ORACIÓN DEL DÍA PRIMERO
Y ahora,
cuando los hombre descansan del trabajo, cuando los templos se cierran, cuando se apagan las luces y las voces,
bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor.
Que no se extinga ni suprima la alabanza, ni una noche, ni una hora,
Levantad las manos hacia el santuario
-manos orantes dirigidas al Tabernáculo Santo
de la presencia permanente del Señor-
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión,
desde Sión, la Iglesia, y desde esta célula de Iglesia que es la Adoración Nocturna de Alcalá, bendiga el Señor a los hombres todos, a los que descansan y a los que velan, a los cercanos y a los alejados, a los creyentes y a los incrédulos, a los que buscan...
Desde Sión -su Iglesia- nos bendiga el Señor,
el que hizo el cielo y la tierra.
Escucha, Señor, nuestras preces:
Con nosotros oran también la Inmaculada Virgen María, a la que nos diste desde el árbol de tu Santa y Vera Cruz, como Madre de la Iglesia y Madre nuestra, y que nosotros veneramos con el dulce título de Reina de los Ángeles, Consolación y Gracia del Género Humano; su esposo San José, San Pascual Bailón, Santa Teresa de Jesús, Nuestro Padre San Francisco y Nuestra Madre Santa Clara de Asís, todos los ángeles y los adoradores que nos han precedido y que están contigo en el cielo.
Por su intercesión y la fe de tu Iglesia nos dirigimos a Ti, Jesucristo Señor nuestro, que permaneces para siempre con nosotros, oculto en las Sagradas Especies del Pan y del Vino, y que vives y reinas con el Padre, en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.