalla de la Archicofradía.


EJERCICIO DEL DÍA QUINTO

Señor nuestro Jesucristo:
Tu Pasión y Muerte, que la Eucaristía nos recuerda, son la prueba más clara del amor de Dios al hombre. «De tal manera amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Unigénito.» (Jn 3, 16).

«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.» (1 Jn 4, 10). «La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.» (Rom 5, 8)
De corazones bien nacidos es de ser agradecidos, y agradecerte el haber muerto por nosotros y para la remisión de nuestros pecados nos exige un esfuerzo continuo de conversión.
Reconocemos que «hemos pecado, hemos obrado injustamente, somos culpables.» (1 Re 8, 47) y, con el profeta David, pedimos: «Misericordia, Dios mío, por tu bondad.» (Sal SO).
Que tu cuerpo, entregado por nosotros y levantado en la cruz, nos haga volvernos a Ti. Que tu Sangre derramada para la remisión de los pecados purifique de las obras muertas nuestras conciencias para rendir culto a Dios vivo. (Heb 9, 14).
Que la Eucaristía nos recuerde siempre la obligada respuesta del agradecimiento: Que si Tú diste tu vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos.

Escucha, Señor, nuestra oración:
Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.
Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

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Cuarto día del Solemne Quinario a Jesús Sacramentado

(Publicado el jueves, 21 de junio de 2018)

Nuestra Archicofradía celebrará hoy en el Convento de Santa Clara Solemnes Cultos en honor y gloria de Jesús Sacramentado, comenzando a las 7 y media de la tarde con la Santa Misa, Exposición Mayor del Santísimo Sacramento, Ejercicio de Quinario, Bendición con S. D. M. y Reserva, oficiando el Rvdo. Sr. D. Manuel Ángel Cano Muñoz, vicario parroquial de Santiago el Mayor. La Santa Misa será cantada por las Hermanas Clarisas y aplicada por el alma de N. H. A. D. Eduardo Bulnes Iruretagoyena (q. e. p. d.).

Se ruega a los hermanos adoradores y fieles en general su asistencia a estos Cultos.

Los hermanos adoradores deberán portar la insignia y la medalla de la Archicofradía.


EJERCICIO DEL DÍA CUARTO

Señor nuestro, Jesucristo:
Creemos que en el Sacramento del Altar estás presente con tu Humanidad, que un día resucitó de entre los muertos como prenda y garantía de nuestra futura resurrección.
Camino de Emaús, saliste al encuentro de nuestra miseria y desesperación. Tus palabras de vida eterna han traído a nuestro corazón el calor y la esperanza mientras cambiábamos en las tinieblas y en las sombras de la muerte. Te has adelantado a nuestra invitación y te has quedado con nosotros. Y nosotros te hemos reconocido en la fracción del pan.
Por eso, esta tarde, queremos estar contigo, para agradecerte el banquete que nos das.
Tú dijiste: "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y Yo lo resucitaré en el último día." (Un 6, 55) Siembra, Señor, en nosotros esta semilla de inmortalidad que es tu Cuerpo y tu Sangre, resucitados de entre los muertos, y riégala siempre con el rocío de tu Santo Espíritu, para que se cumpla en nosotros la afirmación de tu Apóstol: "Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros." (Rm 8, 11)

Escucha, Señor, las peticiones que sugiere a tu Iglesia el Espíritu:
Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.
Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

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Tercer día del Solemne Quinario a Jesús Sacramentado

(Publicado el miércoles, 20 de junio de 2018)

Nuestra Archicofradía celebrará hoy en el Convento de Santa Clara Solemnes Cultos en honor y gloria de Jesús Sacramentado, comenzando a las 7 y media de la tarde con la Santa Misa, Exposición Mayor del Santísimo Sacramento, Ejercicio de Quinario, Bendición con S. D. M. y Reserva, oficiando el Rvdo. Sr. D. Manuel Ángel Cano Muñoz, vicario parroquial de Santiago el Mayor. La Santa Misa será cantada por las Hermanas Clarisas y aplicada por el alma de N. H. A. D. Juan María Albertos (q. e. p. d.).

Se ruega a los hermanos adoradores y fieles en general su asistencia a estos Cultos.

Los hermanos adoradores deberán portar la insignia y la medalla de la Archicofradía.


EJERCICIO DEL DÍA TERCERO

Ante Ti, Señor, nos hemos reunido esta tarde, acabado el trabajo del día, para presentarte nuestra ofrenda, la ofrenda de nosotros mismo, en un acto de alabanza y de adoración.

Es la hora del descanso.

Mientras nuestros hermanos descansan, nosotros nos sentimos comprometidos a rezar, en nombre de la Iglesia, para que tu gloria, Señor, sea sin cesar reconocida; para que el tiempo en que se desarrolla nuestra vida humana, se convierta, hora tras hora, día y noche, en un cántico de alabanza a Ti.

Unidos y comprometidos con toda la Humanidad, queremos, una vez más, recoger esta tarde -para presentarlos ante Ti, como ofrenda y oración- los frutos de la laboriosidad de los hombres del campo y de la industria, el esfuerzo de los que trabajan, la reflexión de los que estudian e investigan, el holocausto de los que sufren en el cuerpo y en el alma, el amor de las familias, las nobles aspiraciones de los jóvenes, las preguntas de los niños, ávidos de saber...

Queremos hacernos presentes y disponibles a tu presencia, renovando una vez más, ante Ti, el compromiso de servicio a que nos has llamado: compromiso de adoración constante y de presencia callada, pero vigilante y activa, en el mundo.

Danos tu gracia para que, avivando nuestra fe y encendiendo nuestros corazones, te adoremos unidos esta tarde con más fervor que nunca.

Que con María, tu Madre, sepamos adorarte y alabarte continuamente, y darte gracias porque nos has salvado, y porque aceptas nuestra ayuda, unidos a Ti, para salvar al mundo, y porque permaneces, cercano, entre nosotros, como paga y señal de salvación.

Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.

Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.

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Segundo día del Solemne Quinario a Jesús Sacramentado

(Publicado el martes, 19 de junio de 2018)

Nuestra Archicofradía celebrará hoy en el Convento de Santa Clara Solemnes Cultos en honor y gloria de Jesús Sacramentado, comenzando a las 7 y media de la tarde con la Santa Misa, Exposición Mayor del Santísimo Sacramento, Ejercicio de Quinario, Bendición con S. D. M. y Reserva, oficiando el Rvdo. D. Manuel Ángel Cano Muñoz, vicario parroquial de Santiago el Mayor. La Santa Misa será cantada por las Hermanas Clarisas y aplicada por el alma de N. H. A. Rvdo. D. Alfredo Galindo Bozada (q. e. p. d.).

Se ruega a los hermanos adoradores y fieles en general su asistencia a estos Cultos.

Los hermanos adoradores deberán portar la insignia y la medalla de la Archicofradía.


EJERCICIO DEL DÍA SEGUNDO

Creemos, Señor, que está realmente presente en la Eucaristía, y te adoramos, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Y porque deseamos expresarte nuestra fe, nuestra esperanza, nuestro amor y nuestro deseo de permanecer siempre contigo,
venimos, Señor, a tu presencia.
Sintiendo la responsabilidad de prolongar en estas horas la alabanza que te canta toda la Creación,
venimos, Señor, a tu presencia.
Para estar contigo esta tarde, uniéndonos a tu oración y a tu adoración al Padre, uniéndonos a tu inmolación por toda la Humanidad,
venimos, Señor, a tu presencia.
Responsables y representantes de la Iglesia que ora, trabaja, ama y sufre,
venimos, Señor, a tu presencia.
Para llenarnos de Ti, para ser luego signo de tu presencia y de tu amor,
venimos, Señor, a tu presencia.
Deseamos, Señor, fortalecernos con el Pan de la Vida, para estar siempre disponibles, en actitud de servicio, en entrega constante a Ti, a la Iglesia, a los hermanos...
Y por eso,
venimos, Señor, a tu presencia.

Escucha, Señor, nuestras preces:
Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.
Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

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Primer día del Solemne Quinario a Jesús Sacramentado

(Publicado el lunes, 18 de junio de 2018)

Nuestra Archicofradía celebrará hoy en el Convento de Santa Clara Solemnes Cultos en honor y gloria de Jesús Sacramentado, comenzando a las 7 y media de la tarde con la Santa Misa, Exposición Mayor del Santísimo Sacramento, Ejercicio de Quinario, Bendición con S. D. M. y Reserva, oficiando el Rvdo. Sr. D. Manuel Ángel Cano Muñoz, vicario parroquial de Santiago el Mayor. La Santa Misa será cantada por las Hermanas Clarisas y aplicada por el alma de nuestra hermano adorador D. Miguel Ángel García Ruíz (q. e. p. d.).

Se ruega a los hermanos adoradores y fieles en general su asistencia a estos Cultos.

Los hermanos adoradores deberán portar la insignia y la medalla de la Archicofradía.


EJERCICIO DEL DÍA PRIMERO

Y ahora,
cuando los hombres descansan del trabajo, cuando los templos se cierran, cuando se apagan las luces y las voces,
bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor.
Que no se extinga ni suprima la alabanza, ni una noche, ni una hora,
Levantad las manos hacia el santuario
-manos orantes dirigidas al Tabernáculo Santo
de la presencia permanente del Señor-
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión,
desde Sión, la Iglesia, y desde esta célula de Iglesia que es la Adoración Nocturna de Alcalá, bendiga el Señor a los hombres todos, a los que descansan y a los que velan, a los cercanos y a los alejados, a los creyentes y a los incrédulos, a los que buscan...
Desde Sión -su Iglesia- nos bendiga el Señor,
el que hizo el cielo y la tierra.

Escucha, Señor, nuestras preces:
Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.
Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

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Doble celebración en el Monasterio de Santa Clara

(Publicado el sábado, 16 de junio de 2018)


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Solemnes Cultos en honor de Jesús Sacramentado

(Publicado el viernes, 15 de junio de 2018)





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Boletín informativo de junio de 2018

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‘Siete nuevos sacerdotes’, carta pastoral del Arzobispo de Sevilla

Queridos hermanos y hermanas:

El próximo sábado, víspera de la solemnidad de san Juan Bautista, tendrá lugar en nuestra Catedral una ceremonia verdaderamente excepcional. El Señor me concede la dicha de ordenar sacerdotes a siete seminaristas de nuestros Seminarios. Por ello, en esta carta semanal me siento obligado a repetir con San Pablo: “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales” (Ef 1,3). La misericordia de Dios se ha mostrado desbordante con nosotros al elegir y consagrar como sacerdotes a los diáconos Salvador Diánez Navarro, Francisco José Fernández García, Ariel Figueroa Moreno, José Luis López Reyes, Jose Iván Martín Pascual, Álvaro Montilla González, Antonio Jesús Salvago Duarte.

Dios nuestro Señor les ha bendecido regalándoles la vocación sacerdotal y configurándolos sacramentalmente con Cristo sacerdote, cabeza y pastor de la Iglesia, siervo y servidor. También ha bendecido abundantemente a nuestra Archidiócesis, que se enriquece con el don de su sacerdocio, por el que nos llegarán tantos y tan fundamentales bienes de Dios. A través de ellos, Cristo realizará en su Iglesia su obra de salvación cumpliendo aquella promesa consoladora, “os daré pastores según mi corazón” (1 Sam 2,35), que culmina en su toda plenitud en Jesucristo, el único pastor de nuestras almas.

Es justo, pues, que la Archidiócesis toda dé gracias a Dios, autor de todo bien. Y junto con la acción de gracias, nuestra oración al Señor para que sean santos, hombres de oración, enamorados de Jesucristo y de su ministerio, pastores fieles y entregados, nunca asalariados, a los que no les importan las ovejas. Pedimos para ellos que nunca busquen el propio interés, el medro personal, el afán de poder o el dominio sobre las ovejas que la Iglesia les confíe; que sean siempre servidores abnegados en la viña del Señor, sin pedir nada a cambio, sin profesionalizar el don que han recibido, sin escatimar nada, sin reservarse nada, dedicados al servicio del Reino de Dios, sin interés alguno bastardo, sino por Dios mismo y por amor a los hombres, sin cálculos, sin medida, sin barreras, sin poner o exigir condiciones.

A partir de ahora, el Señor debe ser de una forma especialmente intensa el lote de su heredad (Sal 15,5-6) y su única plenitud. Por ello, pedimos al Señor que Él sea el único cayado en el que se apoyen en la nueva andadura que ahora inician; que entreguen por entero a Jesucristo y a la Iglesia su tiempo, sus talentos, sus energías, su afectividad y su capacidad de amar. Que siempre se vean a sí mismos como don de Dios, sobre todo para los más sencillos, los que están abandonados en las cunetas de la vida, los cansados y agobiados, los pecadores, los pobres, los necesitados, los niños y los jóvenes.

Que se gasten y se desgasten en el servicio a la Iglesia y que encuentren en el ministerio el júbilo y la alegría redoblada que mantendrá en ellos la frescura y la ilusión a pesar de las dificultades y el cansancio, apoyados siempre en el Señor, centro y corazón de sus vidas. Que María, la madre de Cristo sacerdote, madre por un título especial de los sacerdotes, les acompañe siempre, les confirme en la fidelidad, bendiga sus tareas pastorales y llene de fecundidad su ministerio para gloria de Dios, santificación propia y bien de la Iglesia.

Desde el 10 de mayo de 2017 hasta la misma fecha de 2018 han fallecido veintidós sacerdotes sevillanos. Es cierto que todos ellos estaban jubilados. Este año además hemos de jubilar a algunos venerables sacerdotes que han sobrepasado ampliamente la edad canónica de jubilación. Por ello, y aun contando con el número relativamente crecido de los alumnos de nuestros Seminarios, que nos permiten otear el futuro con esperanza, el número de nuestros sacerdotes sigue siendo corto para las necesidades de la Archidiócesis, que tiene algunos flancos deficientemente cubiertos. Por ello, me permitiréis que vuelva a insistir en la necesidad de que todos nos impliquemos con ilusión redoblada en la pastoral vocacional: los padres, los educadores, y muy especialmente los sacerdotes y los propios seminaristas.

Estoy convencido de que las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada son el mejor termómetro de la vitalidad espiritual de una parroquia, de la misma forma que es también verdad que allí donde hay un sacerdote santo, celoso, ejemplar y fiel, que cultiva esta pastoral específica, sigue habiendo vocaciones, pues Dios sigue llamando, aunque necesita de nuestra colaboración para promover la generosidad de los jóvenes.

Encomiendo una vez más la oración al Dueño de la mies a las contemplativas, a la Adoración Nocturna y a la Adoración Perpetua de San Onofre. Extiendo esta invitación a las parroquias y a todos los grupos, asociaciones y movimientos, sin olvidar a las Hermandades.

Con mi felicitación para los nuevos sacerdotes y sus familias, para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

 

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

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Fiesta Diocesana de las Espigas en Coria del Río

(Publicado el domingo, 10 de junio de 2018)

En la noche del sábado 16 al domingo 17 de junio nuestra Sección asistirá a la FIESTA DIOCESANA DE LAS ESPIGAS que se celebrará en Coria del Río, organizada por la Sección Adoradora de dicha localidad y por los Consejos Diocesanos de Adoración Nocturna Española (ANE) y Adoración Nocturna Femenina Española (ANFE).

SÁBADO 16 DE JUNIO

  • A las 20:00 horas: Recepción de Adoradores en la Capilla de la Soledad.

  • 21:00 horas: Procesión de Banderas desde la Capilla de la Soledad hasta la Parroquia de Santa María de la Estrella.

  • A las 22:00 horas: Rezo de Vísperas y Misa Pontifical, oficiada por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, y concelebrada por los sacerdotes asistentes. A su término, el Prelado hará Exposición Mayor de S. D. M. y se rezarán la Oración de Presentación de Adoradores, el Santo Rosario y el Invitatorio.

DOMINGO 17 DE JUNIO

  • Desde las 00:00 hasta las 05:00 horas: Turnos de Vela ante el Santísimo Sacramento, de una hora de duración cada uno, en los que se rezará el Oficio de Lectura.

  • 05:00 horas: Todos los Adoradores se reúnen en la Parroquia de Santa María de la Estrella para el rezo de Laudes.

  • 05:30 horas: Procesión con el Santísimo Sacramento hasta el Parque de Carlos de Mesa, donde se impartirá la tradicional Bendición de los Campos con S. D. M. Tras la Bendición, la Comitiva regresará a la Parroquia de Santa María de la Estrella donde se reservará el Santísimo, concluyendo con el canto de la Salve.

Los hermanos adoradores y fieles en general que deseen asistir, deben comunicárselo al Consejo de Gobierno.

Los hermanos adoradores deberán portar la Insignia y la Medalla de la Archicofradía.

Para descargar la separata de la Vigilia pulse aquí.
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‘Recuerdo agradecido de una visita inolvidable’, carta pastoral del Arzobispo de Sevilla

(Publicado el viernes, 8 de junio de 2018)

Queridos hermanos y hermanas:

En el XXV aniversario de la visita de san Juan Pablo II a Sevilla para clausurar el XLV Congreso Eucarístico Internacional, dedico mi carta de esta semana a recordar aquel acontecimiento magnífico, que muchos todavía recuerdan y que fue una gracia extraordinaria para la ciudad y para la Archidiócesis. Se inició en la mañana del sábado 12 de junio de 1993 con la llegada del Santo Padre al aeropuerto de Sevilla, trasladándose enseguida a la plaza Virgen de los Reyes, para dirigir su primer mensaje a los fieles y rezar el Ángelus desde el balcón de la Giralda, convertida en púlpito excepcional. Instantes después entró en la Catedral, donde estaba expuesto el Santísimo, venerado por los sacerdotes, los consagrados de Sevilla y los participantes en el Congreso. Son impresionantes las fotografías del Santo Padre inclinado en actitud de profunda adoración durante un cuarto de hora largo ante el Señor Sacramentado.

A las cinco de la tarde tuvo lugar la ordenación de 37 nuevos sacerdotes, diez de ellos de Sevilla, en el polideportivo del Polígono de san Pablo. Cuentan quienes participaron que el calor era asfixiante, tan grande como la alegría y el fervor. Por la noche, se celebró el encuentro del Papa con los jóvenes en la plaza de la Virgen de los Reyes, preludio inmediato de la Statio Orbis, clausura del Congreso Eucarístico, que tuvo lugar al día siguiente, domingo 13, en el Campo de la Feria con la asistencia de cerca de un millón de personas. Las crónicas de aquel día inolvidable destacan la hermosa homilía del Papa y su gesto entrañable al llegar al altar postrándose ante la imagen bendita de la Pura y Limpia del Postigo del Aceite, que tanto agradecieron los sevillanos.

En esa tarde el Santo Padre acudió a despedirse de los Delegados Nacionales en el Patio de los Naranjos de la Catedral. Se acercó después a Dos Hermanas para visitar y bendecir la Residencia de Ancianos San Rafael y las obras sociales ligadas al Congreso.

En la preparación del Congreso y de la visita del Papa, como es natural, tuvo un papel destacadísimo el señor Arzobispo fray Carlos Amigo, y un sinnúmero de colaboradores, entre los que cabe destacar a Mons. Miguel Oliver, Secretario general de este magno acontecimiento.  Pero el protagonismo principal de aquellas jornadas gozosas corresponde al Papa, que quiso visitarnos, y al pueblo cristiano de Sevilla y Andalucía que respondió magníficamente a la invitación de sus pastores. La muchedumbre de fieles, cercana al millón, que participó en la Eucaristía del Campo de la Feria, superó las expectativas más optimistas.

Las claves de este resultado, para muchos sorprendente, fueron varias. La primera, la extraordinaria personalidad del Papa, su fuerza interior, su fe profunda, su amor al Señor, la entrega agónica de su vida al servicio del Evangelio y la autenticidad en el testimonio que sólo los santos saben transmitir. La segunda, la extraordinaria calidad cristiana del pueblo sevillano y su amor al Papa.

A juicio de las autoridades vaticanas y de los obispos españoles, el Congreso fue un gran éxito de organización y de participación. Su lema fue Christus lumen gentium, y los temas de estudio fundamentales fueron la Eucaristía, la evangelización y las exigencias sociales de la participación en el sacramento eucarístico. Todas estas facetas las recogió magistralmente el Santo Padre en su homilía en la Statio Orbis con estas palabras: Del altar eucarístico, corazón palpitante de la Iglesia, nace constantemente el flujo evangelizador de la palabra y de la caridad. Por ello, el contacto con la Eucaristía ha de llevar a un mayor compromiso por hacer presente la obra redentora de Cristo en todas las realidades humanas. El amor a la Eucaristía ha de impulsar a poner en práctica las exigencias de justicia, de fraternidad, de servicio, de igualdad entre los hombres.  

Las actitudes del Papa en estos días nos señalaron un verdadero programa de vida cristiana, que veinticinco años después no ha perdido actualidad: en primer lugar su amor a la Eucaristía. Un testigo presencial me comentó hace tiempo su recogimiento rezando de rodillas en la capilla habilitada bajo el podio del altar antes de comenzar la santa Misa, y la acción de gracias prolongada al concluir la celebración. En segundo lugar, su cercanía a los pobres, a los enfermos y a los que sufren en su visita a Dos Hermanas. En tercer lugar su pasión por anunciar a Cristo, por compartirlo con sus hermanos y entregarlo a todos, puesta de relieve en sus discursos y homilías. En cuarto lugar, su piedad filial y amor a la Santísima Virgen, puesto de manifiesto en la oración de rodillas y la incensación de la imagen preciosa de la Pura y Limpia.

Este es el legado de aquel acontecimiento extraordinario que nos dejó este Papa santo, que tanto amó a Sevilla. Dios quiera que los sevillanos de hoy no lo olvidemos.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

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‘Corpus Christi’, Día de la Caridad

(Publicado el viernes, 1 de junio de 2018)

Queridos hermanos y hermanas:

Celebramos en este domingo la solemnidad del Corpus Christi. La Iglesia nos convoca en este día a renovar nuestra fe en el sacramento eucarístico, fuente y cima de la vida cristiana. Si en el Jueves Santo veneramos el cuerpo de Cristo en el recogimiento de los templos, en esta solemnidad, Jesucristo, realmente presente en el sacramento, recibe la adoración, la alabanza y la acción de gracias de toda la comunidad cristiana allí donde habitualmente se desarrolla nuestra vida, en el pueblo, en la ciudad, en las plazas y en las calles. Acudamos, pues, a la procesión del Corpus, tan bella no sólo en Sevilla, que la celebra en el jueves tradicional, sino también en tantas villas y pueblos de nuestra Diócesis, tomando parte activa con nuestros cantos, aclamando al Señor que ha querido quedarse para siempre con nosotros en todos los sagrarios de la tierra.

En la solemnidad del Corpus Christi, verdadero manantial de cultura en el campo de la poesía, el teatro, la música, la pintura, escultura y orfebrería, celebramos también el Día de la Caridad. La Eucaristía no sólo es expresión de comunión entre los miembros de la Iglesia; es también proyecto de solidaridad para toda la humanidad. En la celebración eucarística, la Iglesia renueva su conciencia de ser signo e instrumento de la íntima unión con Dios y también de la unidad de todo el género humano (LG 1). Como nos han repetido muchas veces los últimos Papas, hay un punto en el que se refleja especialmente la autenticidad de nuestras celebraciones eucarísticas: si ellas impulsan a nuestras comunidades a un compromiso serio y activo por la edificación de una sociedad más justa y fraterna.

La Eucaristía es instituida por el Señor en la noche de Jueves Santo después de lavar los pies a los Apóstoles. Con ello Jesús nos está explicando de forma pedagógica el nexo que existe entre el sacramento eucarístico y el servicio a los últimos. Por ello, no es auténtica una celebración eucarística en la cual no brille la caridad, compartiendo nuestros bienes con los más pobres. En ello seremos reconocidos como auténticos discípulos del Señor.

Esta es la razón por la que la Iglesia en España hace coincidir el Día de la Caridad con la solemnidad del Corpus Christi. La Eucaristía sin caridad sería un culto vacío. La caridad sin la Eucaristía se convierte en mera filantropía, que muy pronto se agosta. Por ello, la fiesta del Corpus Christi es una invitación a robustecer el vínculo que existe entre Eucaristía y caridad, de modo que la adoración al Señor nos lleve a descubrirlo en el hermano pobre y necesitado, y el ejercicio de la caridad impregne de autenticidad nuestras celebraciones eucarísticas.

Los expertos y nuestros políticos nos dicen que la crisis, que tan severamente afectó a gran parte de la sociedad española en los últimos años, está superada. Seguramente es verdad y así lo sugieren algunas magnitudes macroeconómicas. No es verdad, sin embargo, en lo que respecta a lo que los técnicos llaman la microeconomía, es decir, la economía de las familias. En Sevilla capital y en los pueblos y ciudades sigue habiendo mucho dolor, mucho sufrimiento, mucha penuria y muchas privaciones. Las cifras del paro entre nosotros siguen siendo pavorosas. No podemos quedarnos cruzados de brazos ante la pobreza de tantos hermanos nuestros.

La Eucaristía, “sacramento de caridad”, nos descubre el amor infinito de Dios por cada hombre. En ella se manifiesta “el amor más grande” de quien da su vida por sus amigos. Nuestra participación en la Eucaristía debe impulsarnos a amar a nuestros hermanos con el amor de Jesús; a aguzar nuestra sensibilidad para descubrir y solucionar eficazmente sus carencias, urgencias, dolores y necesidades, y todo ello como consecuencia de nuestra participación consciente en la Eucaristía.

Una forma práctica y fiable de vivir la caridad y el servicio a los pobres es colaborar con Cáritas, que es la institución que organiza la caridad en nombre de la Iglesia diocesana a través de programas concretos, solventes e imaginativos. Al mismo tiempo que invito a todos los fieles de la Archidiócesis a ser generosos en la colecta de este domingo, destinada a Cáritas, saludo con afecto a los voluntarios, responsables y técnicos de nuestra Cáritas Diocesana y de las Cáritas parroquiales. Os agradezco vuestra entrega y el servicio magnífico que prestáis a los más pobres, transeúntes, inmigrantes, enfermos de Sida, familias desestructuradas y parados de larga duración, a través de vuestros programas específicos.

Pido a los sacerdotes que sigan alentando a las Cáritas parroquiales, de las que ellos son los primeros responsables. A todos os invito a seguir potenciando la genuina identidad cristiana de nuestras Cáritas y a cuidar las bases sobrenaturales de nuestro compromiso caritativo. En la Eucaristía, vivida, celebrada y adorada, encontraremos cada día la fuerza para no desfallecer en el servicio a los pobres.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

 

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

 

Imagen: Procesión del Corpus Christi. La Puebla del Río (Sevilla). Fotografía de Rafael González.

 

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Procesión del Santísimo Corpus Christi

El próximo domingo, 3 de junio, a las 19:00 horas, el Arciprestazgo de Alcalá de Guadaíra celebrará Función Solemne en honor, adoración y gloria de JESÚS SACRAMENTADO, en la Parroquia de Santiago el Mayor. A su término, dará comienzo la Procesión del Santísimo Corpus Christi.

Nuestra Archicofradía estará representada con Bandera y varas.

Los hermanos adoradores y fieles en general que deseen portar un cirio en la representación, deben comunicarlo al Consejo de Gobierno.

Se ruega a los caballeros que vistan traje oscuro y a las señoras vestido de igual tono. Los hermanos adoradores deberán portar la insignia y la medalla de la Archicofradía.
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