Un nuevo regalo para la Santísima Virgen

(Publicado el viernes, 27 de mayo de 2016)

En los últimos días del mes de abril nos llegó una carta, fechada en Valladolid a 22 de dicho mes, de una persona que había localizado a nuestra Sección por Internet, y tras ver el contenido de nuestra web, nos remitía unas emotivas letras junto con una medalla. Por su emotivo contenido, no nos resistimos a transcribir algunos de sus párrafos:

"...tengo 46 años, trabajo de conserje en varios edificios de Valladolid y pertenezco a varias cofradías de esta ciudad. Navegando por internet me he encontrado con su preciosa web donde explican con claridad la vida, cultos, enseres, historia de la Adoración Nocturna en Alcalá. Pero cuál ha sido mi sorpresa al descubrir a la Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia. ¡Qué Imagen de la Virgen tan bonita!

Si el Santísimo Sacramento está presente en un trocito de pan pequeño, donde lo podemos adorar, alabar y glorificar, la Virgen, en esta talla pequeña, nos muestra la belleza, la sencillez y elegancia, el interior del espíritu, el ser Reina del Cielo y tierra y Gracia del Género Humano, Madre de Dios y Madre de la Iglesia… donde le podemos rezar con todo amor el St. Rosario.

He leído en su web que esta bendita Imagen fue bendecida el 7 de mayo de 2014. Por eso quiero aportar un pequeño presente para la Virgen, regalándole esta preciosa medalla que tiene casi un siglo de antigüedad, para que se la puedan poner cuando ustedes quieran: en el mes de mayo, en la Exaltación Eucarística, en el Corpus, en el Sagrado Corazón e Inmaculado Corazón…

Felicitarles por ser adoradores de Cristo en comunión con ese convento de Hijas pobres de Santa Clara. Yo, los fines de semana dedico un ratito a estar ante el Santísimo Sacramento en la capillita de las Concepcionistas Franciscanas de Valladolid, por eso ante Él, estamos todos en comunión.

Pedirles por favor, me envíen la medalla de la Archicofradía…; el tener el emblema de la Adoración Nocturna y la Virgen por el otro, me ha gustado mucho y quiero ponerla en el cabecero de mi cama para rezarle por las noches. Dice una oración del Beato Pío IX: “Que todas las respiraciones y palpitaciones de mi corazón, aún cuando esté durmiendo, te sirvan de testimonio de mi amor y te digan sin cesar: Señor, te amo.”..."