Vida eclesial

¡Adorado sea el Santísimo Sacramento!
El fin esencial de nuestra Archicofradía Sacramental es adorar y velar ante Jesús Sacramentado durante las horas de la noche. Por ello, los adoradores nocturnos de Alcalá celebramos cada mes Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento en nuestros respectivos Turnos, compaginando armoniosamente la oración comunitaria de la Liturgia de las Horas y la oración personal en silencio, lo cual nos dispone debidamente para el encuentro íntimo con el Señor.

  • ¿Qué es la Liturgia de las Horas?
      Desde sus comienzos, en 1877, la Adoración Nocturna Española emplea en sus Vigilias el rezo del Oficio Divino, anticipándose con ello al espíritu de la renovación litúrgica promovida por el Concilio Vaticano II que recomienda vivamente a los seglares la Liturgia de las Horas.

      La Liturgia de las Horas u Oficio Divino es la oración que la Iglesia, en unión con Jesucristo, su Cabeza, y por medio de Él, ofrece a Dios.

      Se llama “de las Horas” porque se efectúa en los principales momentos de cada día, que así es santificado junto con la actividad de los hombres.

      Dado el carácter nocturno de nuestras Vigilias, se recitan o cantan normalmente Vísperas, Oficio de Lectura y Laudes.

      Así, las Vísperas recogen los resultados del trabajo del hombre al caer la tarde y acercarse el reposo, para alabar, dar gracias a Dios por lo bueno de la jornada y repararlo por nuestras infidelidades.

      El Oficio de Lectura es la oración de la Iglesia para alabar a Dios en las horas de la noche.

      Y los Laudes son la alabanza del Señor por el nuevo día y nos predisponen a ser, allí donde nos lleven nuestras circunstancias concretas particulares, “signo y sacramento de salvación”.

      Elementos constitutivos

      HIMNO. Las Horas empiezan con el Himno, que es una composición poética que prepara el ánimo a la plegaria.

      ANTÍFONAS. Preceden al Salmo y contienen la idea central del mismo. Pueden ayudar a la meditación durante su recitación.

      SALMOS. Son palabra revelada por Dios. Con ellos hablamos al Señor con sus mismas palabras. Jesús los recitó. Hemos de hacer nuestros, de la Iglesia, de Jesucristo, los sentimientos, los afectos que los salmos contienen (tristeza, alegría, expiación, alabanza, imprecación al mal y al pecado).

      CÁNTICOS. Los Laudes y las Vísperas tienen dos Salmos y un Cántico, que es también palabra revelada; en Laudes el Cántico es del Antiguo Testamento y en Vísperas es del Nuevo Testamento.

      LECTURA BÍBLICA. Todas las Horas tienen su lectura bíblica, breve en Laudes y Vísperas; larga en el Oficio de Lectura. Dios nos habla, proclamamos su Palabra dándole culto; la escuchamos recogiendo lo que nos dice para provecho de nuestra vida; sólo el escucharla con veneración aumenta nuestra fe.

      LECTURA PATRÍSTICA O ECLESIÁSTICA. El Oficio de Lectura tiene además una segunda lección de textos de la Tradición de la Iglesia (Santos Padres, Teólogos, Santos).

      SILENCIOS. Es provechoso saber conjugar el silencio para hacer oración personal de lo que hemos rezado haciendo una breve pausa después de cada Salmo y, sobre todo, después de la Lectura bíblica.

      CÁNTICOS EVANGÉLICOS. El Cántico de Zacarías (Benedictus), en Laudes, y el Cántico de María (Magníficat), en Vísperas, ponen en nuestros labios la alabanza y acción de gracias recordando la Historia de la Salvación que el Señor ha obrado en todo el pueblo y en todos los hombres. Es dulce orar con la Madre de Dios y madre nuestra y con sus palabras en la oración de la tarde.

      PRECES. Las de Laudes son como el ofrecimiento de las obras del día; las de Vísperas son peticiones y acciones de gracias por los beneficios de la jornada y terminan con una súplica por los difuntos. Son plegarias, ante todo, por intenciones universales.

      Las Preces culminan en el Padrenuestro, la oración más completa y más universal. Así toda la oración comunitaria litúrgica finaliza reconociendo que Dios es nuestro Padre y nosotros sus hijos. Nuestras vidas se dirigen a Él como nuestro supremo bien y nuestro fin y de Él hemos de recibir cuanto necesitamos.


Actualmente, la Sección Adoradora Nocturna de Alcalá de Guadaíra se encuentra establecida en el Monasterio de Santa Clara y tiene en funcionamiento un único Turno que celebra sus vigilias el tercer sábado de cada mes en el referido templo.

Como homenaje a la Santísima Virgen María, venerada en nuestra Sección Adoradora como Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano, en todas nuestras vigilias incluimos el rezo del Santo Rosario, según es laudable costumbre en la Adoración Nocturna y continuamente recomiendan los Sumos Pontífices.

Además, en conmemoración de la proclamación del Dogma de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María en Cuerpo y Alma a los Cielos, y en acción de gracias por su aniversario fundacional, nuestra Sección celebra el último domingo de octubre Solemne Función y Ceremonia de Besamanos en honor de Nuestra Señora.

Nuestra Señora la Santísima Virgen
REINA DE LOS ÁNGELES, CONSOLACIÓN Y GRACIA

Besamanos de Nuestra Señora la Santísima Virgen
REINA DE LOS ÁNGELES, CONSOLACIÓN Y GRACIA

En desagravio a la Majestad de Dios por tantas ofensas recibidas, la Sección celebra Solemne Triduo, conocido popularmente como “Triduo de Carnestolendas” o “Triduo de Carnaval porque tiene lugar durante los días del carnaval, que son los tres días previos al inicio del tiempo litúrgico de Cuaresma.

En un principio, la celebración del carnaval tuvo un carácter eminentemente práctico. Así lo indica la misma palabra: carnaval, del latín carnis levare, es decir, “quitar la carne”. Y es que, durante los días previos al inicio de la Cuaresma, había que “quitar” todo aquello que estaba prohibido consumir durante la misma, que no sólo era la carne, sino también leche, huevos…, y por extensión del sacrificio: vino, licor, cerveza, etc. Hablamos de un tiempo en el que no era tan fácil conservar los alimentos y, por lo tanto, había que consumirlos. Esto pronto degeneró en enaltecer todo lo “carnal”, haciendo todo aquello de lo que ya habría tiempo de arrepentirse durante la rigurosa Cuaresma. Por estos excesos que se cometían durante el carnaval se comenzaron a realizar simultáneamente actos de reparación al Señor. Y así fue como surgió el Triduo de carnaval, siendo el más conocido de nuestro entorno el que tiene lugar desde 1695 en la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla con el baile de los niños seises ante el Santísimo Sacramento del Altar.

Hoy en día, al carácter de desagravio del Triduo de carnaval se unen la oración y súplica por la humanidad entera ya que, sólo estando en total y perfecta unión filial con Dios, podremos alcanzar la auténtica plenitud y la verdadera felicidad. Por ello, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, cotitular de nuestra Sección Adoradora, preside cada año el ejercicio de este Triduo para que, mediante su contemplación, no olvidemos nunca que Jesús dio su vida para redimirnos.

Dentro del tiempo litúrgico de Cuaresma, la Sección organiza un Via Crucis, realizando sus catorce estaciones con el Santísimo Cristo de la Vera Cruz por el Claustro del Monasterio de Santa Clara. Al finalizar el rezo de este piadoso ejercicio, la Sagrada Imagen queda expuesta en el presbiterio de la iglesia para la veneración de los fieles, quienes, con la debida reverencia, proceden a besarle el pie.
 




Al poseer la reliquia de una astilla de la Cruz donde fue crucificado Nuestro Señor, la Sección celebra Solemne Función el primer domingo de mayo para conmemorar la Invención (o hallazgo) de la Santísima Vera Cruz por Santa Elena, antigua festividad que la Iglesia celebraba el 3 de mayo.

En este día, según cuenta el Rvdo. P. D. Leandro José de Flores en sus Memorias históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra, obra publicada en 1833, el pueblo fiel de Alcalá acompañaba en procesión la reliquia del Santo Lignum Crucis. Aquella reliquia debió consumirse en el fuego que asoló los templos de Alcalá en el nefasto año de 1936, junto con la práctica totalidad del riquísimo patrimonio religioso, devocional y artístico que atesoraban los mismos, fruto del esfuerzo y colaboración de todos los alcalareños a lo largo de los siglos, y del que, tristemente, se salvaron poquísimas piezas.

Igualmente, la Sección celebra Solemne Función el día 14 de septiembre, festividad litúrgica de la Exaltación de la Santísima Vera Cruz.

Al término de estas Misas, el sacerdote imparte la bendición con el Santo Lignum Crucis, ya que todas las reliquias auténticas del Sagrado Madero, repartidas por templos e iglesias del orbe católico, tienen reconocido por la Iglesia el culto de latría (reservado sólo a Dios), por haber estado en contacto directo con el Santísimo Cuerpo del Redentor y haber sido impregnadas de su Preciosísima Sangre.

Reliquia del Santo Lignum Crucis

Pero, si hay una fecha especialmente señalada en nuestro calendario, esa es, sin duda alguna, la SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO.

Para anunciar a todos los alcalareños la celebración de esta festividad, nuestra Sección Adoradora organiza, desde el año 2009, el Pregón del Corpus Christi de Alcalá de Guadaíra: una Exaltación de la Eucaristía que sirve también como pórtico común de todos los cultos que se celebran en nuestra ciudad en honor del Santísimo Sacramento del Altar.

  • Lista de Pregoneros

      Ilmo. Sr. D. Vicente Romero Muñoz
      30 de mayo de 2009


      Rvdo. Sr. D. Manuel Ángel Cano Muñoz
      29 de mayo de 2010


      D. José María Rubio Rubio
      11 de junio de 2011


      D. Ramiro Luis Muñoz Mateos
      8 de junio de 2012


      Rvdo. Sr. D. Manuel María Roldán Roses
      10 de mayo de 2013


      Ilmo. Sr. D. Vicente Romero Gutiérrez
      7 de junio de 2014


      D. José Manuel Medina Picazo
      29 de mayo de 2015


      Dª. María José Gravalosa Morenilla
      20 de mayo de 2016


      D. Jaime Otero Gutiérrez
      10 de junio de 2017


      D. Jesús Mallado Rodríguez
      25 de mayo de 2018


      D. Manuel Antonio Seda Hermosín
      15 de junio de 2019


      Rvdo. Sr. D. Rafael Calderón García
      29 de mayo de 2021


      D. Antonio Rivas Durán
      11 de junio de 2022


      D. David Rivera López
      26 de mayo de 2023


Durante los días de la octava de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, nuestra Sección celebra Solemnes Cultos en honor y gloria de Jesús Sacramentado, que culminan el domingo con la Función Principal de Instituto, en la que, al comienzo del Ofertorio, los miembros del Consejo de Gobierno, en representación de todos los hermanos adoradores, hacen pública Protestación de Fe en todas las Verdades y Dogmas de la Sacrosanta Religión Católica y prestan juramento de defender “el milagro de la vida humana desde el primer instante de la concepción en el vientre materno, hasta que Dios nos llame a su presencia al final del camino”, siguiendo las enseñanzas del Magisterio Pontificio. Después del Rito de la Comunión, el sacerdote celebrante expone solemnemente el Santísimo Sacramento de la forma acostumbrada y, seguidamente, tiene lugar la Procesión Eucarística.

Encabeza esta Procesión la Bandera de nuestra Sección, seguida por los adoradores y fieles que portan velas encendidas acompañando a Jesús Sacramentado, que es llevado bajo palio. El recorrido comienza saliendo de la iglesia del Monasterio de Santa Clara por la puerta del lado del Evangelio, dirigiéndose hacia la Puerta Reglar para, una vez allí, entrar en el Claustro. En este hermoso e íntimo entorno se hace estación ante los altares preparados por las Hermanas Clarisas.










La comitiva continúa saliendo hacia la calle Nuestra Señora del Águila (también conocida como la calle de La Mina) y avanza por la misma hasta entrar nuevamente en la iglesia por su puerta principal.




Finalmente, el sacerdote imparte la Bendición con el Santísimo Sacramento y reserva la Sagrada Forma de la forma acostumbrada.