‘Ante el centenario de las apariciones de Fátima’, carta pastoral del Arzobispo de Sevilla

(Publicado el viernes, 31 de marzo de 2017)

asenjo_oficial_2010_pmQueridos hermanos y hermanas:

La presencia del papa Francisco en Fátima en los días 12 y 13 de mayo próximo será el momento álgido del Centenario de las apariciones de la Santísima Virgen, que comenzó el 27 de noviembre pasado y concluirá  el 26 de noviembre de 2017. Los sucesos acaecieron entre el 13 de mayo y el 13 de octubre del año 1917 en Fátima, concejo de Ourém, en el distrito de Santarem (Portugal). La Virgen se apareció a tres pastorcillos, los beatos Francisco y Jacinta Martos y Lucía de Jesús dos Santos, después monja carmelita. En estas apariciones la Virgen les va transmitiendo el llamado “mensaje de Fátima”, acompañado de signos espectaculares y curaciones milagrosas. El núcleo de dicho mensaje pertenece a la columna vertebral del Evangelio: la conversión, la oración y la penitencia, junto con la invitación a rezar el Rosario y a consagrar el mundo y cada uno de nosotros a su Inmaculado Corazón.

Los más mayores seguramente recordarán las celebraciones que tuvieron lugar en Sevilla en el año 1951 con motivo de la visita de la imagen peregrina de Ntra. Sra. de Fátima, que recorrió parroquias, conventos, colegios y hospitales de la capital y de gran número de pueblos de la Archidiócesis. Los frutos sobrenaturales fueron ubérrimos. Hay quienes todavía recuerdan la solemnísima Eucaristía celebrada en la plaza de España por el cardenal Segura, con gran concurso de fieles entre ellos más de tres mil enfermos, llevados en carritos y camillas.

Nuestra Iglesia diocesana se dispone a celebrar como se merece esta efeméride, que será coordinada para las Vicarías de la ciudad  por sus Vicarios Episcopales, don Jesús Maya y don Rafael Muñoz. A ellos deberán dirigirse las instituciones que deseen la visita de la Virgen. Contamos con la imagen de la parroquia del Sagrario, que se ofrece a las parroquias, conventos y colegios de las dos citadas Vicarías. Los cuatro Vicarios extra urbem, con la colaboración de los arciprestes y previa petición de los párrocos, organizarán sus actos respectivos. La Delegación diocesana de Liturgia preparará los materiales pastorales y litúrgicos, que facilitará a las parroquias para las vigilias y celebraciones eucarísticas.

Los dos obispos acompañaremos al papa Francisco en su  vista a Fátima en los días 12 y 13 de mayo. Sin perjuicio de las peregrinaciones que puedan organizar las parroquias, dada la relativa cercanía de nuestra Archidiócesis con el Santuario de Fátima, entre los días 6, 7 y 8 de mayo tendremos la peregrinación diocesana, que presidirá el señor Obispo auxiliar. El día 3 de junio, coincidiendo con la Vigilia de Pentecostés, tendremos el gran acto diocesano en la Catedral, en el que se implicará la Delegación diocesana de Apostolado Seglar y la Acción Católica. Tendrá lugar en el altar del Jubileo. La imagen de la Virgen saldrá desde la parroquia por la puerta de san Miguel a la avenida de la Constitución, recorriendo la calle Alemanes para entrar en el templo por la puerta de Palos. En el trayecto cantaremos o rezaremos el Rosario y, como en Fátima, acompañaremos a la Virgen con velas. Después se celebrará la Eucaristía y habrá un buen número de confesores. Al final tendremos la consagración de la Archidiócesis al Inmaculado Corazón de María. En los tres días previos tendremos un triduo en la parroquia del Sagrario, presidido por el Vicario para la Vida Consagrada, el Vicario general y el señor Obispo auxiliar, que glosarán en la homilía los tres ejes del mensaje de Fátima, la oración, la penitencia y la conversión.

El objetivo último del centenario debe ser en primer lugar la renovación de nuestra devoción filial a la Santísima Virgen, que debe ocupar un lugar de privilegio en nuestro corazón y en nuestra vida cristiana. La espiritualidad de Fátima incluye también reconocer que todos necesitamos convertirnos cada día, que sin el humus de la oración todo en nuestra vida será agitación estéril, que la mortificación y la penitencia pertenecen a la entraña del Evangelio, a la que pertenece también la reparación por nuestros propios pecados y por el pecado del mundo. Debe ser objetivo además la recuperación del rezo del Santo Rosario, devoción hermosísima recomendada por la Virgen y los Papas.

Cabe señalar por último que el papa Francisco ha concedido la indulgencia plenaria a los fieles que cumpliendo las condiciones habituales,  peregrinen al Santuario de Fátima y allí participen en una celebración u oración dedicada a la Virgen. Cabe también ganar la indulgencia en cualquier templo que tenga una imagen de Nuestra Señora de Fátima en los días de los aniversarios de las apariciones, el 13 de cada mes desde mayo hasta octubre de 2017, y participen allí en alguna celebración en honor de la Virgen. También pueden lucrar la indulgencia los ancianos y enfermos que recen devotamente ante una imagen de la Virgen de Fátima.

Encomendando al Señor los frutos espirituales de este Jubileo, para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

 

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

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Hoy, Santa Misa de la Misión Popular

(Publicado el sábado, 25 de marzo de 2017)

Hoy, a las siete y media de la tarde, nuestra Sección Adoradora Nocturna asistirá a la SANTA MISA DE LA MISIÓN POPULAR, que se celebrará en la Parroquia de Santiago el Mayor, oficiada por nuestro párroco el Rvdo. Sr. D. Manuel María Roldán Roses.
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‘Sólo Jesucristo es nuestra esperanza’. Carta Pastoral del Arzobispo de Sevilla

(Publicado el viernes, 24 de marzo de 2017)

asenjo_oficial_2010_pmQueridos hermanos y hermanas:

A lo largo de esta Cuaresma el Señor nos está invitando a la conversión, a volver a Él como el hijo pródigo y a seguirle con la ilusión y admiración de los discípulos que le acompañan en el Evangelio de hoy por los caminos polvorientos de Palestina, con los ojos y los oídos bien abiertos para no perder ni uno sólo de sus gestos, ni una sola de sus palabras. Él es el camino, el único camino. En tiempos de Jesús, los caminos que comunicaban las ciudades de Palestina eran escasos y sólo ellos brindaban seguridad al caminante. En ellos había posadas, oportunidad de encontrar agua y alimento y vigilancia por parte de los soldados romanos. Aun así, en ocasiones, el caminante se veía sorprendido por partidas de bandidos que le asaltaban para robarle. Salirse del camino para buscar atajos era exponerse a perderse y a múltiples peligros.

Esta imagen del camino es la que tiene presente Jesús cuando nos dice “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí” (Jn 14,6). Él es el único revelador del Padre. Él nos manifiesta, como nos dice san Pablo, el amor y la filantropía del Padre (Tit 2,11). Él es el único acceso al Padre. “En ningún otro hay salvación y ningún otro nombre nos ha sido dado bajo el cielo y entre los hombres por el cual podamos ser salvos” (Act 4,12). Él es el único Mediador entre Dios y los hombres (I Tim 2,5).

En nuestro mundo se multiplican las doctrinas, sistemas y movimientos que ofrecen caminos de salvación: las sectas, la astrología, los horóscopos y los adivinos, que tratan de llenar las ansias de felicidad del corazón del hombre. Otros buscan la felicidad en el poder y el dominio sobre los demás, el brillar y sobresalir, el dinero, tener, consumir y disfrutar.

Todas estas ofertas de bajo coste son caminos errados que no llevan a ninguna parte, soluciones que en ningún caso sanan el corazón del hombre. Tenemos una prueba evidente: nunca el hombre occidental ha contado con más medios materiales, bienestar y tiempo para el ocio, y sin embargo, nunca como hoy proliferan las enfermedades mentales, las neurosis, las depresiones y hasta los suicidios, cuyo número crece cada año incluso entre los jóvenes. Ello significa que los sucedáneos no dan la felicidad, que sólo se encuentra en el Señor. Sólo Él colma las aspiraciones más profundas del corazón del hombre, como nos recuerda san Agustín desde su propia experiencia: “Nos hiciste Señor para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en Ti”.

En los compases finales de la Cuaresma todos estamos invitados a buscar la verdadera sabiduría, a no resignarnos a vivir una vida vacía y sin ideales y a vivir la “vida nueva” que Cristo nos ofrece para ser felices. Sólo Él es la Verdad que salva, libera y da la felicidad. Como nos dice el Evangelio de hoy, Él es la luz verdadera, que ilumina la vida, la nutre y la llena de esperanza y resplandor. Sólo Él nos permite ser libres. Jesús es el maestro que no engaña. No tengamos miedo a encontrarnos con Él en esta Cuaresma, pues sólo Él nos lleva a puerto seguro, sólo Él da estabilidad, firmeza y consistencia a nuestra vida.

Hoy mismo vamos a encontrarnos en la calle con muchos ciegos, que necesitan el milagro de la fe, que necesitan esperanza, que necesitan, sobre todo, a Cristo, luz, camino, verdad y vida de los hombres. En los últimos decenios, Occidente y también España se han convertido en territorios de misión. Estamos alumbrando un mundo autosuficiente y orgulloso de sus avances técnicos, un mundo que se está construyendo sin Dios y sin Cristo, considerando al hombre como el centro y medida de todas las cosas, entronizándolo falsamente en el lugar de Dios. Para una parte notable de la cultura occidental, la sumisión a Dios entraña una alienación intolerable. Por ello, esta cultura, ensimismada y cerrada a la trascendencia, ha renunciado a la adoración y reconocimiento de la soberanía de Dios y, como consecuencia, ha perdido el sentido del pecado y de los valores permanentes y fundantes.

En el tramo final de la Cuaresma os invito a ser testigos de la alegría cristiana, de la paz, la reconciliación, la esperanza y el amor que nacen de la Buena Noticia del amor de Dios por la humanidad. Jesús y su Evangelio siguen siendo un tema pendiente en el corazón de los hombres de hoy, y a nosotros se nos ha confiado su anuncio desde las plazas y las azoteas de nuestro mundo,  en el que estamos emplazados a anunciar a Jesucristo como luz del mundo, como fuente de sentido, como manantial de paz y de esperanza. Y todo ello, con la palabra y con el testimonio atractivo y convincente de nuestra propia vida.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

 

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

 

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Santa Misa de la Misión Popular

(Publicado el lunes, 20 de marzo de 2017)

El próximo sábado, 25 de marzo, a las siete y media de la tarde, nuestra Sección Adoradora Nocturna asistirá a la SANTA MISA DE LA MISIÓN POPULAR, que se celebrará en la Parroquia de Santiago el Mayor, oficiada por nuestro párroco el Rvdo. Sr. D. Manuel María Roldán Roses.
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‘Cerca de Dios y de los hombres’. Carta pastoral del Arzobispo de Sevilla ante el Día del Seminario

(Publicado el viernes, 17 de marzo de 2017)

asenjo_oficial_2010_pmQueridos hermanos y hermanas:

Celebramos en este domingo el Día del Seminario. Un año más, nuestra Archidiócesis se hace eco de una de las preocupaciones más hondas de la Iglesia, las vocaciones sacerdotales. Nuestras comunidades necesitan pastores según el corazón de Dios, que las apacienten con celo, sabiduría y prudencia (Jer 3, 15). Por ello, esta Jornada es una invitación a la responsabilidad de todos en la promoción de las vocaciones.

La vocación sacerdotal es una llamada a participar en la misma misión de Cristo, aquella que Él recibiera del Padre y que transmite a los Apóstoles: “Como el Padre me ha enviado, así os envío yo” (Jn 20, 21). Es una invitación de Jesús a los jóvenes a entregarle la vida para anunciar la Buena Noticia desde la cercanía y servicio a todo hombre. Aunque en realidad, la Iglesia entera es la  protagonista de la misión, los ministros ordenados, partícipes del único sacerdocio de Jesucristo, están llamados de modo particular a cumplir el encargo misionero de Jesús. Están llamados también a santificar a los fieles por medio de  los sacramentos y a pastorear al Pueblo santo de Dios. ¿Qué sería de nosotros sin los sacerdotes? Sin ellos no habría Eucaristía, porque sólo ellos realizan el prodigio de la consagración, solo ellos perdonan los pecados en nombre de Dios y ungen a los enfermos antes de su encuentro con el Señor.

El sacerdocio ministerial es un don para la Iglesia y para el mundo. Como leemos en el prefacio de la Misa Crismal, el sacerdote entrega su vida por el Señor y por la salvación de los hermanos, siendo el pastor cercano a Dios y a los hombres. Así lo entiende el autor de la carta a los Hebreos (5,1ss) y lo expresa el lema del día del Seminario de este año: “Cerca de Dios y de los hombres”.

Hoy más que nunca necesitamos sacerdotes enamorados de Jesucristo, que viven cerca del Señor y también muy cerca de los hombres y mujeres, sus hermanos, para anunciarles y ofrecerles los dones de la salvación. Se trata de una tarea a realizar con celo apostólico sobresaliente, que brota del corazón del sacerdote generoso y entregado a su precioso ministerio, a pesar de las seducciones de un mundo que nos presenta otros modelos de vida aparentemente más atractivos. Aquí radica, en muchas ocasiones la dificultad de los jóvenes para responder. Por ello, es necesario presentar con audacia y claridad la novedad apasionante de la vocación sacerdotal.

Detrás de cada vocación en muchos casos hay un sacerdote que ha sabido mostrar a los jóvenes la hermosura del ministerio sacerdotal, sosteniéndoles y guiándoles en el discernimiento. Los sacerdotes somos efectivamente los primeros vocantes. Deben serlo  también los seminaristas y las familias, “el primer seminario”. Allí los hijos aprenden el sentido de la vida y son educados en la fe. Las familias verdaderamente cristianas, que inician a sus hijos en la piedad, en la oración, en la amistad y la familiaridad con el Señor, son el microclima idóneo para que brote en los niños y jóvenes el germen de la vocación.

La implicación en la promoción de las vocaciones sacerdotales es hoy quehacer prioritario de toda la comunidad diocesana. De forma especial han de comprometerse en esta tarea los catequistas, los profesores de religión y todos los profesores cristianos de cualquier área. Todos ellos deben ser intermediarios entre Dios que sigue llamando y nuestros niños y jóvenes.

La promoción de las vocaciones no es tarea de unos solistas, los designados por el arzobispo como responsables de esta pastoral específica, en este caso los formadores de los Seminarios. La promoción de las vocaciones es una tarea coral o sinfónica, que compromete a todos los fieles de la Archidiócesis. Una forma al alcance de todos es la oración para que el Señor nos conceda muchas, generosas y santas vocaciones, que nos permitan mirar con esperanza el futuro de nuestra Archidiócesis e, incluso, compartir nuestros dones con otras Iglesias más necesitadas. Encomiendo esta intención especialmente a los ancianos, a los enfermos y a las monjas claustrales. Así cumpliremos el mandato del Señor, “rogad al dueño de la mies que envíe operarios a su mies” (Lc 10,2).

En el día del Seminario damos gracias a Dios por nuestros seminaristas, 45 en el Seminario Mayor, 9 en el Menor y 15 en el Seminario Redemptoris Mater. No olvido  la ayuda económica, necesaria para que nuestros Seminarios tengan los medios suficientes para una buena formación humana, intelectual, espiritual y pastoral de los futuros sacerdotes. En estos días las parroquias están recibiendo la visita de los seminaristas para ofrecernos el testimonio de su vocación. Recibámosles con afecto y oremos por ellos para que perseveren y sean fieles a la acción del Espíritu, “protagonista por antonomasia de su formación” (PDV 69).

Con mi gratitud por vuestro amor al Seminario, recibid mi saludo fraterno y mi bendición.

 

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

 

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Hoy, V Reunión formativa de la Misión Popular

(Publicado el sábado, 11 de marzo de 2017)

Hoy, a las seis de la tarde, la Sección tendrá la V REUNIÓN FORMATIVA DE LA MISIÓN POPULAR.

Es preciso llevar consigo el libro "Misiones Populares: Formarnos para la Misión", editado por la Vicaría Episcopal para la Nueva Evangelización de la Archidiócesis de Sevilla, y que fue repartido a todos los fieles de manos del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla, en la Misa de Inicio de la Misión en la Parroquia de Santiago el Mayor, el 29 de octubre del pasado año 2016.

Este mes trataremos el tema "La parroquia, casa de la vida sacramental y de la Caridad".

Quien desee asistir deberá acceder al Convento de Santa Clara por la calle Alcalá y Ortí, 39.
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Hoy, Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento

La Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la
Venerable Archicofradía de la Adoración Nocturna al
SANTÍSIMO SACRAMENTO
ESTABLECIDA EN EL CONVENTO DE SANTA CLARA
y de la que es Adorador-Presidente Honorario
S. E. R. Fray Carlos Amigo Vallejo, O. F. M. (q. D. g.)
Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla

CONSAGRA A SU ADORADO TITULAR

VIGILIA DE ADORACIÓN
hoy, a las 19:30 h.,
comenzando con la
SANTA MISA
cantada por las RR. MM. Clarisas.

A su término, el sacerdote celebrante hará
EXPOSICIÓN MAYOR DE S. D. M.

Tras la cual, se seguirá conforme al siguiente orden:
REZO DE VÍSPERAS, ORACIÓN DE PRESENTACIÓN DE ADORADORES, OFICIO DE LECTURA,
SANTO ROSARIO, PRECES EXPIATORIAS Y COMPLETAS

A las diez y media de la noche se concluirá con la
BENDICIÓN CON S. D. M. Y RESERVA


La REUNIÓN PREVIA para preparar la Vigilia tendrá lugar a las 19:00 h.


A. D. MMXVII
A. M. D. G. et B. V. M.
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Retiro de Cuaresma dirigido por el Ilmo. Sr. D. Teodoro León Muñoz

(Publicado el viernes, 10 de marzo de 2017)

Mañana sábado, 11 de marzo de 2017, a las 11:00 h., se celebrará el RETIRO DE CUARESMA en la Iglesia de San Hermenegildo (c/ Muñoz León, 6 – Sevilla).

Este retiro espiritual, organizado por el Consejo Diocesano de Sevilla de la Adoración Nocturna Española, estará dirigido por el Ilmo. Sr. D. Teodoro León Muñoz, Vicario General de la Archidiócesis de Sevilla, Deán de la Catedral y Director Espiritual de la Adoración Nocturna Diocesana.

El programa a seguir será el siguiente:

11:00 Exposición del Santísimo y adoración.
12:00 Meditación Lecturas de Cuaresma.
13:00 Santa Misa y conclusión.

Este retiró estará abierto a cuantos cristianos deseen disfrutar de la riqueza espiritual de adorar a Dios, en el Santísimo Sacramento.


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Carta Pastoral ‘Acoger el nuevo Misal para una celebración más fructuosa de la Eucaristía’

Queridos hermanos y hermanas:

asenjo_oficial_2010_pm“Cristo, el Señor, cuando iba a celebrar con sus discípulos la cena pascual, en la que instituyó el sacrificio de su Cuerpo y de su Sangre, mandó preparar una sala grande, ya dispuesta (Lc 22,12)”. Con estas palabras justifica la Ordenación General del Misal Romano (n. 1) que la Iglesia, a lo largo de su bimilenaria historia, haya ido estableciendo normas para la celebración de la Eucaristía en lo que respecta a la disposición de los lugares, los ritos, los textos y las personas. Igualmente la Iglesia se ha sentido comprometida, desde el primer Jueves Santo, por este mandato del Señor a sus discípulos.

También hoy nos sentimos comprometidos, por ese mismo mandato, al recibir una nueva edición en español del Misal Romano y de los Leccionarios, para celebrar la Cena del Señor en la que se actualiza el Sacrificio de la Cruz. Por eso, los obispos, exhortamos a los sacerdotes y diáconos, a los miembros de la vida consagrada, a los seminaristas y a todos los fieles laicos a que aprovechemos esta ocasión para revisar y mejorar nuestras celebraciones de la Eucaristía.

No se trata sólo que sustituir unos libros por otros, sino de recibir consciente y responsablemente el nuevo Misal para que cumplamos fielmente el mandato del Señor al instituir la Eucaristía (cf. 1 Cor 11,23-26). Ahondar en el conocimiento del Sacramento de nuestra fe, y tratar de celebrarlo cada vez mejor, nos ayudará a cumplir fielmente el mandato del Señor: “¡Haced esto en conmemoración mía!”.

Para ello, hemos pedido a la Delegación de Liturgia que haga todo lo posible para estudiar y difundir las novedades del Misal Romano. Lo hemos hecho ya en la última reunión del Quinquenio y en varias reuniones arciprestales. Las Jornadas Diocesanas de Liturgia de este año se han dedicado íntegramente a este tema. Se enviarán además subsidios de estudio a los sacerdotes, y se publicarán comentarios útiles en nuestra revista diocesana Iglesia de Sevilla. Pero todo ello no suplirá el esfuerzo que todos hemos de hacer por acoger el Misal.

Hay que subrayar la importancia de la Ordenación General del Misal Romano, en la que hay novedades respecto a la edición de 1975. Es un documento que ocupa las primeras páginas del Misal (páginas 31-92) y es de una gran riqueza teológica y pastoral: trata sobre el significado de las diversas partes y elementos de la Misa, los ministerios de las personas que participan en la celebración y la normativa de cómo llevarla a cabo. Encontramos también una catequesis mistagógica básica para introducirnos en una consciente y fructuosa celebración de la Eucaristía.

Invitamos a todos a estudiar con interés este documento para revisar y mejorar nuestras celebraciones. Se irá enviando a los sacerdotes y diáconos por correo electrónico la Ordenación General del Misal Romano ya preparada para su lectura reflexiva y se irán publicando, en Iglesia de Sevilla, los elementos catequéticos que encontramos en el documento para su mayor difusión.

Con ocasión de la publicación y entrada en vigor de la nueva edición del Misal Romano  y de los nuevos Leccionarios, exhortamos a todos a vivir la celebración o la participación en el sacrificio eucarístico con gran piedad y hondura espiritual, para que sea, de verdad, la fuente y cumbre de la vida y la misión de la Iglesia, donde nuestra existencia se vaya convirtiendo en una existencia eucarística, en la que todos y cada uno de nuestros actos van adquiriendo el tono y sabor, el estilo eucarístico de alabanza y acción de gracias, de adoración y contemplación.

La premisa para una mejor participación en la Eucaristía, que sea cada vez más activa, consciente, fructuosa, interior y exterior, es un adecuado ars celebrandi, es decir, un buen conocimiento del Misal Romano para usarlo como quiere la Iglesia. Como nos dice el papa Francisco: “Para que este rico misterio se realice y se manifieste vitalmente, hay que preparar con esmero, decoro y sobriedad la celebración de la Eucaristía, y participar en ella plenamente, con fe y conciencia de lo que se está celebrando” (Cons. Apost. Vultum Dei quaerere, 22). Así, obedeceremos también nosotros al Señor igual que los Apóstoles lo hicieron cuando les mandó preparar la Última Cena; en efecto, “los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua” (Mt 26,19).

La santísima Virgen María, mujer eucarística, en virtud de la comunión de los santos, siempre está presente y persevera con los discípulos de Jesucristo cuando se reúnen para la oración en la sala superior del cenáculo (Cf. Hch 1,13-14). Al cumplimiento del mandato de Cristo en la Última Cena “¡Haced esto en memoria mía!” (Lc 22,19), corresponde el obedecer sin titubeo lo que nos dice la Virgen: “¡Haced lo que él os diga!” (Jn 2,5), para que se manifieste la gloria de su Hijo y crezca la fe de sus discípulos en Él.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

 

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

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V Reunión formativa de la Misión Popular

(Publicado el miércoles, 8 de marzo de 2017)

El próximo sábado, 11 de marzo, a las seis de la tarde, la Sección tendrá la V REUNIÓN FORMATIVA DE LA MISIÓN POPULAR.

Es preciso llevar consigo el libro "Misiones Populares: Formarnos para la Misión", editado por la Vicaría Episcopal para la Nueva Evangelización de la Archidiócesis de Sevilla, y que fue repartido a todos los fieles de manos del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla, en la Misa de Inicio de la Misión en la Parroquia de Santiago el Mayor, el 29 de octubre del pasado año 2016.

Este mes trataremos el tema "La parroquia, casa de la vida sacramental y de la Caridad".

Quien desee asistir deberá acceder al Convento de Santa Clara por la calle Alcalá y Ortí, 39.
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Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento

(Publicado el martes, 7 de marzo de 2017)

La Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la
Venerable Archicofradía de la Adoración Nocturna al
SANTÍSIMO SACRAMENTO
ESTABLECIDA EN EL CONVENTO DE SANTA CLARA
y de la que es Adorador-Presidente Honorario
S. E. R. Fray Carlos Amigo Vallejo, O. F. M. (q. D. g.)
Cardenal Arzobispo Emérito de Sevilla

CONSAGRA A SU ADORADO TITULAR

VIGILIA DE ADORACIÓN
el sábado 11 de marzo, a las 19:30 h.,
comenzando con la
SANTA MISA
cantada por las RR. MM. Clarisas.

A su término, el sacerdote celebrante hará
EXPOSICIÓN MAYOR DE S. D. M.

Tras la cual, se seguirá conforme al siguiente orden:
REZO DE VÍSPERAS, ORACIÓN DE PRESENTACIÓN DE ADORADORES, OFICIO DE LECTURA,
SANTO ROSARIO, PRECES EXPIATORIAS Y COMPLETAS

A las diez y media de la noche se concluirá con la
BENDICIÓN CON S. D. M. Y RESERVA


La REUNIÓN PREVIA para preparar la Vigilia tendrá lugar a las 19:00 h.


A. D. MMXVII
A. M. D. G. et B. V. M.
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Almuerzo a beneficio de la Parroquia de Santiago el Mayor

(Publicado el lunes, 6 de marzo de 2017)

El domingo día 12 de marzo, a las dos del mediodía, la Parroquia de Santiago el Mayor celebrará en la Hacienda de la Andrada una comida-convivencia a beneficio de la Parroquia.

Las invitaciones, a 35 € el cubierto, pueden adquirirse en la propia Parroquia de Santiago. Se podrá participar mediante fila cero, con donativo libre, que se podrá realizar en la Sacristía de la Parroquia.

Presentará el acto Antonio Reina. A los postres, en la carpa, habrá espectáculo de coplas y boleros a cargo de señoras copleras de Alcalá: Carmen Monclova, Mari Gandul, Mari Ballesteros, Mari Ángeles Marín, Carmen Valle, Fini Trigo… El responsable del sonido es el técnico Manuel Roldán.


La Parroquia de Santiago

Esta parroquia, de la que es párroco el Rvdo. D. Manuel María Roldán Roses y Vicario Parroquial el Rvdo. D. Manuel Ángel Cano Muñoz, constituye una realidad compleja y dinámica; es la única que cuenta con un órgano romántico en su Iglesia Parroquial, en la que residen las Hermandades de Nuestro Padre Jesús Nazareno (la de la “Madrugá”), y la de Nuestra Señora la Virgen del Rosario-Divina Misericordia. Son templos de su collación el Santuario de la Virgen del Águila, donde reside la Hermandad de Santa María del Águila Coronada (Patrona y Alcaldesa Honoraria de Alcalá de Guadaíra), y el Convento de Santa Clara, en cuya Capilla reside nuestra Sección de la Archicofradía Sacramental de la Adoración Nocturna Española. También forman parte de esta Parroquia, la Casa Rosalía Rendu y la Residencia La Milagrosa, ambas con capilla.

En esta parroquia desarrollan sus servicios a Dios y al prójimo tres Comunidades Religiosas: Hermanas Pobres de Santa Clara “Clarisas” (Convento de Santa Clara), Siervas del Hogar de la Madre (Santuario de la Virgen del Águila), Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl (Casa Rosalía Rendu y Residencia La Milagrosa). En la parroquia funcionan cinco áreas pastorales: Cáritas Parroquial, Pastoral Familiar, Pastoral de la Salud, Catequesis, Animación Misionera y Pastoral Litúrgica. Además, la parroquia cuenta con los siguientes Grupos Parroquiales: Comunidades Neocatecumenales, Grupo Joven de Santiago, Grupo de Oración de Adultos y Movimiento Apostólico de Schoenstatt.

Se anima a todos a asistir para pasar un buen rato de convivencia y, a la vez, colaborar con esta Parroquia alcalareña.
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Tema de reflexión para el mes de marzo

LA IGLESIA (III)

En el número 752 del Catecismo leemos así sobre el lenguaje cristiano acerca de la Iglesia:

En el lenguaje cristiano, la palabra “Iglesia” designa no sólo
la asamblea litúrgica (1Co 11,18; 14,19.28.34-35), sino también
la comunidad local (1Co 1,2; 16,1) o toda la comunidad
universal de los creyentes (1Co 15,9; Ga 1,13; Flp 3,6). Estas
tres significaciones son inseparables de hecho. La “Iglesia” es
el pueblo que Dios reúne en el mundo entero. La Iglesia de Dios
existe en las comunidades locales y se realiza como asamblea
litúrgica, sobre todo eucarística. La Iglesia vive de la Palabra y
del Cuerpo de Cristo y de esta manera viene a ser ella misma
Cuerpo de Cristo.

Quisiera partir de la relación íntima entre Iglesia universal, Iglesia local y asamblea eucarística (o litúrgica en general), para ofrecer algunas reflexiones y datos de cara a nuestra contemplación y aprendizaje sobre la Iglesia.

El principio de la Iglesia es la Iglesia una y católica, ella no nace de la suma de las Iglesias locales, ni de las comunidades eucarísticas, como su unidad no es el fruto del acuerdo o alianza entre comunidades locales o individuos. Pero toda comunidad local, que acoge la fe, los sacramentos y la vida de la Iglesia universal, está llamada a llegar a hacer presente y visible la gran Iglesia en un lugar y entre unas gentes concretas (Vid CEC 835; más ampliamente, 830-838). Y esto se visibiliza en la asamblea eucarística congregada ante el altar y presidida por el Sacerdote.


Iglesia y asamblea eucarística

El concilio Vaticano II ha destacado ampliamente esta relación entre la Iglesia y la Liturgia:

Sacrosanctum concilium (=SC)

n.2 En efecto, la liturgia, por medio de la cual “se ejerce la obra de nuestra redención”, sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye mucho a que los fieles, en su vida, expresen y manifiesten a los demás el misterio de Cristo y la naturaleza genuina de la verdadera Iglesia.

En efecto, este precioso texto muestra la liturgia como “obra” donde se construye la Iglesia (como afirma el adagio medieval recuperado por Henry de Lubac S.I., “la Eucaristía hace a la Iglesia”), es la liturgia en cuanto fuente de la vida y actividad de la Iglesia, algo sobre lo que el Concilio volverá a insistir (Lumen Gentium = LG, 11). Pero también podemos leer esta cita de SC 2 en sintonía con SC 41 que afirma: … es necesario que todos concedan gran importancia a la vida litúrgica de la diócesis en torno al obispo, sobre todo en la iglesia catedral, persuadidos de que la principal manifestación de la Iglesia tiene lugar en la participación plena y activa de todo el pueblo santo de Dios en las mismas celebraciones litúrgicas, especialmente en la misma Eucaristía, en una misma oración, junto a un único altar, que el obispo preside rodeado por su presbiterio y sus ministros. Texto que conecta con todo el contenido de LG 26. Estas enseñanzas conciliares nos llevan a descubrir en la celebración litúrgica (en principio destinada a los fieles, vid. CEC 1118-1119) una dimensión apologética, que interpela a los no creyentes y les atrae por su belleza y verdad (la liturgia ha sido muchas veces ocasión y detonante de conversiones).

Lumen Gentium

n. 26 El obispo, cualificado por la plenitud del sacramento del orden, es el “administrador de la gracia del sumo sacerdocio”, sobre todo en la Eucaristía que él mismo celebra o manda celebrar y por la que la Iglesia vive y se desarrolla sin cesar…

En toda comunidad en torno al altar, presidida por el ministerio sagrado del obispo, se manifiesta el símbolo de aquel gran amor y de “la unidad del Cuerpo místico sin la que no puede uno salvarse”.
La realidad de la Iglesia sería inabarcable, tanto por su extensión (catolicidad) como por su complejidad interna (realidad divino-humana), pero en la celebración eucarística se deja ver y se da a conocer. Pero este ver la Iglesia en cada Eucaristía, singularmente en las presididas por un Obispo, no es tan simple.

Hay que aprender a vivir la Eucaristía

Comentando más arriba el texto de SC 2 hemos señalado la capacidad de impresionar que puede tener la liturgia, moviendo a algunas personas allegar a hacerse católicos. Pero la liturgia que puede provocar desde su verdad y belleza estos efectos reclama por lo general para libar su fecundo y nutritivo néctar una iniciación y formación.

Para que la Iglesia se autoreconozca celebrando y madure y crezca en la sucesiva participación litúrgica fructuosa, se requieren actitudes y capacitación y un saboreo orante de los dones y experiencias recibidas (Vid. SC 14c y 18-19).

En este punto la adoración eucarística puede ayudar enormemente a este saboreo de las celebraciones.

Apoyada en la presencia real, sustancial y permanente, se ve enriquecida enormemente por el saboreo de las lecturas de la Misa y por la consideración de los textos o ritos empleados, que pueden contemplarse a la luz de la presencia real del Señor Jesús. De este modo la celebración nos ayuda a afianzar nuestra identidad católica y a transportarla a nuestra vida entera, para ayudar así eficazmente a que el mundo crea.


Preguntas para el diálogo y la meditación
  1. ¿Me he planteado alguna vez que el nivel de mi participación en la Eucaristía es termómetro de mi nivel de adhesión a la Iglesia?
  2. ¿Qué hago para mejorar cada día la calidad de mi participación en la santa Misa? Formación, preparación, atención.
  3. ¿Fomento y aporto lo que puedo para dignificar y embellecer las celebraciones litúrgicas como epifanías del Misterio de la Iglesia que tienen que ser? ¿Mis tiempos de adoración me ayudan a crecer en mi adhesión a la Iglesia, su enseñanza y sus obras apostólicas?

(Tema proporcionado por el Consejo Nacional para todas las Secciones de Adoración Nocturna Española)
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Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano ataviada para el Tiempo de Cuaresma

(Publicado el sábado, 4 de marzo de 2017)

Desde el pasado Miércoles de Ceniza, 1 de marzo, Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano viste el traje de color malva.

Este traje se encuentra aún en proceso de elaboración por un grupo de hermanos y hermanas adoradores bajo la dirección de nuestro Presidente D. Juan Jorge García García. Presenta ya algunos bordados en guipur plateado decorado con perlas tales como la cenefa del borde inferior de la saya y de la túnica del Divino Infante. El corpiño, aún por terminar, se decora con un bello galón plateado formando una "V". Con el mismo galón se configura la cenefa de las mangas de punta. Tanto el manto como las mangas de punta están rematados por un bello encaje que, a la altura del rostrillo, se ha dispuesto hacia afuera del mismo para resaltar y enmarcar aún más el rostro de la Santísima Virgen, además de dotarla de mayor belleza. En las muñecas luce los manguitos realizados en guipur dorado sobre los que se colocan otros dos manguitos algo más pequeños realizados en encaje blanco.

Además, luce toca de sobremanto en malla de oro rematada en su perímetro por un bello guipur dorado.

El Santísimo Niño Jesús luce los patucos de color blanco realizados con la técnica de punto y decorados con filigranas en hilo de oro por Nª. Hª. Aª. Sor Estela, O. S. C.



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Carta Pastoral ‘Una nueva Cuaresma’ (Texto y Audio)

(Publicado el viernes, 3 de marzo de 2017)

Queridos hermanos y hermanas:

asenjo_oficial_2010_pmCon la imposición de la ceniza comenzábamos el pasado miércoles el tiempo de Cuaresma. En ella nos preparamos a celebrar el Misterio Pascual. Su duración de cuarenta días evoca el periodo que pasó Jesús en el Monte de la Cuarentena, orando y ayunando, antes de emprender su misión salvadora.

Como Jesús, también nosotros emprendemos un camino de ascesis, interioridad y oración para dirigirnos espiritualmente al Calvario, meditando y reviviendo los misterios centrales de nuestra fe. De este modo, celebrando el misterio de la Cruz, nos prepararemos para gozar de la alegría de la Resurrección.

El pasado miércoles participábamos en un rito lleno de simbolismo, la imposición de la ceniza, que contiene una llamada apremiante a reconocernos pecadores, a rasgar nuestros corazones, como nos pedía el profeta Joel, a convertirnos y a volver al Señor. Se nos invitaba a convertirnos y a creer en el Evangelio, a adherirnos de forma radical e irrevocable al Señor y a buscar en la Palabra de Dios el alimento de nuestra fe y de nuestra vida cristiana en este tiempo santo.

Éste es el único programa posible en nuestra Cuaresma: escuchar la Palabra de la verdad que salva, vivir en la verdad, decir y hacer la verdad, rechazar la mentira que es siempre el pecado. Es necesario, por tanto, volver a escuchar en estos cuarenta días el Evangelio, la Palabra de la verdad, para vivirla y ser sus testigos. La Cuaresma nos invita a dejar que la Palabra de Jesús y su Evangelio penetren en nosotros, para de este modo, conocer la verdad más auténtica de nuestra vida: quiénes somos, de dónde venimos, a dónde vamos, cuál es el supremo valor por el que nos levantamos cada mañana, luchamos y sufrimos, cuál es el camino que debemos tomar en la vida para no malbaratarla ni perderla.

El tiempo santo de Cuaresma y la severidad de la liturgia de este tiempo nos ofrecen un programa ascético que debe llevarnos a la conversión del corazón, a través de la oración más dilatada, constante y sosegada; a través del silencio y el desierto, que nos ayudan a entrar dentro de nosotros mismos para reconocer nuestro pecado y para abrir el corazón al amor misericordioso de Dios; a través del ayuno y la mortificación voluntaria que nos une a la Pasión de Cristo; y a través de la limosna discreta y silenciosa, sólo conocida por el Padre que ve en lo secreto.

Llamo vuestra atención sobre el valor cristiano del ayuno, que en nuestros días en muchos ambientes cristianos casi ha llegado a desaparecer. Al mismo tiempo, ha ido acreditándose como una medida terapéutica, conveniente para el cuidado del propio cuerpo y como fuente de salud. La Cuaresma, sin negar estas virtualidades, nos depara la oportunidad de recuperar el auténtico significado de esta antigua práctica penitencial, que nos ayuda a mortificar nuestro egoísmo, a romper con los apegos que nos separan de Dios, a controlar nuestros apetitos desordenados y a ser más receptivos a la gracia de Dios. El ayuno contribuye a afianzar nuestra conversión al Señor y a nuestros hermanos.

Por otra parte, la práctica voluntaria del ayuno nos permite caer en la cuenta de la situación en que viven muchos hermanos nuestros, casi un tercio de la humanidad, que se ven forzados a ayunar como consecuencia de la injusta distribución de los bienes de la tierra y de la insolidaridad de los países ricos. Desde la experiencia ascética del ayuno, y por amor a Dios, hemos de inclinarnos como el Buen Samaritano sobre los hermanos que padecen hambre, para compartir con ellos nuestros bienes. Y no sólo aquellos que nos sobran, sino también aquellos que estimamos necesarios. Con ello demostraremos que nuestros hermanos necesitados no nos son extraños, sino alguien de nuestra familia, alguien que nos pertenece.

En la antigüedad cristiana se daba a los pobres el fruto del ayuno. En estos momentos no faltan voces que nos advierten que la crisis económica ya está superada. Sin embargo, los pobres siguen estando ahí, en nuestros barrios y en nuestros pueblos. Hemos, pues, de redescubrir y promover esta práctica penitencial de la primitiva Iglesia. Por ello, os pido a todos, que junto a las prácticas cuaresmales tradicionales, la oración, la escucha de la palabra de Dios, y la mortificación, intensifiquéis el ayuno personal y comunitario, destinando a los pobres, a través de nuestras Caritas y Manos Unidas, aquellas cantidades que gracias al ayuno podamos entregar.

Quiera Dios que aprovechemos de verdad este tiempo de gracia y salvación. Que no echemos en saco roto la gracia que el Señor quiere derramar sobre nosotros con las prácticas cuaresmales. Que nos dejemos reconciliar con Dios, como nos pide san Pablo. Que la Santísima Virgen nos sostenga en el empeño de liberar nuestro corazón de la esclavitud del pecado, nos aliente en nuestra conversión al Señor y a nuestros hermanos y nos conceda una Cuaresma fructuosa y santa.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+  Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

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