Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento

(Publicado el viernes, 30 de diciembre de 2016)

La Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Venerable Archicofradía de la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento celebrará en el día de hoy, en el Convento de Santa Clara, VIGILIA DE ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO.

La REUNIÓN PREVIA para prepararla tendrá lugar a las siete de la tarde.

A las siete y media de la tarde, se celebrará la SANTA MISA, que será cantada por la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara. En el Memento de Difuntos se recordará a Sor Ángela Peñacoba (q.e.p.d.), Hija de la Caridad, fallecida el pasado 7 de diciembre.

Al término de la Eucaristía, el sacerdote hará Exposición Mayor de Su Divina Majestad.

Posteriormente, se rezarán las Vísperas, la Oración de presentación de Adoradores y el Oficio de Lectura.

Tras un tiempo de silencio y reflexión personal, rezaremos el Santo Rosario y las Preces Expiatorias.

Terminadas las Preces Expiatorias, rezaremos Completas junto a la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara.

A las diez y media de la noche concluirá este culto con el Rito de despedida del Santísimo Sacramento.

NOTA.- Todos los adoradores y adoradoras deben portar la medalla y/o la insignia.
Continuar leyendo >>

Vigilia de Adoración al Santísimo Sacramento

(Publicado el lunes, 26 de diciembre de 2016)

La Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Venerable Archicofradía de la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento celebrará el próximo viernes, 30 de diciembre, en el Convento de Santa Clara, VIGILIA DE ADORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO.

La REUNIÓN PREVIA para prepararla tendrá lugar a las siete de la tarde.

A las siete y media de la tarde, se celebrará la SANTA MISA, que será cantada por la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara. En el Memento de Difuntos se recordará a Sor Ángela Peñacoba (q.e.p.d.), Hija de la Caridad, fallecida el pasado 7 de diciembre.

Al término de la Eucaristía, el sacerdote hará Exposición Mayor de Su Divina Majestad.

Posteriormente, se rezarán las Vísperas, la Oración de presentación de Adoradores y el Oficio de Lectura.

Tras un tiempo de silencio y reflexión personal, rezaremos el Santo Rosario y las Preces Expiatorias.

Terminadas las Preces Expiatorias, rezaremos Completas junto a la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara.

A las diez y media de la noche concluirá este culto con el Rito de despedida del Santísimo Sacramento.

NOTA.- Todos los adoradores y adoradoras deben portar la medalla y/o la insignia.
Continuar leyendo >>

Santa Misa Vespertina de la Natividad del Señor

(Publicado el sábado, 24 de diciembre de 2016)

En  la tarde de hoy nuestra Sección Adoradora dará la bienvenida en el Convento de Santa Clara a un nuevo tiempo litúrgico, la Navidad, asistiendo a la celebración de la SANTA MISA VESPERTINA DE LA SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO a las seis y media de la tarde. Por tanto se suprime la misa de las siete y media.

A su término, el sacerdote expondrá para la adoración de los fieles la Sagrada Imagen del Santísimo Niño Jesús, que ha sido bajado de la mano de su Bendita Madre, Nuestra Señora Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano, y entronizado en el centro del presbiterio, justo delante del Altar Mayor.

En la mano izquierda de la Santísima Virgen se han colocado tres azucenas simbolizando su triple virginidad: antes del parto, durante el parto y después del parto.




La felicitación ha sido realizada por N.H.A.D. Juan Escamilla Martín.
Continuar leyendo >>

Ya a la venta los décimos del Sorteo Extraordinario de la Lotería del Niño

(Publicado el viernes, 23 de diciembre de 2016)

La Sección ha puesto a disposición de todos aquellos que deseen colaborar, décimos para el Sorteo Extraordinario de la Lotería del Niño.

Como siempre, cada décimo se venderá a 23 € de los cuales 3 € serán en concepto de colaboración con nuestra Archicofradía.

Gracias a esta colaboración podemos llevar a cabo muchos de los actos que organizamos durante el año entre otros fines, porque, con cada pequeña aportación, logramos hacer mucho.

Y además, siempre está la ilusionante posibilidad de que nos sonría la suerte y el número salga premiado.

Gracias a todos por vuestra colaboración.
Continuar leyendo >>

Carta pastoral ‘Feliz y Santa Navidad’

Queridos hermanos y hermanas:

asenjo_oficial_2010_pm_web“Hoy en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor” (Lc 2,11). Este anuncio que escucharon los pastores en la primera Nochebuena conserva inalterado su frescor veinte siglos después. Es para ellos, los pastores, para nosotros y para el mundo entero. Es un anuncio de esperanza que el ángel de la Navidad nos repite un año más.

Pero yo me pregunto: ¿Tiene todavía sentido un Salvador para el hombre del tercer milenio? ¿Es necesario un Salvador para el hombre que ha alcanzado la luna, que ha vencido múltiples enfermedades, el hombre autosuficiente que, gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, ha convertido la tierra en una aldea global?

Los éxitos de la humanidad son reales, pero no del todo. En este tiempo de consumismo desenfrenado en el primer mundo, en el submundo de los países del sur mil quinientos millones de hombres y mujeres padecen hambre y sed y viven cercados por la enfermedad, el analfabetismo y la pobreza. Otros son esclavizados, explotados y ofendidos en su dignidad, discriminados o perseguidos por razones políticas o religiosas.

En esta hora se multiplican las acciones terroristas, el aborto y crece el drama de los inmigrantes y refugiados en una época en la que se nos llena la boca hablando de progreso, paz y solidaridad. En nuestro mundo, y entre nosotros, son millones los hombres y mujeres que no tienen trabajo, mientras crece el número de jóvenes desesperanzados sumidos en el nihilismo y el hastío, a veces esclavizados por el alcohol o las drogas.

En medio de este claroscuro, en el que puede dar la sensación de que el mal supera al bien, la Iglesia nos anuncia de nuevo esta magnífica noticia: que la Palabra se ha hecho carne, y ha acampado entre nosotros (Jn 1,14), que ha aparecido en nuestro mundo “la luz verdadera, que alumbra a todo hombre” (Jn 1, 9), que “ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres” (Tit 2,11). En esta Navidad, Cristo viene de nuevo a los  suyos y a quienes lo acogen les da “poder de ser hijos de Dios”.

 Por ello, cantamos al Señor un cántico nuevo, tocamos para Él la cítara y le vitoreamos con clarines y al son de trompetas. No es para menos, puesto que a pesar de tantos signos de progreso, los hombres y mujeres de hoy experimentamos la soledad y la angustia, el dolor físico o moral, la enfermedad y la muerte. Por ello, necesitamos más que nunca un Salvador, el único Salvador, enviado por el Padre de las misericordias que permite el sacrificio de su Hijo unigénito para salvar también al hombre de hoy.

La mayor parte de nuestros contemporáneos viven lejos de Jesucristo. Les ocupan sus trabajos, intereses y negocios. Tal vez también nosotros vivimos en el enredo de nuestros pensamientos y compromisos. Salgamos de una vez de la espiral de nuestro atolondramiento. Marchemos a Belén, hacia ese Dios que se hace Niño y sale a nuestro encuentro en esta Navidad para hacernos partícipes de su plenitud, para ofrecernos la salvación y la gracia, para compartir con nosotros su vida divina.

Acojámosle en nuestro corazón y en nuestra vida. Es un Dios que nos ofrece su salvación, que nos ama hasta el extremo, que quiere tener una relación cálida con nosotros, que espera nuestro amor y que en esta Navidad quiere que le abramos de par en par las puertas de nuestros corazones y de nuestras vidas, para salvarlas, para dignificarlas, para llenarlas de plenitud y sentido, para hacernos experimentar la verdadera alegría de la Navidad, que no radica en los regalos, el consumismo o el derroche de estos días. Nace de la conciencia pura y del encuentro con el Señor y la amistad con Él.

“Nos ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor” (Lc 2,11). Esta es la buena noticia que debemos transmitir a nuestros familiares y amigos, como lo hicieron los ángeles con los pastores, como lo hicieron estos con todos los que encontraban a su paso, al tiempo “que daban gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído” (Lc 2,19). Por ello, la Navidad es también una llamada al compromiso evangelizador,  a transmitir a los demás la buena noticia del amor de Dios, ese amor inaudito, incondicional, gratuito y misericordioso que hemos encontrado en Jesucristo.

“Cristo ha nacido para nosotros, venid, a adorarlo”, nos grita la liturgia de estos días. Que busquemos ratos largos de adoración y de oración contemplativa. Que admiremos y agradezcamos el prodigio, el misterio del Emmanuel, el Dios con nosotros.

Que esta Navidad nos haga a todos testigos del amor de Dios, de la esperanza, y la alegría que anunciaron los ángeles en la primera Nochebuena y que yo deseo a todos los fieles de la Archidiócesis. Para todos le pido la gracia y la paz que el Señor ha traído al mundo con su nacimiento.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

Continuar leyendo >>

Santa Misa de la Misión Popular

(Publicado el sábado, 17 de diciembre de 2016)

Hoy, a las siete y media de la tarde, nuestra Sección Adoradora asistirá a la SANTA MISA DE LA MISIÓN POPULAR que se celebrará en la Parroquia de Santiago el Mayor, y que oficiará el Rvdo. Sr. Cura Párroco D. Manuel María Roldán Roses.
Continuar leyendo >>

Carta pastoral ‘Preparemos de verdad la Navidad’

(Publicado el viernes, 16 de diciembre de 2016)

Queridos hermanos y hermanas:

asenjo_oficial_2010_pm_webEstamos ya en las vísperas de la Navidad. En las semanas previas, los Ayuntamientos han ido adornando las calles y los comerciantes sus escaparates. Las familias han hecho acopio de todo lo que necesitarán para las cenas o comidas familiares. Más de uno habrá previsto ya los desplazamientos en estos días para celebrar la Navidad con sus seres queridos.

Pero no todos la preparamos de la misma manera. Depende de lo que cada uno entendamos por Navidad. Para unos son simplemente las fiestas del solsticio de invierno o una pausa necesaria en nuestras actividades. Para nosotros los cristianos la Navidad es otra cosa. En estos días recordamos y actualizamos místicamente en la liturgia la irrupción del Verbo en nuestra historia y su nacimiento en la cueva de Belén.

En esos días celebramos que la Palabra eterna del Padre de nuevo se hace carne y planta su tienda entre nosotros (Jn 1,14), para hacernos partícipes de su plenitud, para ofrecernos la salvación y la gracia, para compartir con nosotros su vida divina. Este es el misterio inefable que en tantas ocasiones queda reducido al sentimentalismo, a las perspectivas cultural, folclórica o costumbrista de unas fiestas entrañables de las que rozamos sólo la periferia, sin entrar en el hondón del misterio, sin postrarnos de rodillas para exclamar despacio y muchas veces “Dios se ha hecho hombre”, “Dios se ha encarnado por mí”.

Para prepararnos a celebrarlo, me permito sugeriros algunas pautas. La primera, que no nos dejemos seducir por el consumismo y el derroche. Diversas instancias mediáticas, hace ya varias semanas, tratan de convencernos para que hagamos tal o cual escapada, compremos este o aquel perfume, tales o cuales bebidas o regalos. Ante este avasallamiento hemos de mantener la mente fría y buscar un discernimiento certero. Casi nada de lo que se nos ofrece lo necesitamos. Por otra parte, los gastos inmoderados, las comidas copiosas y los manjares caros son siempre un insulto para los pobres. ¿No podríamos contentarnos con cenas o comidas más sencillas y regalos más modestos para compartir lo que ahorramos con los necesitados? Por otra parte no podemos dejarnos llevar por la ostentación, ni por el prurito de hacer lo que hacen los demás.

Nuestra preparación para la Navidad debe ir por otros derroteros, de índole eminentemente espiritual. El Señor que nace de nuevo en esta Navidad, debe nacer ante todo en nuestros corazones y en nuestra vida. Abrámosle de par en par las puertas de nuestra alma por los caminos de la oración más intensa, la mortificación y una buena confesión. Sólo en el encuentro con el Señor encontraremos la alegría connatural a estas solemnidades. La raíz profunda de nuestra alegría es el Emmanuel, el Dios con nosotros. Todo lo demás es insignificante ante la luz de su presencia y la belleza de los dones que nos trae. Con el Señor no hay temor, ni tristeza, ni miedo, ni inseguridad. Él nos conoce, nos comprende y acompaña. Él nos perdona siempre. La alegría de sentirnos perdonados no es comparable con el placer que nos brindan las cosas materiales que con tanta profusión en estos días nos sugieren los reclamos publicitarios. El sentirnos queridos, amados, defendidos y acompañados por el Dios fuerte y leal nos proporciona la paz que el mundo no puede dar.

Preparémonos, pues, intensamente a recibirle. Apresurémonos a limpiar las estancias de nuestro corazón. Rompamos las ataduras que nos esclavizan y que merman nuestra libertad para seguir al Señor con un corazón limpio. En los instantes finales del Adviento no tenemos tiempo que perder. Nos lo pide la liturgia de estos días mostrándonos a Santa María de la O, la Virgen de la Esperanza, como el mejor modelo del Adviento. Que ella, que preparó su corazón como nadie para recibir a Jesús, nos ayude a prepararnos para el encuentro con su Hijo, que viene dispuesto a colmarnos de dones, a convertir y transformar nuestra vida, a robustecer nuestra fe y nuestro testimonio ante mundo de que es Él nuestra única posible plenitud.

 

En Navidad, el Señor nacerá en nosotros en la medida en que estemos dispuestos a acogerlo en nuestros hermanos, en los enfermos, en los ancianos que viven solos, en los parados y en las víctimas de la crisis. Comencemos ya desde hoy a descubrir el rostro del Señor en aquellos con los que él especialmente se identifica. Él, además de asumir y dignificar la naturaleza humana con su encarnación y nacimiento, ha querido compartir con nosotros su naturaleza divina. Qué razón tan poderosa en estos días y siempre para entregarnos a nuestros hermanos, para perdonar, para renovar nuestra fraternidad, para compartir con los pobres nuestros bienes, y lo que es más importante nuestras personas, nuestro afecto y nuestro tiempo. Que nuestro encuentro con el Señor en esta Navidad nos ayude a encontrarnos también con nuestros hermanos.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. Feliz y santa Navidad.

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

 

Continuar leyendo >>

Santa Misa de la Misión

(Publicado el lunes, 12 de diciembre de 2016)

El próximo sábado, 17 de diciembre, a las siete y media de la tarde, nuestra Sección Adoradora asistirá a la SANTA MISA que se celebrará en la Parroquia de Santiago el Mayor con motivo de la Misión Popular, y que será oficiada por el Rvdo. Sr. Cura Párroco D. Manuel María Roldán Roses.
Continuar leyendo >>

Retiro de Adviento de la Adoración Nocturna de la Diócesis de Sevilla

El próximo sábado, día 17 de diciembre, a las 11 de la mañana, nuestra Sección participará en el RETIRO DE ADVIENTO que el Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna Española de Sevilla celebrará en su sede canónica de la Iglesia de San Hermenegildo, sita en la calle Muñoz León, 6.

La dirección espiritual de este retiro estará a cargo del Ilmo. Sr. D. Teodoro León Muñoz, Vicario General de la Archidiócesis de Sevilla, Director Espiritual y Consiliario de la Adoración Nocturna Diocesana, y constará del siguiente orden:
  • Exposición de Su Divina Majestad.
  • Meditación de las lecturas de Adviento.
  • Santa Misa.
¡ NO FALTES, JESÚS TE ESPERA !
Continuar leyendo >>

II Reunión formativa de la Misión Parroquial

(Publicado el sábado, 10 de diciembre de 2016)

Hoy sábado, 10 de diciembre, a las seis de la tarde, tendremos en el Convento de Santa Clara la II REUNIÓN FORMATIVA DE LA MISIÓN PARROQUIAL en el locutorio de las monjas, junto al patio.

Es preciso llevar consigo el libro "Misiones Populares: Formarnos para la Misión", editado por la Vicaría Episcopal para la Nueva Evangelización de la Archidiócesis de Sevilla, y que fue repartido a todos los fieles de manos del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla, en la Misa de Inicio de la Misión en la Parroquia de Santiago el Mayor el pasado 29 de octubre.

Este mes trataremos el tema "La misión popular: respuesta a la Nueva Evangelización".

Recordamos que el templo no abre hasta las siete de la tarde aproximadamente. Por tanto, quien desee asistir deberá acceder al Convento por la calle Alcalá y Orti, 39.
Continuar leyendo >>

Vigilia de Adoración a Jesús Sacramentado

Hoy sábado, 10 de diciembre, celebraremos en el Convento de Santa Clara VIGILIA DE ADORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO.

La reunión previa para preparar la Vigilia será a las siete de la tarde en el locutorio de las monjas, junto al patio.

A las siete y media de la tarde, celebraremos la Santa Misa, que será cantada por la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara. A su término, el sacerdote hará Exposición Mayor de Su Divina Majestad.

Posteriormente, se rezarán las Vísperas, la Oración de presentación de Adoradores y el Oficio de Lectura.

Tras un tiempo de silencio y reflexión personal, rezaremos el Santo Rosario y las Preces Expiatorias.

Terminadas las Preces Expiatorias, rezaremos Completas junto a la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara.

Alrededor de las diez y media de la noche concluirá este culto con el Rito de despedida del Santísimo Sacramento.

NOTA.- Todos los adoradores y adoradoras deben portar la medalla y/o la insignia.
Continuar leyendo >>

‘Alegraos porque el Señor está cerca’. Carta pastoral de Mons. Asenjo

(Publicado el viernes, 9 de diciembre de 2016)

asenjo_oficial_2010_pmQueridos hermanos y hermanas:

“Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca”. Con estas palabras de san Pablo (Fil 4,4-5), se inicia la Eucaristía de este Domingo III de Adviento, conocido como Domingo “Gaudete” o Domingo de la alegría. En las dos semanas anteriores, la Iglesia nos ha invitado a la interioridad, a la conversión, a la penitencia y al encuentro con nosotros mismos como camino para encontrarnos también con el Señor que viene. En los umbrales de la tercera semana de Adviento, cuando faltan trece días para la Nochebuena, la liturgia, con fina pedagogía, hace un alto en el camino para animarnos y sostener nuestro esfuerzo en el camino de la penitencia y de la conversión del corazón. Por ello, nos dice con san Pablo: “Estad siempre alegres” (1 Tes 5,16).

En la primera lectura de este domingo, el profeta Isaías anuncia a los israelitas desterrados en Babilonia que la opresión va a terminar, que el Señor inundará de alegría los corazones angustiados porque va a comenzar una etapa de perdón y salvación. La pena y la aflicción acabarán. Los hijos de Israel volverán cantando con una alegría inenarrable y desbordante (Is 61,10-11). Es la misma alegría a la que hoy nos invita la liturgia ante la inminencia de la Navidad, porque el objeto de nuestra espera es Dios mismo que viene a salvarnos, a liberarnos del pecado, a curar nuestras enfermedades, a reconciliarnos con Él y entre nosotros. La esperanza del don que vamos a recibir, de la visita que el mismo Dios nos va a hacer por medio de su Hijo Jesucristo, anticipa ya la alegría que se acrecentará con su llegada.

Nuestra alegría no se cifra en las compras, los regalos, las vacaciones o las reuniones familiares propias de los días de Navidad. La raíz profunda de nuestra alegría es el Emmanuel, el Dios con nosotros. Todo lo demás es secundario y no admite parangón ante la luz de su presencia y la belleza de los dones que nos trae. Con el Señor no hay temor, ni tristeza, ni llanto, ni dolor, ni miedo, ni inseguridad. Él nos conoce por nuestro nombre, nos comprende, acompaña y guía por medio de su Espíritu. Él nos perdona siempre, sin rastro de resentimiento. La alegría de sentirnos perdonados y poder comenzar de nuevo no es comparable con los placeres efímeros que nos brindan las cosas materiales y que en estos días nos sugieren los reclamos publicitarios. El sentirnos queridos, amados, defendidos y acompañados por el Dios fuerte y leal, omnipotente y amigo de los hombres, nos proporciona la paz que el mundo no puede dar.

Preparémonos, pues, intensamente a recibirlo. Apresurémonos a limpiar y a agrandar las estancias de nuestro corazón para que viva en nosotros y sea el único Señor de nuestras vidas. Rompamos las ataduras que nos esclavizan y las imperfecciones que nos atenazan, que enfrían nuestro amor a Dios y que merman nuestra libertad para seguir al Señor con un corazón limpio e indiviso.

En la vida ordinaria, cuando nos preparamos para un gran acontecimiento, en los últimos días redoblamos el esfuerzo para que todo esté a punto. Otro tanto nos pide la liturgia en esta segunda parte del Adviento mostrándonos a María, Ntra. Sra. de la O, la Virgen de la espera y la esperanza, como el mejor modelo del Adviento. Con cuánto amor dispondría su corazón para recibir a Jesús, con cuánto cariño prepararía los pañales antes de partir para Belén. Con cuánto amor limpiaría con José la cueva y el pesebre. Que ella nos ayude a prepararnos para el encuentro con su Hijo, que viene dispuesto a colmarnos de dones, a convertir nuestra vida, a robustecer nuestra fe y nuestro testimonio ante el mundo de que Él es el centro de la humanidad, el verdadero gozo del corazón humano y la plenitud total de sus aspiraciones.

El Señor nacerá en nosotros en la medida en que estemos dispuestos a acogerlo en nuestros hermanos, en los enfermos, los ancianos abandonados, los transeúntes, los inmigrantes, los parados y sus familias, que tanto están sufriendo como consecuencia de la crisis económica. Comencemos ya desde hoy a descubrir en ellos el rostro del Señor. Él, además de asumir y dignificar la naturaleza humana con su encarnación y nacimiento, ha querido compartir con nosotros su naturaleza divina. Qué razón tan poderosa para entregarnos a nuestros hermanos, hijos de Dios como nosotros, para perdonar, para renovar nuestra fraternidad, para compartir con los pobres nuestros bienes y lo que es más importante nuestras personas, nuestro afecto y nuestro tiempo. Si así lo hacemos, constataremos que es verdad que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20,35) y experimentaremos la alegría inmensa, recrecida y rebosante que nace también del encuentro cálido y generoso con nuestros hermanos.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

 

+ Juan José Asenjo Pelegrina

Arzobispo de Sevilla

Continuar leyendo >>

Vigilia de Adoración a Jesús Sacramentado

(Publicado el miércoles, 7 de diciembre de 2016)

El próximo sábado, 10 de diciembre, celebraremos en el Convento de Santa Clara VIGILIA DE ADORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO.

La reunión previa para preparar la Vigilia será a las siete de la tarde en el locutorio de las monjas, junto al patio.

A las siete y media de la tarde, celebraremos la Santa Misa, que será cantada por la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara. A su término, el sacerdote hará Exposición Mayor de Su Divina Majestad.

Posteriormente, se rezarán las Vísperas, la Oración de presentación de Adoradores y el Oficio de Lectura.

Tras un tiempo de silencio y reflexión personal, rezaremos el Santo Rosario y las Preces Expiatorias.

Terminadas las Preces Expiatorias, rezaremos Completas junto a la Comunidad de Hermanas Pobres de Santa Clara.

Alrededor de las diez y media de la noche concluirá este culto con el Rito de despedida del Santísimo Sacramento.

NOTA.- Todos los adoradores y adoradoras deben portar la medalla y/o la insignia.
Continuar leyendo >>

II Reunión formativa de la Misión Parroquial

El próximo sábado, 10 de diciembre, a las seis de la tarde, tendremos en el Convento de Santa Clara la II REUNIÓN FORMATIVA DE LA MISIÓN PARROQUIAL en el locutorio de las monjas, junto al patio.

Es preciso llevar consigo el libro "Misiones Populares: Formarnos para la Misión", editado por la Vicaría Episcopal para la Nueva Evangelización de la Archidiócesis de Sevilla, y que fue repartido a todos los fieles de manos del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla, en la Misa de Inicio de la Misión en la Parroquia de Santiago el Mayor el pasado 29 de octubre.

Este mes trataremos el tema "La misión popular: respuesta a la Nueva Evangelización".

Recordamos que el templo no abre hasta las siete de la tarde aproximadamente. Por tanto, quien desee asistir deberá acceder al Convento por la calle Alcalá y Orti, 39.
Continuar leyendo >>

Carta pastoral ‘Bendita sea la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María’

(Publicado el viernes, 2 de diciembre de 2016)

Queridos hermanos y hermanas:

asenjo_oficial_2010_pmCon estas palabras inician la sabatina muchas iglesias de la Archidiócesis. Con ellas inicio yo esta carta semanal en las vísperas de la solemnidad de la Inmaculada. Estamos comenzando el Adviento. Lo hacemos de la mano de la Virgen Inmaculada, cuya novena celebra nuestra Archidiócesis con grandísimo esplendor, teniendo como centro el dogma definido por el papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854 al proclamar solemnemente que la Santísima Virgen, “fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano”.

 La Concepción Inmaculada de María es obra de toda la Trinidad Santa. Ante el extravío de los hombres, alejados de Dios por el pecado, en la plenitud de los tiempos, el Hijo unigénito de Dios se ofrece al Padre para venir al mundo y llevar a cabo la obra saludable de nuestra salvación. Dios Padre prepara una madre para su Hijo, que se encarna por obra del Espíritu Santo para nuestra salvación. Y elige una madre santa, pura y limpia, no manchada por el pecado original e inmune de pecados personales.

La Concepción Inmaculada de María deriva de su maternidad divina. Por ser Dios, Jesús pudo dibujar el retrato físico y espiritual de su madre y, en consecuencia, pudo hacerla santa, hermosa y “llena de gracia” (Lc 1,18). Este privilegio singular es el primer fruto de su muerte redentora.  Mientras los demás hombres y mujeres somos limpiados del pecado original en el bautismo por el misterio pascual de Cristo muerto y resucitado, María es preservada del pecado aplicándosele anticipadamente los méritos de su sacrificio redentor. Por ello, posee la plenitud de gracia y no hay en ella el menor atisbo de pecados personales. Aquí se fundamentan los demás  privilegios marianos, entre ellos su Asunción en cuerpo y alma a los cielos.

El sentido de la fe del pueblo cristiano, ya en los primeros siglos de la Iglesia, percibe a la Santísima Virgen como “la Purísima”, “la sin pecado”, convicción que se traslada a la liturgia y a las enseñanzas de los Padres y de los teólogos. En el camino hacia la definición, pocas naciones han contraído tantos méritos como España. En el siglo XVI son muchas las instituciones, que hacen suyo el “voto de la Inmaculada”. Universidades, gremios y cabildos e incluso ayuntamientos juran solemnemente defender “hasta el derramamiento de su sangre” los privilegios marianos, especialmente el de la Inmaculada Concepción.

La conciencia de que María fue concebida sin pecado crece en la época barroca, en la pluma de nuestros más eximios poetas, en los lienzos de nuestros más inspirados pintores, en las tallas de nuestros más esclarecidos escultores e imagineros y, sobre todo, en la devoción de nuestro pueblo. Por ello, no es extraño que en España se viviera con singular regocijo y alegría la definición dogmática por el papa Pío IX. Destaca entre las diversas regiones Andalucía, la “tierra de María Santísima”.

Nuestra Archidiócesis no queda a la zaga en la defensa del privilegio de la Concepción Inmaculada de María. A partir del Renacimiento, en su honor se erigen cofradías, se celebran fiestas religiosas y salen a la luz numerosas publicaciones que defienden la limpia Concepción. A mediados del siglo XVII, son muchas las instituciones sevillanas, civiles, religiosas y académicas, que se imponen la obligación de jurar la defensa de esta hermosa doctrina en los actos de toma de posesión de sus cargos. Otro tanto hacen  desde entonces numerosísimas Hermandades en sus funciones principales. Fruto de este fervor mariano son los cientos y cientos de cuadros y tallas dedicados a la Inmaculada en nuestra Catedral y en todas las iglesias de la Archidiócesis, que rivalizan en perfección y en belleza para honrar a la pura y limpia.

 La tradición inmaculista no debe perderse entre nosotros. Por ello, en las vísperas de esta solemnidad,  invito a todos los cristianos de la Archidiócesis, y muy especialmente a los jóvenes, a la Vigilia de la Inmaculada, que tendrá lugar en la noche del día 7 en la Catedral y en otras muchas iglesias de todo el territorio diocesano. Os invito también a la solemne Misa Pontifical que celebraremos en el mismo templo el día 8. Vivid con toda intensidad la novena de la Inmaculada. Contemplad en estos días las maravillas obradas por Dios en nuestra Madre. Alabad a la Santísima Trinidad por María, la obra más perfecta salida de sus manos. Felicitad y honrad a la Virgen y, sobre todo, imitadla luchando contra el pecado y tratando de vivir siempre en gracia de Dios. Pedid a Dios, con la oración colecta de esta fiesta que Él que preservó a María de todo pecado, “nos conceda por su intercesión llegar a Él limpios de todas nuestras culpas”.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición. Feliz día de la Inmaculada.

+ Juan José Asenjo Pelegrina 

Arzobispo de Sevilla

 

 

Continuar leyendo >>