Carta pastoral ‘No podemos servir a dos señores’ (Texto y audio)

(Publicado el viernes, 24 de febrero de 2017)

Queridos hermanos y hermanas:

asenjo_oficial_2010_pmLas lecturas de la Palabra de Dios de este domingo nos interpelan acerca de los valores sobre los que tenemos asentada nuestra existencia y nos preguntan concretamente cuál es la piedra angular que da sentido, consistencia y esperanza a nuestra vida. En el evangelio, el Señor nos asegura que nadie puede servir a dos amos, porque o bien abandonará a uno para dedicarse al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. Por tanto, no podemos servir a Dios y a las riquezas.

Las riquezas a las que se refiere el Señor no son exclusivamente el dinero, sino también todas aquellas realidades que pueden apartar el corazón humano de su centro natural que es Dios, la única posible plenitud del hombre.

Si abrimos los ojos al mundo que nos rodea, será fácil constatar que muchos hombres y mujeres, incluso cristianos, tratan de forjar su equilibrio y armonía interior y, en definitiva su felicidad, sobre valores puramente terrenos, en unos casos el trabajo y el deseo inmoderado de poseer y atesorar; en otros el afán de poder y dominio sobre los demás, sea desde el campo polìtico o ideológico; en ocasiones la fama y la gloria; en otras  el placer, el confort, el consumir o el disfrutar. En suma, son los ídolos que el mundo de hoy ha ido multiplicando y que para muchas personas son verdaderos sucedáneos del Dios vivo y verdadero.

También a nosotros, que con la ayuda de Dios tratamos de vivir responsablemente  nuestra vida cristiana, puede ocurrirnos que de manera inconsciente nos dejemos seducir por los ídolos del dinero, del placer, el amor propio y el orgullo, de manera que estos valores materiales son realmente los móviles de cuanto anhelamos, por lo que luchamos y sufrimos hasta convertirlos en sustitutivos de Dios.

Corremos tras estos ídolos  porque creemos que ellos nos van a dar la felicidad. Y eso, como tantas veces nos dice la experiencia, no es verdad. Ni cada uno de ellos en particular, ni todos ellos juntos pueden darnos la dicha a la que aspiramos porque el ansia de felicidad del corazón humano es ilimitada y sólo puede ser satisfecha por un bien infinito y supremo que es Dios.

Las lecturas de  este domingo nos presentan a Dios como Padre. Él nos ha creado, nos ha llamado a la existencia, de Él procedemos y somos hechura de sus manos. Él ha diseñado un plan personal para cada uno de nosotros y nos conoce por nuestro propio nombre. Él guía y tutela nuestra vida con su providencia amorosa. Si se olvidara de nosotros, volveríamos al instante a la nada. Él nos cuida con un amor más tierno, profundo y constante que nuestras propias madres, como nos dice hoy el profeta Isaías. El evangelio nos ha asegurado que si Dios se preocupa con amor de los lirios del campo y alimenta a los pájaros del cielo, mucho más se preocupa de nosotros, de manera que no está justificada una preocupación obsesiva por los bienes materiales.

El fin último del hombre sólo puede ser Dios. De Él venimos, hacia Él vamos y sólo en Él tiene sentido nuestra vida.   Sólo en Dios encontramos descanso, como afirma el salmo responsorial. Las demás realidades, el trabajo, el dinero, la fama, los honores, sólo se logran con esfuerzo, y mantenerlos produce angustia y desasosiego. El verdadero descanso del hombre sólo se encuentra en Dios. Ni el dinero, ni la gloria, ni las ideologías que hoy se nos proponen como salvadoras, pueden propiciar al hombre la salvación, que sólo Dios nos brinda por medio de la gracia de Cristo, merecida de una vez para siempre en su Pasión, Muerte y Resurrección, gracia que la Iglesia nos entrega a través de los sacramentos.

No tiene, pues, nada de extraño que el salmo responsorial llame a Dios escudo, refugio y alcázar, que es tanto como decir salvador. No tiene nada de extraño igualmente que el salmo llame a Dios roca, roca firme, porque es el único principio que da estabilidad, firmeza, seguridad y sentido a la vida humana.

Estamos ya en vísperas de la Cuaresma. El próximo miércoles tendremos la imposición de la ceniza e inauguraremos este hermoso tiempo litúrgico. A lo largo de cuarenta días, la Iglesia y la liturgia nos van a invitar al cambio de mente y de criterios, al cambio de actitudes; en suma, a la conversión del corazón para  encontrar el auténtico norte de nuestra vida, nuestro eje natural que es Dios. Nadie puede servir a dos amos, nos ha dicho el Señor en el evangelio de este domingo. Buscad primero el reino de Dios y su justicia, hemos escuchado también. Dios quiera que nuestra Cuaresma sea una auténtica búsqueda  de Dios y de su reino, un auténtico acontecimiento de gracia, que centre nuestra vida definitivamente en el Señor.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

 

 

 

 

Continuar leyendo >>

Hoy, IV Reunión formativa de la Misión Popular

(Publicado el sábado, 18 de febrero de 2017)

Hoy, a las seis de la tarde, la Sección tendrá la IV REUNIÓN FORMATIVA DE LA MISIÓN POPULAR.

Es preciso llevar consigo el libro "Misiones Populares: Formarnos para la Misión", editado por la Vicaría Episcopal para la Nueva Evangelización de la Archidiócesis de Sevilla, y que fue repartido a todos los fieles de manos del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla, en la Misa de Inicio de la Misión en la Parroquia de Santiago el Mayor, el 29 de octubre del pasado año 2016.

Este mes trataremos el tema "La parroquia, una casa donde se debe experimentar a Dios y crecer en comunión".

Quien desee asistir deberá acceder al Convento de Santa Clara por la calle Alcalá y Ortí, 39.
Continuar leyendo >>

Hoy, Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento

LA ANTIGUA Y FRANCISCANA SECCIÓN DE ALCALÁ DE GUADAÍRA
DE LA VENERABLE ARCHICOFRADÍA DE LA
ADORACIÓN NOCTURNA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
ESTABLECIDA EN EL CONVENTO DE SANTA CLARA
y de la que es Adorador-Presidente Honorario
S. E. R. Fray Carlos Amigo Vallejo, O. F. M. (q. D. g.)
Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla

CELEBRARÁ
VIGILIA DE ADORACIÓN
EN HONOR Y GLORIA DEL
SANTÍSIMO SACRAMENTO
QUE TENDRÁ LUGAR (D. M.) HOY,
COMENZANDO A LAS SIETE Y MEDIA DE LA TARDE CON LA
SANTA MISA DE LA MISIÓN POPULAR
oficiada por el
Rvdo. Sr. D. Manuel María Roldán Roses
Párroco de Santiago el Mayor

A su término, el referido Orador Sagrado hará
EXPOSICIÓN MAYOR DE S. D. M.

Terminada la Estación a Jesús Sacramentado, se seguirá conforme al siguiente orden:
VÍSPERAS, ORACIÓN DE PRESENTACIÓN DE ADORADORES, OFICIO DE LECTURA,
SANTO ROSARIO, PRECES EXPIATORIAS Y COMPLETAS

A las diez y media de la noche concluirá este culto con la
BENDICIÓN CON S. D. M. Y RESERVA


LA REUNIÓN PREVIA PARA PREPARAR LA VIGILIA TENDRÁ LUGAR A LAS SIETE DE LA TARDE.


A. D. MMXVII
A. M. D. G. et B. V. M.
Continuar leyendo >>

Carta Pastoral ‘La persona con discapacidad, don de Dios para la Iglesia’

(Publicado el viernes, 17 de febrero de 2017)

Queridos hermanos y hermanas:

asenjo_oficial_2010_pm“Vosotros no sólo sois destinatarios del anuncio del mensaje evangélico, sino que sois, a título pleno, también anunciadores, en virtud de vuestro bautismo. Vivid por tanto cada día como testigos del Señor en los ambientes de vuestra existencia, dando a conocer a Cristo y su Evangelio”. Con estas palabras del Papa Benedicto XVI, dirigidas a los participantes en la Conferencia Internacional ¡Effetá! La persona sorda en la vida de la Iglesia, me dirijo a cuantos trabajan en la pastoral de nuestra Archidiócesis, para pedirles que anuncien el Evangelio a las personas con discapacidad, o con capacidades diferentes, y que en cuanto sea posible, las incorporen al trabajo pastoral.

El papa Francisco, en su homilía en el Jubileo de los Enfermos y Discapacitados, subrayó la necesidad de que la acción pastoral de la Iglesia llegue a todas las personas, pues el Evangelio es para todos, sin distinción alguna.

Es mucho lo que se ha batallado en la sociedad y en la Iglesia para que las personas con necesidades especiales, sean reconocidas y cuenten con los mismos derechos, como miembros de la sociedad y de la Iglesia. No obstante, debemos seguir trabajando para que su inclusión sea una realidad cada vez más plena.

La atención y el servicio a los enfermos y a quienes padecen alguna discapacidad es algo que pertenece a la entraña del Evangelio y a la mejor tradición cristiana. La Iglesia ha mostrado siempre una particular solicitud por los enfermos y las personas con necesidades especiales, siguiendo el ejemplo de su Maestro, a quien los Evangelios presentan como el “Médico divino” y el Buen Samaritano de la humanidad. Cuando los discípulos de Juan el Bautista le preguntan por su identidad y su misión, les da esta respuesta: “Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva” (Lc 7, 22). La vida de Jesús, en su encuentro con los ciegos, sordos, paralíticos, endemoniados… es una historia de amor y liberación, de salvación y de vida.

Como Jesús, también nosotros nos encontramos cada día personas que pasan a nuestro lado en sillas de ruedas, con muletas, que conversan por medio de señas, y hasta a través del tacto, etc. Ante ellos la Iglesia no puede permanecer indiferente. El envío que el Señor hace instantes antes de su Ascensión, “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio”, incluye a todos, especialmente a los enfermos y personas con capacidades diferentes, de modo que la acción pastoral de la Iglesia con ellos no puede ser entendida como un añadido o un apéndice, sino como una prioridad, ya que ellos son los predilectos del Señor. Por ello, han de ser tratados con toda ternura y delicadeza, como los trataría el Señor.

Hoy necesitamos equipos dispuestos a promover la participación de estas personas en la vida de la Iglesia, cristianos vocacionados, decididos a formarse, a conocer las necesidades de las personas con discapacidad y las técnicas de ayuda, con el fin de facilitar su participación real tanto en las actividades eclesiales como en las celebraciones litúrgicas.

Invito a todos los responsables de la pastoral diocesana a que abran su corazón a la participación de las personas con discapacidad. De manera especial  invito a los sacerdotes a que eliminen las barreras arquitectónicas y a que en sus parroquias haya al menos una persona que se responsabilice de la atención pastoral a estos hermanos nuestros.

En nuestra Archidiócesis, hay una larga tradición de esfuerzos para servir a las personas con necesidades especiales e incorporarlas de manera plena a la evangelización, bien participando en procesos de formación o catequesis, bien como agentes de tales procesos. Todo ello es para mí, como arzobispo, motivo de alegría. Desde hace muchos años la sección de Catequesis Especial y el Departamento de Pastoral del Sordo, ambos en la Delegación Diocesana de Catequesis, realizan actividades tanto para las personas con discapacidad como para la formación de responsables de esta pastoral específica, por ejemplo los talleres de lenguaje de signos. Algunas de estas actividades se realizan hoy en la propia Delegación de Catequesis y en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas.

Las personas con discapacidad no son solamente receptores de  servicios. Deben ser ayudados a servir a sus hermanos cada uno en la medida de sus posibilidades. Ellos no son sólo destinatarios del anuncio del Evangelio. También lo deben anunciar, colaborando en la catequesis parroquial o en otros ámbitos de apostolado, y en las relaciones humanas, con la palabra explicita, con audacia y sin rubor. Lo deben anunciar, sobre todo, con el testimonio luminoso, atractivo y elocuente de su propia vida, viviendo la confianza, la solidaridad, el servicio, la fraternidad, la escucha, y  aceptando por amor y con alegría sus propias limitaciones físicas o psicológicas

Para todos, mi saludo fraterno y bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

 

Continuar leyendo >>

IV Reunión formativa de la Misión Popular

(Publicado el lunes, 13 de febrero de 2017)

El próximo sábado, 18 de febrero, a las seis de la tarde, la Sección tendrá la IV REUNIÓN FORMATIVA DE LA MISIÓN POPULAR.

Es preciso llevar consigo el libro "Misiones Populares: Formarnos para la Misión", editado por la Vicaría Episcopal para la Nueva Evangelización de la Archidiócesis de Sevilla, y que fue repartido a todos los fieles de manos del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla, en la Misa de Inicio de la Misión en la Parroquia de Santiago el Mayor, el 29 de octubre del pasado año 2016.

Este mes trataremos el tema "La parroquia, una casa donde se debe experimentar a Dios y crecer en comunión".

Quien desee asistir deberá acceder al Convento de Santa Clara por la calle Alcalá y Ortí, 39.
Continuar leyendo >>

Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento

LA ANTIGUA Y FRANCISCANA SECCIÓN DE ALCALÁ DE GUADAÍRA
DE LA VENERABLE ARCHICOFRADÍA DE LA
ADORACIÓN NOCTURNA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
ESTABLECIDA EN EL CONVENTO DE SANTA CLARA
y de la que es Adorador-Presidente Honorario
S. E. R. Fray Carlos Amigo Vallejo, O. F. M. (q. D. g.)
Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla

CELEBRARÁ
VIGILIA DE ADORACIÓN
EN HONOR Y GLORIA DEL
SANTÍSIMO SACRAMENTO
QUE TENDRÁ LUGAR (D. M.) EL SÁBADO, 18 DE FEBRERO,
COMENZANDO A LAS SIETE Y MEDIA DE LA TARDE CON LA
SANTA MISA DE LA MISIÓN POPULAR
oficiada por el
Rvdo. Sr. D. Manuel María Roldán Roses
Párroco de Santiago el Mayor

A su término, el referido Orador Sagrado hará
EXPOSICIÓN MAYOR DE S. D. M.

Terminada la Estación a Jesús Sacramentado, se seguirá conforme al siguiente orden:
VÍSPERAS, ORACIÓN DE PRESENTACIÓN DE ADORADORES, OFICIO DE LECTURA,
SANTO ROSARIO, PRECES EXPIATORIAS Y COMPLETAS

A las diez y media de la noche concluirá este culto con la
BENDICIÓN CON S. D. M. Y RESERVA


LA REUNIÓN PREVIA PARA PREPARAR LA VIGILIA TENDRÁ LUGAR A LAS SIETE DE LA TARDE.


A. D. MMXVII
A. M. D. G. et B. V. M.
Continuar leyendo >>

Carta Pastoral ‘Colaboremos con Manos Unidas’

(Publicado el viernes, 10 de febrero de 2017)

Queridos hermanos y hermanas:

asenjo_oficial_2010_pm_webUn año más Manos Unidas y su Campaña contra el Hambre llama a nuestras puertas. Nacida en el seno de la Iglesia hace cincuenta y seis años, su punto de partida  fue el famoso manifiesto de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC), fechado en Roma el 2 de julio de 1955. En él, cientos de mujeres católicas, que se sentían “llamadas por Jesucristo para dar testimonio de un amor universal y efectivo por la familia humana”, afirmaban que no podían resignarse ante el “hecho de que la mitad de la humanidad sufra hambre”. Finalizaba su mensaje con esta conocida expresión: «Declaramos la guerra al hambre». En España, fueron las mujeres de la Acción Católica quienes asumieron este compromiso y se pusieron manos a la obra, instituyendo el Día del Ayuno Voluntario, con el deseo de combatir el hambre de pan, de cultura y de Dios.

Durante estos cincuenta y seis años los proyectos de desarrollo de Manos Unidas con destino a los países del sur han sido numerosísimos en el campo de la salud, de la educación, la promoción de la mujer, el desarrollo agrícola, además de otros muchos de carácter social (viviendas, cooperativas, etc.). Un año más damos gracias a Dios por los muchos frutos humanos, espirituales y sociales que estos proyectos han deparado para los pueblos del sur y por la esperanza que han generado. Hemos de dar también gracias a Dios por la credibilidad de que goza Manos Unidas ante la sociedad española, por su austeridad en la gestión, la eficacia de sus proyectos y porque ha conseguido sensibilizarnos a todos sobre la lacra terrible del hambre en el mundo.

El hambre es una triste realidad y una desgracia para una parte importante de la humanidad, que requiere una lucha concreta y eficaz mediante una estrategia adecuada, en una búsqueda continua del bien común, fundamentada en el principio del destino universal de los bienes de la tierra e inspirada en un humanismo integral y solidario.

La campaña de Manos Unidas de este año nos confronta con nuestra responsabilidad sobre el uso y destino que damos a los alimentos, pues mientras la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reconoce que en torno a 900 millones de personas sufren la dramática experiencia del hambre en el tercer mundo, en el primer mundo un tercio de los alimentos acaba en la basura. “El desperdicio de alimentos –ha escrito el papa Francisco- no es sino uno de los frutos de la cultura del descarte, que a menudo lleva a sacrificar hombres y mujeres a los ídolos de las ganancias y del consumo”.

Manos Unidas nos invita un año más a la generosidad con los que nada tienen y a comprometernos eficazmente en la lucha contra el hambre. Así nos lo pedía el Concilio Vaticano II en la constitución Gaudium et Spes: “Habiendo como hay tantos oprimidos actualmente por el hambre en el mundo, el Concilio urge a todos, particulares y autoridades, a que recuerden aquella frase de los Padres: `Alimenta al que muere de hambre, porque si no lo alimentas, lo matas´” (n. 69).

Los hambrientos claman ante las sociedades opulentas y golpean nuestra conciencia. Dios, sobre todo, nos llama a compartir nuestros bienes con los necesitados. En el momento crucial del juicio no habrá posibles ambigüedades. Los criterios últimos de discriminación serán nuestros sentimientos de amor con los pobres y desgraciados: Entonces resonarán estas sentencias inapelables: “Venid benditos de mi Padre y heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui peregrino y me hospedasteis, estuve preso y en la cárcel y vinisteis a verme”. “Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer…” (Mt  25,41).

La Iglesia contempla en los pobres el rostro de Cristo (Centesimus Annus 58). Por ello, el amor a los hambrientos exige un compromiso generoso, una esperanza firme y también austeridad de vida, para compartir con los pobres no sólo lo que nos sobra, sino incluso aquello que estimamos necesario para compartirlo con los que pasan hambre. Hay muchos hermanos nuestros que esperan nuestra ayuda y pueblos enteros condenados al subdesarrollo, al analfabetismo, a la carencia de agua potable y de medicinas… Mitiguemos sus carencias con nuestra generosidad, ayudándoles en su desarrollo integral.

Por todos estos motivos, invito a los sacerdotes a hacer mención de la campaña de Manos Unidas en la homilía de este domingo y a urgir a los fieles a que sean generosos por solidaridad con los que nada tienen, hijos de Dios como nosotros, redimidos por la sangre preciosa de Cristo, hermanos nuestros, alguien que nos pertenece y ante los no podemos pasar de largo.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. Feliz día del Señor

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

Continuar leyendo >>

Tema de reflexión para el mes de febrero

(Publicado el sábado, 4 de febrero de 2017)

LA IGLESIA (II)

Ya entre el pueblo de Israel era costumbre emplear la palabra sinagoga tanto para referirse al edificio dedicado al estudio y al culto como para hablar del pueblo creyente que en él se congregaba, convocado por Dios. El Pueblo era la sinagoga (los convocados) por el Señor. El lugar donde se reunía este Pueblo (particularmente tras el Exilio en Babilonia) se llamará sinagoga.

Los cristianos que como Jesús seguían, en un primer momento, acudiendo al culto sinagogal; pronto son excomulgados de las sinagogas y van a tener que reunirse solos, separados del pueblo judío, y en sus propias casas. Estas casas de familias cristianas donde se reunía más o menos establemente la comunidad de discípulos de Jesús (la Iglesia o convocatoria, término paralelo a sinagoga) comienzan a llamarse Domus Ecclesiae (casas de la Iglesia) y muy pronto, ellas mismas, iglesias.

Tal fenómeno sucede muy pronto, en época apostólica, como testimonian abundantemente tanto el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 4,11), como las cartas apostólicas. Por ello ya el mismo san Pablo aprovecha la imagen del edificio o de la edificación para presentar el misterio de la Iglesia (1Cor 3,9) y lo mismo hará san Pedro (1P 2, 1-17). El mismo Cristo, antes, en su predicación, ya usó estas imágenes (Mt 21, 42 y par.; vid. CEC 756).


La Iglesia edificación

En el Oficio de Lecturas de la Dedicación de una iglesia encontramos un precioso texto de Orígenes, el antiguo pensador alejandrino, de Egipto:

Todos los que creemos en Cristo Jesús somos llamados 
piedras vivas… 
Así lo afirma Pablo cuando nos dice: Estáis edificados 
sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo 
Cristo Jesús es la piedra angular… 
Pero en este edificio de la Iglesia conviene que también 
haya un altar. Ahora bien, yo creo que son capaces de 
llegar a serlo todos aquéllos que, entre vosotros, piedras 
vivas, están dispuestos a dedicarse a la oración, para 
ofrecer a Dios día y noche sus intercesiones, y a inmolarle 
las víctimas de sus súplicas; ésos son, en efecto, aquellos 
con los que Jesús edifica su altar…

(Homilía 9, 1-2; PG 12,871-872)

La imagen de la Iglesia cuerpo ya servía para identificar ministerios y carismas diversos, miembros, en la unidad del organismo. Ahora la imagen del edificio y del templo sirve para presentar esta variedad con gran expresividad sin perder tampoco la noción de la unidad orgánica del conjunto.

Será la celebración litúrgica en el edificio de piedra la que lo impregne de la presencia de la Iglesia Pueblo de Dios, que a su vez ve reforzada su estructura y ordenamiento por el espacio que la acoge y en el que desarrolla sus ritos propios.

Por eso será tan importante respetar en el espacio litúrgico los lugares propios de cada ministerio y cada cosa o acción. En el texto que hemos citado de Orígenes se identifica con el altar, como lugar del sacrificio y de la intercesión, a los orantes. Estos serán en primer lugar los sacerdotes (Obispos o Presbíteros) de los que dice en la Liturgia Romana el Común de Pastores: “este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo” (Responsorio breve, II Vísperas común de Pastores). Pero ante el altar, casi como prolongación del mismo, está una muchedumbre inmensa de orantes. ¿Cómo no ver a los/as adoradores de la Eucaristía reflejados en tal altar? Y ante la alusión al día y a la noche, ¿cómo no sentirse interpelados como Adoración Nocturna?

Estar en el altar significa particular dedicación a la oración y a la adoración, al sacrificio de inmolar la propia vida por amor unidos a Cristo. Esto se construye en la constancia, orando y adorando, orando y amando. Allí se aprende a estar unidos al Señor Jesús y a sus Pastores, allí se aprende a descubrir al Señor en pobres, menesterosos y enemigos, para servirlos como a Él.

En este punto es imprescindible recordar que Obispos y sacerdotes son altar no sólo cuando celebran en él los Divinos Misterios, singularmente la Eucaristía, sino también cada vez que a lo largo de su jornada prolongan esta Eucaristía bajo la forma de la oración y la adoración. Siendo así una sola cosa con Cristo Sacerdote y Víctima, son altar también cuando hacen de toda su vida una inmolación en favor de su Pueblo e incluso de todos los hombres. Pero de aquí se sigue que los sacerdotes tendríamos que encontrar en la oración y la adoración un elemento connatural a nuestro modo de ser, a nuestra vocación. La mucha actividad (las muchas cosas que hay que hacer) más que excusa para relegar la oración ha de ser exigencia o reclamo de la misma.

La presencia de orantes y adoradores laicos ante el altar de la Eucaristía será, junto con su intercesión y su amor en favor de los sacerdotes, estímulo eficaz para la santificación de los mismos. Y el Pueblo entero, viendo siempre arder el altar, encontrará en él ese faro salvador y guía, particularmente en los momentos de noche o de tormenta. La adoración, la adoración nocturna, es hoy muy necesaria para la Iglesia.

Haciendo arder el altar se hallan también, claro está, los contemplativos y contemplativas, cuyas vidas dan cohesión a este altar de la Oración de la Iglesia. Allí encontró su vocación santa Teresa del Niño Jesús, como leíamos el día de su fiesta (1 de octubre) en la segunda lectura del Oficio de Lecturas, allí descubrió el corazón de la Iglesia, que hace llegar el Amor de Dios hasta los extremos más remotos de su cuerpo. Así la pequeña Teresa desde su convento es Patrona de las misiones, como con su celo apostólico, viajando hasta los confines del Oriente, lo es san Francisco Javier.


Preguntas para el diálogo y la meditación
  1. ¿Sientes realmente tu pertenencia a la Iglesia como la respuesta a una vocación, a una llamada amorosa y personal de Dios? [Esto quieren recordarte las campanas cada vez que suenan llamándote a acudir a la iglesia].
  2. ¿Has hallado ya tu “lugar” en la Iglesia? ¿Qué haces para encontrarlo o para cuidarlo fiel y perseverantemente?
  3. Como adorador nocturno, ¿te ves reflejado ante el altar, según el texto comentado de Orígenes? ¿Cómo vives tu relación con los Pastores de la Iglesia? ¿Rezas por tu cura? ¿Sabemos valorar y agradecer el don de los hermanos y hermanas de vida contemplativa?


(Tema proporcionado por el Consejo Nacional para todas las Secciones de Adoración Nocturna Española)
Continuar leyendo >>

N. H. D. Jaime Otero Gutiérrez será el próximo exaltador de la Eucaristía

D. Jaime Otero Gutiérrez, Hermano de Honor de nuestra Sección Adoradora Nocturna, pertenece actualmente a la junta de Gobierno de la Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder y Nuestra Señora de la Caridad, de la que es también fundador, ocupando el cargo de Fiscal, siendo también capataz de la misma. Se ocupa asimismo, junto con otros compañeros, de la Obra Social de dicha Hermandad “Personajes Solidarios”.

Es también hermano de otras Hermandades alcalareñas: la de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, en la que es capataz del paso de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Y lo es igualmente de la Hermandad de nuestro Patrón San Mateo y también de la Virgen del Socorro de la localidad de Cabra en Córdoba. Él mismo ha sido costalero, portando por devoción a Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, de San Juan Evangelista en la Hermandad de Nuestro Padre Jesús, con cuya cuadrilla portó a Nuestra Señora del Águila en su Coronación Canónica; de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de San Mateo, de Nuestra Señora de la Oliva, de Nuestra Señora de la Amargura y del Santísimo Cristo del Amor. 

Ha realizado varios pregones y exaltaciones: en 1995 la Exaltación de la Semana Santa en el barrio de Pablo VI; en 2004 el pregón de la Semana Santa del Hogar del Pensionista; también en 2004 el pregón del Costalero de la Oración en el Huerto, con motivo del 25 Aniversario de la creación de su cuadrilla de hermanos; en 2005 el pregón de San Mateo; en 2014 el pregón del Costalero de la Hermandad de Jesús y en 2015 el pregón de la Semana Santa de Alcalá.

Hombre de profunda fe, ha sido catequista en la preparación de niños para la Primera Comunión en su Parroquia, en la que también ha pertenecido a Cáritas parroquial. Y participa muy activamente en la recogida de alimentos de mayo junto con su cuadrilla de costaleros por las calles de la barriada de Pablo VI para ayudar a sus vecinos más necesitados. 

Por todo ello, estamos seguros de que el próximo 10 de junio, en vísperas de la solemnidad de la Santísima Trinidad, hará una magnífica Exaltación Eucarística, basada en su experiencia de fe, de esperanza y de amor al prójimo, a sus hermanos, a semejanza de Cristo, que mostró su amor a todos nosotros, quedándose en el Pan y el Vino en la última Cena el Jueves Santo.


Redacción: N. H. A. D. Juan Jorge García García.
Continuar leyendo >>

Hoy, Asamblea Diocesana Ordinaria

VENERABLE ARCHICOFRADÍA DE LA
ADORACIÓN NOCTURNA ESPAÑOLA
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Consejo Diocesano de Sevilla











ADORADO SEA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO
AVE MARÍA PURÍSIMA

ASAMBLEA DIOCESANA ORDINARIA

Por la presente, se convoca a todos los Adoradores Activos de nuestra Archidiócesis a la Asamblea Diocesana Ordinaria que se celebrará (D. m.) el próximo 4 de febrero de 2017, a las 10 de la mañana en primera convocatoria, y a las 10 y media de la mañana en segunda, en nuestra Sede de la Iglesia de San Hermenegildo, con el siguiente

ORDEN DEL DÍA
  1. Invocación al Espíritu Santo.
  2. Lectura del Acta de la Asamblea anterior y su aprobación, si procede.
  3. Informe de la Secretaria.
  4. Informe de la Tesorería de 01-01 a 31-12-2016 y su aprobación, si procede.
  5. Presupuesto de Ingresos y Gastos para el ejercicio de 2017 y su aprobación, si procede.
  6. Memoria de Actividades realizadas, por Secciones (remitidas por escrito).
  7. Informe de cada Sección sobre datos estadísticos (número de Adoradores; Vigilias celebradas en el año, ordinarias y extraordinarias, porcentaje de asistencia a las vigilias en relación con el número de Adoradores; altas y bajas producidas en este año). Objetivos y proyectos de actividades anuales; efemérides previstas, breve exposición.
  8. Asuntos y propuestas para someter a debate y aprobación, si procediese, presentados por las distintas Secciones al Consejo Diocesano con veinte días de antelación a la fecha de la Asamblea.
  9. Ruegos y Preguntas.

Fdo. D. José Antonio Rosales Santana
SECRETARIO

PD. Se expondrá en Tesorería durante los quince días previos a la celebración de la Asamblea, las cuentas y comprobantes del ejercicio de 2016, para que puedan ser examinadas por todos los Adoradores Activos.
Continuar leyendo >>

Carta pastoral ‘¿Qué hacemos con las cenizas?

(Publicado el viernes, 3 de febrero de 2017)

asenjo_oficial_2010_pm_webQueridos hermanos y hermanas:

El pasado 15 de agosto el cardenal Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación expresa del papa Francisco, firmaba una instrucción titulada Ad resurgendum cum Christo sobre la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación. Recuerda el documento que ya en julio de 1963 la Santa Sede declaró que aunque «la Iglesia aconseja vivamente la piadosa costumbre de sepultar el cadáver de los difuntos», no considera la cremación «contraria a ninguna verdad natural o sobrenatural».

De entonces a ahora, la práctica de la cremación se ha difundido notablemente y al mismo tiempo también se han propagado nuevas ideas que no están de acuerdo con la fe de la Iglesia sobre esta materia. Por ello, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha considerado necesario reafirmar las razones doctrinales y pastorales para preferir la sepultura de los cuerpos y de dictar normas concretas sobre la conservación de las cenizas en el caso de la cremación.

La resurrección de Jesús es la verdad fundante de nuestra fe y el principio y fuente de nuestra futura resurrección. Porque el Señor resucitó verdaderamente, también nosotros resucitaremos. Por la muerte, el alma se separa del cuerpo, pero en la resurrección Dios devolverá la vida a nuestro cuerpo, reuniéndolo con nuestra alma inmortal.

El documento de la Santa Sede afirma que, siguiendo la antiquísima tradición cristiana, la Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en los cementerios u otros lugares sagrados. Afirma también que la muerte, sepultura y resurrección del Señor, misterio a la luz del cual se manifiesta el sentido cristiano de la muerte, nos convence de que la inhumación es la forma más adecuada para expresar la fe y la esperanza en la resurrección corporal.

Con la inhumación, la Iglesia y los cristianos hacemos patente nuestra fe en la resurrección de la carne, y ponemos de relieve la alta dignidad del cuerpo humano como parte integrante de la persona, que además, por el bautismo ha sido templo del Espíritu Santo. No son admisibles, en consecuencia, actitudes y rituales hoy en boga, que consideran la muerte como la anulación definitiva de la persona, o como el momento de la fusión con la madre naturaleza o con el universo, o como una etapa en el proceso de reencarnación. La sepultura de los cuerpos de los fieles difuntos en los cementerios u otros lugares sagrados facilita el recuerdo y la oración por los difuntos por parte de sus familiares y de la comunidad cristiana y es considerada como una obra de misericordia.

La Iglesia sigue prefiriendo la sepultura de los cuerpos, pero puede haber razones higiénicas o económicas que lleven a optar por la cremación. En estos casos, la Iglesia no se opone a esa práctica, ya que la cremación del cadáver no toca el alma y no impide a la omnipotencia divina resucitar el cuerpo. No niega pues la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma y la resurrección del cuerpo.

La Iglesia incluso tiene un ritual para, después de las exequias, acompañar la cremación con un rito litúrgico propio, manteniendo las cenizas, por regla general, en un lugar sagrado, en el cementerio o, en un área especialmente dedicada a tal fin dentro de la iglesia por la autoridad eclesiástica. La conservación de las cenizas en un lugar sagrado ayuda a no privar a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares y de la comunidad cristiana.

Por todo ello, no está permitido conservar las cenizas en el hogar. Sólo en casos excepcionales, dependiendo de las condiciones culturales del lugar, el Obispo, de acuerdo con la Conferencia Episcopal, puede conceder permiso para conservar las cenizas en una casa. Las cenizas, sin embargo, no pueden ser divididas entre los diferentes núcleos familiares y también en estos casos se les debe asegurar respeto y condiciones adecuadas de conservación.

Declara además el documento de la Santa Sede que para evitar cualquier malentendido panteísta, naturalista o nihilista, no se permite la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos. En el caso de que el difunto hubiera dispuesto la cremación y la dispersión de sus cenizas en la naturaleza por razones contrarias a la fe cristiana, se le han de negar las exequias, de acuerdo con la norma del derecho.

Dios quiera que este documento nos ayude a todos a confesar nuestra fe en la resurrección de la carne y la vida eterna, artículo capital de nuestra fe. Ojala sirvan también para que los miembros de la Iglesia peregrina vivamos la comunión con nuestros hermanos del cielo y con aquellos que se purifican de sus faltas en el purgatorio.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

Continuar leyendo >>