El próximo martes, 11 de agosto: Festividad de Nuestra Madre Santa Clara

(Publicado el domingo, 9 de agosto de 2015)

El próximo martes, 11 de agosto, a las 9:30 horas se celebrará la Festividad de Santa Clara, con una Solemne Eucaristía en el Convento de Las Clarisas de Alcalá de Guadaíra, que presidirá Fray Florencio Fernández Delgado. La Santa, que cuenta con un Convento de Hermanas Clarisas en la ciudad desde 1597 (hace 418 años), continúa viva en cada una de las hermanas que viven en el mencionado Convento entregadas a Dios, guardando el Evangelio del Señor, sin propiedades y viviendo en pobreza y castidad. Sin duda, no hay amor más puro que el de las Clarisas a Jesús Sacramentado.

El pueblo de Alcalá, cuyo Ayuntamiento concedió en 2012 la medalla de la Ciudad a la Comunidad de Hermanas Clarisas, podrá compartir con las Hermanas la dicha de la Festividad de la Santa de Asís, asistiendo a la mencionada Eucaristía. Así lo harán la Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de Guadaíra de la Venerable Archicofradía Sacramental de la Adoración Nocturna Española, que reside en el convento, y la Hermandad Franciscana del Perdón; corporaciones que tienen entre sus titulares a Santa Clara.

Gran parte de lo que se puede decir sobre Santa Clara y sobre las Hermanas Clarisas, quedó recogido en las breves palabras de los versos que a continuación se detallan, que escribiera en 2012 el adorador, Paco Burgos.

Oh Santa Clara, hija de Favorino y Hortolana
virgen, pobre, humilde y pura, a Dios entregada.
Una voz celestial te anunció al nacer como Luz Clara,
de caridad, penitencia y piedad, sirves de ejemplo,
y tienes como baluarte defensivo al Santísimo Sacramento.

Con tu cuerpo, por la senectud y la enfermedad, dolorido y cansado,
hiciste frente a las hordas sarracenas que despavoridas huyeron
al verte a ti y tus Hermanas Clarisas orar ante Jesús Sacramentado,
los antes descreídos y osados, en el poder de Dios creyeron.

Efectivamente huyeron ante su fe en el misterio de la presencia de Cristo en el Pan y el Vino. Huyeron ante la luz Clara que irradiaba, desde la bondad de sus obras, desde sus convicciones inquebrantables, desde su inmenso amor a Dios, desde el reducto del cenobio libremente decidido por todas las que forman la Orden de Señoras Pobres de Santa Clara, renunciando al mundo y a los bienes de la tierra, para servir al Señor en pobreza voluntaria.

Ocho siglos después de la consagración de Santa Clara, ésta vive en nuestros corazones; la Santa sigue viva en la tierra, en las Hermanas Clarisas de todo el orbe, que mantienen intactas sus virtudes y predican con su ejemplo, con sus vidas silenciosas, casi desapercibidas, que pasan voluntariamente en la clausura de los muros del convento, consagradas a Dios, manteniendo la Eucaristía como seña de identidad.

¡A cuántos avatares, necesidades e imponderables han tenido que enfrentarse, la Comunidad de Hermanas Clarisas, desde 1597 en esta ciudad del Guadaíra! Pero su amor a Dios todo lo pudo; han hecho frente a todas las vicisitudes y mantienen inmaculada la herencia recibida de Santa Clara.

Nada hubiera sido posible sin la impronta, dedicación abnegada, entrega sin límites, de quienes han ostentado el báculo abacial, las Madres Abadesas, que como madres han actuado. Viene al recuerdo de los alcalareños la recordada Sor Celina, con quien se tiene una deuda de gratitud, como con Sor Margarita (para todos Madre). Y en esta Festividad, se reitera el apoyo de todos a la Rvda. Madre Abadesa que eligiera el Capítulo: la alcalareña Sor María del Águila. A ellas y a todas las Hermanas Clarisas del mundo: ¡Felicidades!