Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento

(Publicado el jueves, 19 de noviembre de 2020)


Para acceder a las oraciones que se rezarán durante la Vigilia,
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Boletín informativo de noviembre de 2020

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Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano estrena un nuevo traje para el mes de los difuntos

(Publicado el domingo, 1 de noviembre de 2020)

En otras ocasiones en las que hemos hablando de la forma de vestir las imágenes de la Santísima Virgen María, hemos incidido en que la piedad y devoción de los fieles, a través de los siglos, ha ido conformando una serie de costumbres, encaminadas a fomentar más si cabe la unión entre la Sagrada Imagen y sus devotos. Por ello, la Madre, en su icono, se alegra o se entristece con sus hijos. A ello contribuyen muy mucho los colores empleados en los trajes.

Así, mirando hacia atrás, hasta bien avanzado el siglo XIX, las imágenes de Dolorosas solían vestir de colores muy oscuros, cuando no de negro. En cambio, las letíficas empleaban todo tipo de colores; lo que atestiguan los cuadros y numerosos exvotos pintados en los que aparecen este tipo de imágenes. Además de los trajes y vestidos que aún podemos contemplar en el ajuar de las grandes devociones, algunas muy cercanas a nosotros, y generalmente de gran antigüedad, que conservan ricas piezas de siglos pasados: Rocío (Almonte), Gracia (Carmona), Consolación (Utrera), Setefilla (Lora del Río), Regla (Chipiona), Araceli (Lucena), Guadalupe (Cáceres), y un largo etcétera, que haría interminable esta relación.

Nuestra Sección adoradora alcalareña está puesta bajo el patrocinio de la Santísima Virgen Reina de los Ángeles, CONSOLACIÓN Y GRACIA, imagen que al ser recibida, ya contaba con unas características que debemos respetar, relacionadas con las advocaciones a las que representa: barco en su mano derecha y el Niño Jesús en la izquierda (Consolación), traje de reina todo del mismo color (manto y saya), con amplio miriñaque, mangas de punta y rostrillo orlado por amplio encaje blanco (Gracia). Por eso, desde el principio, todos los vestidos se han confeccionado siguiendo estas premisas. Porque, además, es lo que le da singularidad a la sagrada imagen entre todas las de nuestra localidad.

Y siguiendo estas pautas, desde el grupo de Camaristas y personas encargadas de su cuidado, se ha seguido siempre las condiciones de ese estilo al confeccionar los diferentes trajes que van conformando, poco a poco, el ajuar de la Señora, en diversos colores: blanco, marfil, verde, morado, celeste, etc.

La última pieza incorporada es la que luce durante este mes de noviembre, confeccionada a partir de dos saris de procedencia hindú, bordados en oro sobre tejido negro, regalados ambos por sus devotos. El primero de ellos, entregado hace ya varios años (2015), y el segundo más reciente (2019). La singularidad de este traje consiste precisamente en el color negro de fondo, que se ve atenuado por los riquísimos bordados que prácticamente cubren la totalidad del tejido, lo que lo hace apropiado para una imagen “de gloria”. Evidentemente, al confeccionar dicho traje con las piezas de ambos saris, se ha tenido en cuenta que el resultado fuera uniforme, colocando dichas piezas y adaptándolas para que el fondo negro quedara a la vista lo justo y suficiente. Creemos que el resultado ha sido satisfactorio, habiendo quedado un vestido muy rico y original, al tiempo que podemos decir que “la Virgen está de luto”, siendo quizás la primera imagen de este tipo que se viste totalmente de este color luctuoso.

De luto en este mes de noviembre, dedicado tradicionalmente a recordar y orar por todos nuestros familiares y amigos difuntos; pero de luto también este año de una manera especial por todos sus hijos que han fallecido víctimas de la terrible pandemia que sigue entre nosotros.

A Ella, CONSOLÁTRIX AFLICTÓRUM, elevamos nuestras plegarias, como nuestra Intercesora y MATER DIVÍNAE GRÁTIAE.














Fotografías: N. H. A. D. Juan Jorge García García y N. H. A. D. Juan Escamilla Martín.
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Decreto de la Sagrada Penitenciaría Apostólica sobre las indulgencias plenarias en el mes de los difuntos


DECRETO

Este año, en las circunstancias actuales debidas a la pandemia de "covid-19",
las indulgencias plenarias para los fieles fallecidos se prorrogarán
durante todo el mes de noviembre, con la adecuación de las obras y condiciones para garantizar la seguridad de los fieles.


Esta Penitenciaría Apostólica ha recibido muchas peticiones de los sagrados pastores solicitando que este año, a causa de la epidemia de "covid-19", se conmutaran las obras piadosas para obtener las indulgencias plenarias aplicables a las almas del purgatorio, según el Manual de Indulgencias (conc. 29, § 1). Por este motivo la Penitenciaría Apostólica, por mandato especial de Su Santidad el Papa Francisco, establece de muy buen grado y decide que este año, para evitar las aglomeraciones donde están prohibidas:

a.- La indulgencia plenaria para los que visiten un cementerio y recen por los difuntos aunque sólo sea mentalmente, establecida por regla general sólo en días concretos del 1 al 8 de noviembre, podrá ser trasladada a otros días del mismo mes hasta que acabe. Estos días, elegidos libremente por los fieles, también pueden ser independientes entre sí.

b.- la indulgencia plenaria del 2 de noviembre, establecida con ocasión de la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos para los que visiten piadosamente una iglesia u oratorio y reciten allí el "Padre Nuestro" y el "Credo", puede ser transferida no sólo al domingo anterior o posterior o al día de la solemnidad de Todos los Santos, sino también a otro día del mes de noviembre, libremente elegido por cada uno de los fieles.

Los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos graves no puedan salir de casa, por ejemplo a causa de las restricciones impuestas por la autoridad competente para el tiempo de la pandemia, con el fin de evitar que numerosos fieles se aglomeren en los lugares sagrados, podrán obtener la indulgencia plenaria siempre que se unan espiritualmente a todos los demás fieles, completamente desapegados del pecado y con la intención de cumplir cuanto antes las tres condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre), ante una imagen de Jesús o de la Santísima Virgen María, recen oraciones piadosas por los difuntos, por ejemplo, laudes y vísperas del Oficio de Difuntos, el rosario mariano, la corona de la Divina Misericordia, otras oraciones por los difuntos más apreciadas por los fieles, o se dediquen a la lectura meditada de alguno de los pasajes del Evangelio propuestos por la liturgia de los difuntos, o realicen una obra de misericordia ofreciendo a Dios los dolores y las dificultades de su propia vida.

Para facilitar la obtención de la gracia divina por medio de la caridad pastoral, esta Penitenciaría ruega encarecidamente a todos los sacerdotes con facultades adecuadas que se ofrezcan con particular generosidad a la celebración del sacramento de la Penitencia y administren la santa comunión a los enfermos.

Sin embargo, en lo que respecta a las condiciones espirituales para la plena consecución de la indulgencia, se recuerda que hay que recurrir a las indicaciones ya emanadas en la nota "Sobre el sacramento de la penitencia en la actual situación de pandemia", emitida por esta Penitenciaría Apostólica el 19 de marzo de 2020.

Por último, puesto que las almas del Purgatorio son ayudadas por los sufragios de los fieles y especialmente por el sacrificio del altar agradable a Dios (cf. Conc. Tr. Sess. XXV, Decr. De Purgatorio), se invita encarecidamente a todos los sacerdotes a celebrar tres veces la santa misa el día de la Conmemoración de Todos los fieles Difuntos, de acuerdo con la Constitución Apostólica "Incruentum Altaris", promulgada por el Papa Benedicto XV, de venerada memoria, el 10 de agosto de 1915.

Este decreto es válido para todo el mes de noviembre. No obstante cualquier disposición en contrario.

Dado en Roma, desde la sede de la Penitenciaría Apostólica, el 22 de octubre de 2020, memoria de San Juan Pablo II.

Maurus Card. Piacenza
Paenitentiarius Maior

Christophorus Nykiel
Regens
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