Quinto día del Solemne Quinario en honor y gloria de Jesús Sacramentado

(Publicado el sábado, 29 de junio de 2019)

Nuestra Sección Adoradora Nocturna celebrará hoy, último día del Solemne Quinario, Vigilia de Adoración a Jesús Sacramentado en el Monasterio de Santa Clara, comenzando a las siete y media de la tarde con la Santa Misa, Exposición Mayor de Su Divina Majestad, rezo de Vísperas, Oración de Presentación de Adoradores, Invitatorio y Oficio de Lectura, Adoración Eucarística, rezo del Santo Rosario, Preces Expiatorias y Completas, finalizando a las diez y media de la noche con la Reserva del Santísimo Sacramento. Oficiará el Rvdo. Sr. D. Juan Manuel Melgar González, S. D. B., director de los Salesianos de Alcalá de Guadaíra, e intervendrán musicalmente las Hermanas Pobres de Santa Clara.

Se ruega a los hermanos adoradores y fieles en general su asistencia a estos cultos.

Los hermanos adoradores deberán portar la Insignia y la Medalla de la Sección.


EJERCICIO DEL DÍA QUINTO

Señor nuestro Jesucristo:
Tu Pasión y Muerte, que la Eucaristía nos recuerda, son la prueba más clara del amor de Dios al hombre. «De tal manera amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Unigénito.» (Jn 3, 16).

«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.» (1 Jn 4, 10). «La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.» (Rom 5, 8)
De corazones bien nacidos es de ser agradecidos, y agradecerte el haber muerto por nosotros y para la remisión de nuestros pecados nos exige un esfuerzo continuo de conversión.
Reconocemos que «hemos pecado, hemos obrado injustamente, somos culpables.» (1 Re 8, 47) y, con el profeta David, pedimos: «Misericordia, Dios mío, por tu bondad.» (Sal SO).
Que tu cuerpo, entregado por nosotros y levantado en la cruz, nos haga volvernos a Ti. Que tu Sangre derramada para la remisión de los pecados purifique de las obras muertas nuestras conciencias para rendir culto a Dios vivo. (Heb 9, 14).
Que la Eucaristía nos recuerde siempre la obligada respuesta del agradecimiento: Que si Tú diste tu vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos.

Escucha, Señor, nuestra oración:
Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.
Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.