Era la última de aquella generación de mujeres jovencísimas, menudas y frágiles, pero fuertes y tenaces, que el Señor envió a Alcalá para reconstruir el Convento de Santa Clara, que había quedado arrasado en 1936.
Madre Abadesa durante muchos años, ha sido todo un modelo y ejemplo para las demás hermanas y para todos los que la hemos conocido, que, como tal, la hemos considerado.
La Misa Funeral será esta tarde, a las cinco, en el Convento de Santa Clara, donde será enterrada.
¡Descansa ya en la Paz del Señor, Sor Margarita!