¡Adorado sea el Santísimo Sacramento! |
Actualmente, la Sección Adoradora Nocturna de Alcalá de Guadaíra se encuentra establecida en el Monasterio de Santa Clara y tiene en funcionamiento un único Turno que celebra sus vigilias el tercer sábado de cada mes en el referido templo.
Como homenaje a la Santísima Virgen María, venerada en nuestra Sección Adoradora como Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano, en todas nuestras vigilias incluimos el rezo del Santo Rosario, según es laudable costumbre en la Adoración Nocturna y continuamente recomiendan los Sumos Pontífices.
Además, en conmemoración de la proclamación del Dogma de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María en Cuerpo y Alma a los Cielos, y en acción de gracias por su aniversario fundacional, nuestra Sección celebra el último domingo de octubre Solemne Función y Ceremonia de Besamanos en honor de Nuestra Señora.
En un principio, la celebración del carnaval tuvo un carácter eminentemente práctico. Así lo indica la misma palabra: carnaval, del latín carnis levare, es decir, “quitar la carne”. Y es que, durante los días previos al inicio de la Cuaresma, había que “quitar” todo aquello que estaba prohibido consumir durante la misma, que no sólo era la carne, sino también leche, huevos…, y por extensión del sacrificio: vino, licor, cerveza, etc. Hablamos de un tiempo en el que no era tan fácil conservar los alimentos y, por lo tanto, había que consumirlos. Esto pronto degeneró en enaltecer todo lo “carnal”, haciendo todo aquello de lo que ya habría tiempo de arrepentirse durante la rigurosa Cuaresma. Por estos excesos que se cometían durante el carnaval se comenzaron a realizar simultáneamente actos de reparación al Señor. Y así fue como surgió el Triduo de carnaval, siendo el más conocido de nuestro entorno el que tiene lugar desde 1695 en la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla con el baile de los niños seises ante el Santísimo Sacramento del Altar.
Dentro del tiempo litúrgico de Cuaresma, la Sección organiza un Via Crucis, realizando sus catorce estaciones con el Santísimo Cristo de la Vera Cruz por el Claustro del Monasterio de Santa Clara. Al finalizar el rezo de este piadoso ejercicio, la Sagrada Imagen queda expuesta en el presbiterio de la iglesia para la veneración de los fieles, quienes, con la debida reverencia, proceden a besarle el pie.
Al poseer la reliquia de una astilla de la Cruz donde fue crucificado Nuestro Señor, la Sección celebra Solemne Función el primer domingo de mayo para conmemorar la Invención (o hallazgo) de la Santísima Vera Cruz por Santa Elena, antigua festividad que la Iglesia celebraba el 3 de mayo.
Encabeza esta Procesión la Bandera de nuestra Sección, seguida por los adoradores y fieles que portan velas encendidas acompañando a Jesús Sacramentado, que es llevado bajo palio. El recorrido comienza saliendo de la iglesia del Monasterio de Santa Clara por la puerta del lado del Evangelio, dirigiéndose hacia la Puerta Reglar para, una vez allí, entrar en el Claustro. En este hermoso e íntimo entorno se hace estación ante los altares preparados por las Hermanas Clarisas.
Nuestra Señora la Santísima Virgen REINA DE LOS ÁNGELES, CONSOLACIÓN Y GRACIA |
Besamanos de Nuestra Señora la Santísima Virgen REINA DE LOS ÁNGELES, CONSOLACIÓN Y GRACIA |
En desagravio a la Majestad de Dios por tantas ofensas recibidas, la Sección celebra Solemne Triduo, conocido popularmente como “Triduo de Carnestolendas” o “Triduo de Carnaval” porque tiene lugar durante los días del carnaval, que son los tres días previos al inicio del tiempo litúrgico de Cuaresma.
En un principio, la celebración del carnaval tuvo un carácter eminentemente práctico. Así lo indica la misma palabra: carnaval, del latín carnis levare, es decir, “quitar la carne”. Y es que, durante los días previos al inicio de la Cuaresma, había que “quitar” todo aquello que estaba prohibido consumir durante la misma, que no sólo era la carne, sino también leche, huevos…, y por extensión del sacrificio: vino, licor, cerveza, etc. Hablamos de un tiempo en el que no era tan fácil conservar los alimentos y, por lo tanto, había que consumirlos. Esto pronto degeneró en enaltecer todo lo “carnal”, haciendo todo aquello de lo que ya habría tiempo de arrepentirse durante la rigurosa Cuaresma. Por estos excesos que se cometían durante el carnaval se comenzaron a realizar simultáneamente actos de reparación al Señor. Y así fue como surgió el Triduo de carnaval, siendo el más conocido de nuestro entorno el que tiene lugar desde 1695 en la Catedral de Santa María de la Sede de Sevilla con el baile de los niños seises ante el Santísimo Sacramento del Altar.
Hoy en día, al carácter de desagravio del Triduo de carnaval se unen la oración y súplica por la humanidad entera ya que, sólo estando en total y perfecta unión filial con Dios, podremos alcanzar la auténtica plenitud y la verdadera felicidad. Por ello, el Santísimo Cristo de la Vera Cruz, cotitular de nuestra Sección Adoradora, preside cada año el ejercicio de este Triduo para que, mediante su contemplación, no olvidemos nunca que Jesús dio su vida para redimirnos.
Dentro del tiempo litúrgico de Cuaresma, la Sección organiza un Via Crucis, realizando sus catorce estaciones con el Santísimo Cristo de la Vera Cruz por el Claustro del Monasterio de Santa Clara. Al finalizar el rezo de este piadoso ejercicio, la Sagrada Imagen queda expuesta en el presbiterio de la iglesia para la veneración de los fieles, quienes, con la debida reverencia, proceden a besarle el pie.
En este día, según cuenta el Rvdo. P. D. Leandro José de Flores en sus Memorias históricas de la Villa de Alcalá de Guadaíra, obra publicada en 1833, el pueblo fiel de Alcalá acompañaba en procesión la reliquia del Santo Lignum Crucis. Aquella reliquia debió consumirse en el fuego que asoló los templos de Alcalá en el nefasto año de 1936, junto con la práctica totalidad del riquísimo patrimonio religioso, devocional y artístico que atesoraban los mismos, fruto del esfuerzo y colaboración de todos los alcalareños a lo largo de los siglos, y del que, tristemente, se salvaron poquísimas piezas.
Igualmente, la Sección celebra Solemne Función el día 14 de septiembre, festividad litúrgica de la Exaltación de la Santísima Vera Cruz.
Al término de estas Misas, el sacerdote imparte la bendición con el Santo Lignum Crucis, ya que todas las reliquias auténticas del Sagrado Madero, repartidas por templos e iglesias del orbe católico, tienen reconocido por la Iglesia el culto de latría (reservado sólo a Dios), por haber estado en contacto directo con el Santísimo Cuerpo del Redentor y haber sido impregnadas de su Preciosísima Sangre.
Pero, si hay una fecha especialmente señalada en nuestro calendario, esa es, sin duda alguna, la SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO.
Para anunciar a todos los alcalareños la celebración de esta festividad, nuestra Sección Adoradora organiza, desde el año 2009, el Pregón del Corpus Christi de Alcalá de Guadaíra: una Exaltación de la Eucaristía que sirve también como pórtico común de todos los cultos que se celebran en nuestra ciudad en honor del Santísimo Sacramento del Altar.
Para anunciar a todos los alcalareños la celebración de esta festividad, nuestra Sección Adoradora organiza, desde el año 2009, el Pregón del Corpus Christi de Alcalá de Guadaíra: una Exaltación de la Eucaristía que sirve también como pórtico común de todos los cultos que se celebran en nuestra ciudad en honor del Santísimo Sacramento del Altar.
Durante los días de la octava de la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, nuestra Sección celebra Solemnes Cultos en honor y gloria de Jesús Sacramentado, que culminan el domingo con la Función Principal de Instituto, en la que, al comienzo del Ofertorio, los miembros del Consejo de Gobierno, en representación de todos los hermanos adoradores, hacen pública Protestación de Fe en todas las Verdades y Dogmas de la Sacrosanta Religión Católica y prestan juramento de defender “el milagro de la vida humana desde el primer instante de la concepción en el vientre materno, hasta que Dios nos llame a su presencia al final del camino”, siguiendo las enseñanzas del Magisterio Pontificio. Después del Rito de la Comunión, el sacerdote celebrante expone solemnemente el Santísimo Sacramento de la forma acostumbrada y, seguidamente, tiene lugar la Procesión Eucarística.
Encabeza esta Procesión la Bandera de nuestra Sección, seguida por los adoradores y fieles que portan velas encendidas acompañando a Jesús Sacramentado, que es llevado bajo palio. El recorrido comienza saliendo de la iglesia del Monasterio de Santa Clara por la puerta del lado del Evangelio, dirigiéndose hacia la Puerta Reglar para, una vez allí, entrar en el Claustro. En este hermoso e íntimo entorno se hace estación ante los altares preparados por las Hermanas Clarisas.
La comitiva continúa saliendo hacia la calle Nuestra Señora del Águila (también conocida como la calle de La Mina) y avanza por la misma hasta entrar nuevamente en la iglesia por su puerta principal.
Finalmente, el sacerdote imparte la Bendición con el Santísimo Sacramento y reserva la Sagrada Forma de la forma acostumbrada.