Vigilia de adoración nocturna al Santísimo Sacramento en desagravio por la profanación del Sagrario de la Iglesia de Nalda y por los policías víctimas del terrorismo en Kabul

(Publicado el miércoles, 23 de diciembre de 2015)

La Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Adoración Nocturna Española, de la que es presidente honorario el Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Carlos Amigo Vallejo, cardenal arzobispo emérito de Sevilla, ha celebrado en la Iglesia conventual del Monasterio de Santa Clara, la Vigilia mensual con el esquema de Adviento, en desagravio por la profanación del Sagrario de la Iglesia parroquial de Nalda (La Rioja), recordándole al Señor que ante los que le ignoran y le ofenden, la Guardia de Jesús Sacramentado, se reúne para orar y pedir a Cristo Eucaristía también por ellos, para que conozcan el rostro misericordioso de Dios; para que comprendan que como dice el cántico “El Dios Salvador”: Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

Asimismo, se dedicó la Vigilia a las almas de los policías, Isidro y Jorge, víctimas del terrorismo yihadista en Kabul, pidiéndole al Señor que los tenga en su Gloria y rescate de la oscuridad a sus verdugos, atrayéndolos hacia la luz del Amor.

Además, en las preces, los adoradores pidieron al Señor por la pequeña Valeria, de dos añitos, nieta de Jorge y Trini, quien lucha contra la leucemia. Concretamente, pidieron a Jesús Sacramentado que por intercesión del Venerable Siervo de Dios, D. Luis de Trelles (fundador de la Adoración Nocturna) hiciera el milagro de sanarla.

Como se indica en la oración de presentación de adoradores, estos vienen a la presencia del Señor, porque creen que está realmente presente en la Eucaristía y adoran a Jesucristo, Dios y Hombre, expresando la fe, esperanza, amor y deseo de permanecer con Jesús Sacramentado. Los adoradores desean fortalecerse con el Pan de Vida para estar siempre disponibles, en actitud de servicio, en entrega constante al Señor, a la Iglesia, a los hermanos… Y por eso, acuden a la presencia del Señor.