En un discurso radiofónico pronunciado el 31 de octubre de 1942, el Papa Pío XII consagró la Iglesia y a todo el género humano al Inmaculado Corazón de María, exhortando al mismo tiempo a todos los fieles cristianos a que impetrasen la mediación de la Madre de Dios para obtener la paz en aquellos voraginosos años de la Segunda Guerra Mundial.
Respondiendo al llamamiento del Santo Padre, en los meses siguientes fueron sucediéndose diversas ceremonias en las que las distintas diócesis, parroquias, órdenes religiosas e instituciones seglares hicieron su particular Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María.
En el caso de la Adoración Nocturna Española, todas sus Secciones celebraron, en 1943, sendas Vigilias Generales en la noche del 11 al 12 de octubre, fiesta litúrgica de Nuestra Señora del Pilar y Fiesta Nacional de España.













