Para clausurar este aniversario, el pasado 12 de octubre, Fiesta Nacional de España y Día de la Hispanidad, fue celebrada una Solemne Función en la Parroquia de San Sebastián, oficiada por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla, y a la que asistió corporativamente la Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Venerable Archicofradía de Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento. El Altar Mayor estuvo presidido por la Santísima Virgen de los Dolores que, tras la desaparición de la primitiva imagen a causa de los destrozos provocados por la contienda civil de 1936, fue realizada en 1954 por nuestro hermano adorador D. Manuel Pineda Calderón, Hijo Predilecto de Alcalá de Guadaíra, de cuyo fallecimiento se cumplirán cincuenta años el próximo 30 de diciembre.
El Solemne Pontifical siguió la liturgia del vigésimo octavo Domingo del Tiempo Ordinario y, en su homilía, el Sr. Arzobispo instó a todos los presentes a cultivar la formación cristiana y a no vivir encadenados a los bienes materiales, poniendo, en cambio, toda la confianza en Dios-Eucaristía y en María Santísima “que nos es dada como Madre por Cristo desde la Cruz antes de morir”.
La Sección Adoradora Nocturna alcalareña también participó en esta procesión mariana conmemorando también, de algún modo, los ochenta y un años de la Consagración de la Adoración Nocturna Española al Inmaculado Corazón de María en 1943, atendiendo a la exhortación del Papa Pío XII que pidió a todos los fieles que impetrasen la mediación de la Madre de Dios para obtener la paz en aquellos voraginosos años de la Segunda Guerra Mundial. Para llevar a cabo este propósito, todas las Secciones celebraron una Vigilia General en la noche del 11 al 12 de octubre, fiesta de Nuestra Señora del Pilar, vigilante centinela de la Iglesia Católica española e inexpugnable baluarte de nuestra fe que abre las puertas de su Corazón, conmovido por todos nuestros dolores y angustias, para recibirnos y alcanzarnos la paz en esta vida y después de nuestra muerte la eterna bienaventuranza.
Redacción y fotografías: D. Juan Escamilla Martín.
